Un amigote de farra del number one y proveedor de motos viejas para los linces está buscando pagar los favores recibidos, vía el ex Tendota de la derrota. Ahora se embanderó con la campaña de cepillada grosera a la primera dama. El gordo merece el premio Piteta de oro, recordando a la mejor amiga y compañera de ña Ligia.
Este “Piteta de la Gente” ya enchufó 100 motos, más otras 100 por venta directa y otras 100 más en camino. El negocio es superrentable, ya que metió motos de tecnología obsoleta compradas a precio de remate de la fábrica. La propina obtenida sería de varios cientos de miles de dólares. Así cualquiera te dice ¡kuñaguapa después!
Dicen que el ambiente familiar de la familia Zeta se vio sacudido por las amenazas de Payo a la simpática Natalia y de rebote a todos los demás miembros. La familia está podrida de su multimedio, que encima de hacerles perder fortunas, solo sirve para ganar enemigos. Ya ni al Cente se pueden ir sin que les miren de reojo. Hasta cuándo le dejarán jugar a Natalia a lo “Acero de los pobres”... ¡Hay que tener pasta!
Enriqueta anda jugando al jurista entendido en sus artículos. Parece que tiene compañero nuevo que le dicta para que él se luzca con los pocos tekorei que leen su columna.
Uno que lo aplaude como foca es el zigzagueante Santagada, que busca pantalla y micrófono a ver si se muestra un poco y liga alguna consultoría de parte del Estado... ¡Es que está dura la calle!
Ulises “de la gente”, patrono de los reservados hiperproductivos, anda callado. Es que se viene negra la morcilla y le recomendaron los amigos de Añetete que se sumerja en las profundidades y deje de hacerse el gallo mientras ellos tratan de salvarlo de la pérdida de investidura.
¿Será que si asume “Kencho” la banca de Payo el Frente Guasu apoyará después una pérdida de investidura? Así se quedan entre 7. Ganas no faltan y escrúpulos nunca tuvieron.
Impresionante el pirevai en el Mitic por las filtraciones de los nombres de la corte de zoqueteros de Alecito el Censor. Es que dicen que el kilombo es tal adentro que el pelado no quiere ni aparecer. Cualquier similitud con el resto de las reparticiones públicas es mera coincidencia.