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Si tenemos en cuenta el PIB de todos los países afectados, el acuerdo cerrado entre la UE y Japón en el 2018 es ligeramente más importante (19.500 millones de euros, unos 23.000 millones de dólares) que el del Mercosur (18.000 millones de euros, unos 21.240 millones de dólares). Pero en términos de población, el acuerdo UE-Mercosur es el número uno (770 millones de personas), por delante del de Japón (630 millones).
Los intercambios de bienes en el 2018 entre ambos bloques se elevaron a un total de 88.000 millones de euros (unos 103.500 millones de dólares), con una balanza comercial ligeramente favorable a los europeos en unos 2.500 millones de euros.
Estos intercambios sitúan al Mercosur entre la India y Canadá, en décima posición, entre los principales socios comerciales de la UE. Pero lejos de los 675.000 millones de euros de intercambios anuales entre los europeos y Estados Unidos, su primer socio. Al contrario, la UE fue en el 2018 el segundo socio comercial del Mercosur, por detrás de China. Estados Unidos fue el tercero del bloque sudamericano.
El acuerdo eliminará los elevados aranceles sudamericanos en algunos sectores industriales claves para la UE: 35% en el sector automóvil o 14% en la industria farmacéutica, según una nota de la Comisión en el 2017. En el sector agrícola, estos aranceles se elevan al 35% para los aguardientes, al 28% para los productos lácteos, al 20% para el chocolate o al 20% para el vino.
La UE también busca con el acuerdo un mejor acceso al mercado sudamericano de servicios (telecomunicaciones, transportes o servicios financieros).
CONTRAPARTIDAS
La UE deberá a cambio abrir su mercado de carne vacuna a los países del Mercosur, así como el del etanol, azúcar y aves. Estos sectores, cruciales para los sudamericanos, son muy sensibles para los productores europeos que no han cesado de elevar la voz.
Para proteger mejor su mercado, la UE aplica cuotas, de manera que los productos sudamericanos sean sometidos a aranceles a partir de un determinado volumen: 99.000 toneladas al año para la carne bovina, 100.000 toneladas para la carne de ave, 180.000 toneladas para el azúcar.
La Comisión ha previsto para ellos “una ayuda financiera de hasta 1.000 millones de euros en caso de perturbación del mercado”.
INCERTIDUMBRES
Tras el acuerdo político, el texto debe someterse ahora a un examen legal y debe ser traducido a las lenguas de ambos bloques antes de la firma final, que debe ser autorizada, en la UE, por todos sus países. A continuación, el texto debe ser validado en la Eurocámara.
En Argentina, las cámaras industriales y comerciales han planteado sus reparos frente a lo que observan como una relación asimétrica debido al desarrollo y potencial económico europeo. Del lado brasileño está en cuestión la capacidad del sector industrial para reciclarse en las áreas que más competencia sufrirán, como la producción de maquinarias y equipos, un factor que lo hace especialmente sensible a la apertura gradual.
Otro interrogante se abre con las próximas elecciones presidenciales del 27 de octubre. Macri pretende otro mandato, pero está amenazado por candidatos peronistas históricamente proteccionistas e impulsores de una fuerte industria nacional con elevados niveles de empleo e inversión en ciencia y tecnología, hoy ausentes.
“Paraguay jugó un rol importante”
“Estoy muy contento de que hayamos llegado a un acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, para la firma de este tratado de libre comercio. Esto llevó casi 20 años y nuestro país, el Paraguay, jugó un rol muy importante en este proceso porque en octubre del 2015, durante la presidencia pro tempore que nos tocó, aquí en Asunción se realizó una reunión de cancilleres del Mercosur, en la que se preparó la nueva oferta de comercio entre el Mercosur y la Unión Europea”, recordó Eladio Loizaga.
“En esa ocasión acordamos entre los cancilleres que no salíamos hasta que no saliera una oferta concreta aunque no sea la más ambiciosa, pero sí una oferta y comenzar de vuelta este proceso negociador”, explicó el embajador. “Desde entonces, este proceso negociador llevó 4 años desde que presentamos a la UE, lo que se realizó durante la presidencia pro tempore de Paraguay con todo el apoyo de los otros Estados miembros del Mercosur”, precisó.
El esfuerzo del Paraguay valió la pena
“¡Hemos logrado cerrar el acuerdo de comercio y cooperación entre el Mercosur y la Unión Europea! ¡El esfuerzo del Paraguay ha valido la pena! Los resultados serán muy beneficiosos para nuestra gente”, manifestó el canciller de la República, Luis Alberto Castiglioni, a través de sus redes sociales.
El acuerdo es calificado como histórico, teniendo en cuenta que el mismo se da en un momento de altas tensiones del comercio global. Además, permite abrir un ampliado espectro de beneficios tanto a empresas, industrias, trabajadores y consumidores del Mercosur y la Unión Europea, conformando un gran mercado, de cerca de 800 millones de personas, dando énfasis al desarrollo sostenible.
El presidente de la República, Mario Abdo, se manifestó casi en los mismos términos que su ministro de Relaciones Exteriores al señalar que se trata de un “acuerdo histórico” entre el Mercosur y la Unión Europea.
SEPA MÁS
Abdo calificó el acuerdo de “histórico”
El presidente Mario Abdo Benítez celebró ayer la firma del acuerdo entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión Europea (UE), en torno al Tratado de Libre Comercio. Las manifestaciones del mandatario fueron vertidas en su cuenta personal en la red social Twitter.
“Luego de 20 años de intento, hoy se consolida un hecho histórico: la firma del acuerdo de Libre Comercio entre el Mercosur y la Unión Europea! Se amplían nuestros mercados y las posibilidades de crecimiento de nuestros pueblos! Felicidades a los negociadores y a mis colegas presidentes”, indicó.
El acuerdo se logró tras 20 años de negociaciones entre ambos bloques en una cumbre ministerial en Bruselas, Bélgica.
El acuerdo establece que el Mercosur liberalizará su mercado en un período de 15 años, en tanto que la UE lo hará en un período de 10 años.
Se respetará y habrá un trato especial y diferenciado para los países del bloque sudamericano.
El pacto ahorrará a las empresas europeas 4.000 millones de euros al año en aranceles, lo que lo convierte en el mayor acuerdo que la UE haya cerrado en su historia.