Continuando con la entrevista con el profesor Victorio Oxilia, director de investigación de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción, propone ahondar más en la temática energética, esta vez para entender en qué consisten la producción y la demanda de potencia y energía, la energía garantizada y la adicional no garantizada, los contratos de potencia y el CUSE (costo unitario del servicio de electricidad).

Es necesario comprender la diferencia entre demanda de potencia y demanda de energía, explica: “La potencia es la capacidad para realizar un trabajo determinado, mientras que la energía es la propia realización del trabajo: el uso de esa capacidad en un tiempo determinado”. Utiliza una comparación muy cotidiana: la ducha eléctrica y el termocalefón.

Victorio Oxilia.

Una ducha eléctrica demanda, por ejemplo, 4 KW (potencia) en modo invierno. Necesita mucha potencia para calentar el agua que pasa muy rápidamente por la ducha, comenta. “En el instante que yo abro el grifo, lo que yo demando es potencia. Porque el agua al pasar debe calentarse muy rápidamente, se necesita mucha potencia ahí, ya que el tiempo en el que pasa el agua es corto y debe calentarse. Ahora bien, si yo tomo un baño de 10 minutos, lo que yo estoy usando es energía. Si tomo un baño de 15 minutos, la cantidad de energía utilizada sería mayor en 50% al caso anterior, pero la potencia sigue siendo la misma durante todo el tiempo que tomo el baño”.

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La energía es diferente en el termocalefón, que tiene una potencia más baja porque el agua no se calienta al instante. “Se debe prender el termocalefón una hora antes, demanda una potencia más baja y calienta el agua en más tiempo. Utiliza menos potencia, pero el resultado en consumo de energía en el tiempo puede ser igual (depende de la cantidad de agua que se caliente y se mantenga en esa temperatura). En ambos casos, los equipos realizan un trabajo semejante, pero con potencia diferente”, sostiene.

El especialista comenta que en la época de la firma de los tratados, a inicios de década de los 70, la demanda paraguaya de potencia era algo así como entre 50 MW a 100 MW (potencia). Hoy en día llega a 3.600 MW. Itaipú posee una capacidad instalada total de 14.000 MW (potencia), ya incluidas las 2 unidades generadoras adicionales. De las cuales 7.000 MW (potencia) pertenecen al Paraguay, solamente considerando a la Itaipú.

Oxilia puntualiza que al analizar la tabla, vemos que tenemos mayores excedentes en energía que en potencia. Esto tiene su explicación en lo que se refiere a la oferta, en el hecho de que las condiciones hidrológicas del río Paraná son muy buenas y que hay una alta disponibilidad de unidades generadoras en Itaipú y en lo que respecta al mercado interno, debido a que nuestro tipo de consumo de electricidad es típicamente residencial. Nuestro sector productivo no es predominantemente industrial.

“Tenemos un consumo de electricidad que no se corresponde a la oferta en este sentido. La curva de carga del sistema de la Ande presenta picos elevados de demanda de potencia y requerimos relativamente poca energía (…) en energía, tenemos una oferta más abundante para vender que en potencia”, enfatiza el profesor.

BENEFICIOS ECONÓMICOS

Oxilia invita a desarrollar algunos conceptos relacionados con las llamadas participaciones gubernamentales en el valor económico, que se produce en nuestras centrales hidroeléctricas binacionales; es decir, la participación del Estado paraguayo en las rentas hidroeléctricas. Para esto, la pregunta propuesta es ¿cuál es la diferencia entre los royalties que recibimos en Itaipú y la compensación por territorio inundado que deberíamos recibir en Yacyretá?

Expone que los royalties son un monto de dinero, un canon que se paga a quien es propietario o tiene el dominio sobre un recurso determinado; en el caso de las binacionales, por un recurso natural que es de Paraguay. “En el caso de Itaipú se reconoce el pago por el uso del potencial hidráulico, que luego –con la central eléctrica en operación– se volvió potencial hidroeléctrico”, asevera.

“En el potencial hidráulico se tiene en cuenta la caída de un gran caudal de agua, a más de 123 metros de altura. Ahora bien, todo el embalse creado por la represa de Itaipú se divide en partes iguales entre los países (50% para cada uno). Hay un condominio equitativo del embalse entre Brasil y Paraguay. Por ello, los royalties de Itaipú calculados sobre la energía generada y entregada a las empresas compradoras se pagan en partes iguales a Paraguay y Brasil”.

“En Itaipú se paga por los royalties, por ejemplo, US$ 250 millones para Brasil y US$ 250 millones para Paraguay. En Yacyretá, la proporción de distribución del canon para los Estados es más favorable para Paraguay: la compensación por territorio inundado sería de cada US$ 100 millones, US$ 80 millones corresponden a Paraguay y US$ 20 millones a la Argentina por compensación de territorio inundado”, detalla.

Por otro lado, explica que en “el caso de Yacyretá, lo que se paga es compensación por territorio inundado; otro recurso natural, el suelo productivo. En este caso, la caída del agua es de poco más de 23 metros de altura, pero el Tratado no prevé un pago por el uso del potencial hidroeléctrico. Debe reconocerse que se fue muy feliz en este concepto, favorable a Paraguay”. El profesor indica analizar el embalse de Yacyretá desde arriba, este embalse inunda alrededor del 80% de territorio paraguayo y 20% de territorio argentino, mencionó.

Afirma que “lamentablemente, si bien es una situación más favorable para Paraguay en el caso de Yacyretá, el pago de esta compensación nunca se ha realizado para nuestro país. La Entidad Binacional Yacyretá debe más de US$ 1.100 millones a Paraguay en este concepto debido a acuerdos realizados posteriormente al Tratado, muchos de ellos aceptados por Paraguay”. Sin embargo, acotó que “Itaipú paga sin dificultades los royalties que nos corresponden. Esto deben conocer los paraguayos, los dueños de los recursos”.

En resumen, explica el profesor Oxilia, que los tratados fueron pensados para que el Estado participase de parte de la energía convertida en valor monetario. “La idea era tener disponibilidad de dinero para inversiones públicas en infraestructura, en la electrificación del país. Esos eran los objetivos perseguidos. El dinero estaba garantizado para los Estados”, sostiene.

Debemos recordar asimismo, comenta el profesor, que el dinero de royalties y compensaciones por territorio inundado son muy importantes para el presupuesto de gastos del Estado paraguayo, los beneficios alcanzan también a las gobernaciones y municipalidades. “No debe omitirse el hecho de que Yacyretá nunca ha pagado las compensaciones por territorio inundado”. En realidad, sostiene que la mejor opción para el país es retirar lo más rápido posible toda nuestra energía de Yacyretá para consumo interno. “Entiendo que se están realizando las adecuaciones técnicas del lado paraguayo. Pero sorprende por qué no se han hecho antes”, comentó con referencia a los trabajos de adecuación definitiva de las barras de la central de la hidroeléctrica al nivel de 500 KV que permitirán la conexión y el acceso al 100% de la energía paraguaya, anunciado el pasado 25 de marzo.

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