El presidente de la Cámara de Diputados, Miguel Cuevas, es uno de los parlamentarios con múltiples denuncias en su contra, como enriquecimiento ilícito, contratación de planilleros, mal manejo en la gestión de la merienda escolar y otros delitos, pero hasta la fecha goza de total impunidad por parte de la Justicia, pese a que existen suficientes pruebas que lo incriminan.
Su llamativo ascenso económico data de los años 90, desde que asumió como intendente municipal de la ciudad de Sapucai (1996).
Al finalizar su período ocupó un puesto en el sector público, se convirtió en el administrador de Puertos de Paranaguá para luego candidatarse nuevamente a la intendencia de Sapucai. A pesar de ganar las elecciones, no completó su mandato, ya que se postuló para gobernador del departamento de Paraguarí, cargo que asumió en el 2013. Llamativamente, de ser un humilde zapatero de la ciudad, el titular de la Cámara Baja empezó a acrecentar su fortuna, adquirió propiedades, vehículos cero kilómetro, estancias, entre otras cosas. La Fiscalía inició una investigación en su contra, pero sin grandes resultados.
FACTURAS FALSAS
Uno de los hechos atribuidos a Miguel Cuevas es la producción de facturas falsas que aparentemente se habría realizado bajo su administración en la Gobernación de Paraguarí. Según investigación del Grupo Nación, fueron varios los desembolsos para entidades sin fines de lucro y para el rubro destinado a “construcciones” hechas por la mencionada institución.
Uno de esos desembolsos fue para la adquisición de bolsas de fertilizantes que debían ser destinadas a un proyecto de ayuda a pequeños productores. La beneficiada fue la agrupación Kuña Aty, un pequeño comité que empezó con 26 integrantes en el 2015. El mencionado comité fue beneficiado supuestamente con la entrega de varios equipos para la construcción y semillas como para la puesta a punto de huertas familiares. Dentro del apoyo brindado también se incluía mediasombras, alambres y principalmente la perforación de un pozo artesiano para la extracción de agua.
Una de las facturas que le fueron entregadas en la gobernación a la representante de la comisión corresponde al comercial Báez. En dicho documento, la entidad supuestamente adquirió un total de 40 bolsas de fertilizantes por valor de G. 10 millones, según factura N° 2.147, timbrado 11778423, sin fecha, pero fue en mayo del 2017.
Sin embargo, y tras las averiguaciones pertinentes, se constató que en el mencionado local comercial jamás vendieron fertilizantes y que nunca fueron clientes de la Gobernación de Paraguarí. Además, el número de factura y timbrado que la gobernación bajo la administración de Cuevas entregó al comité aparece con otra mercadería vendida por este negocio. Además de este caso, existieron otros con las mismas características.