Desde un comienzo nuestro dia­rio publicó que el terreno donde está afincado el gigantesco templo es del actual director de Yacyretá, Nicanor Duarte Frutos, y que en esta propiedad su esposa María Gloria Penayo de Duarte, ex primera dama de la Nación, montó un hogar para niños vulnerables con una donación de la Embajada de Taiwán.

El operativo fue encarado a través de su despacho y la fun­dación que presidía, denomi­nada Red Paraguaya para el Desarrollo Humano (Repa­deh). Dos días después de perder l a s el e c ­c i o ­nes presidenciales del 2008, Duarte Frutos mandó mili­tares a bordo de un camión de las Fuerzas Armadas, desmantelaron el local, se llevaron los muebles, víve­res, etc., y los niños queda­ron sin acceder a los servicios que allí funcionaban, gracias al apoyo de Taiwán.

Duarte Frutos entró en cólera y movilizó operadores para tirotear contra las publi­caciones periodísticas, que lo sindican de haberse que­dado con un hogar de niños donado por Taiwán. ¿Cómo se puede describir enton­ces esta situación de que el mismo mandó desmantelar el local, los niños se queda­ron sin los servi­cios y no se sabe del destino de los US$ 1,6 millones que recibió su esposa Gloria?

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Pintados en rojo, los lotes en Atyrá, en inmediaciones de la casa quinta atribuida a Gloria Penayo.

Duarte Fru­tos sabe muy bien, pero astuto como es salió con una explicación sobre la compra del terreno, que no se cuestiona en las publicaciones. Se desen­tiende del destino del dinero que recibió su esposa, tam­poco explica cómo erigió ese gigantesco templo, valuado hoy día en unos US$ 250 mil.

Además, es muy llamativo que rápidamente salga a jus­tificar la compra del pequeño lote de 552 m2, pero obvia brindar explicación sobre los grandes inmuebles que posee. ¿No tiene cómo justi­ficar, por eso no sale a demos­trar con documentos el ori­gen de todo lo que acumuló?

Una docena de propieda­des inscribió junto con su esposa. Gloria de Duarte compró cinco propieda­des en Atyrá, inscriptas entre el 2011 y el 2012, según figura en Catastro. También com­pró un terreno al costado del templo de su esposo, en el 2005. ¿Con qué dinero? Cuando ella no tenía un sala­rio y vivía haciendo y difun­diendo asistencia social.

La próspera pareja; Gloria Penayo y Nicanor Duarte Frutos.

Incluso propiedades que estaban a nombre de su her­mana, Rosa María Penayo, pasaron a su dominio. Cabe recordar que Rosa María es viuda de José David Orrego, ambos fueron sindicados de ser testaferros de la pareja presidencial.

Duarte Frutos, en todos sus años de presidente, percibió G. 1.159 millones, según los extractos del Ministerio de Hacienda. Entonces, ¿cómo fue a erigir semejante bún­ker, con salida a 4 calles dife­rentes en el barrio Herrera de Asunción? Su sueldo de presidente era de G. 16 millones y con esto hizo maravillas. Hay otras propiedades a su nombre en el Chaco, así como la estancia de 3.800 hectáreas que se le atribuye desde que asu­mió como mandatario, bie­nes injustificables con su sueldo de presidente.

En el 2008, figura una decla­ración de bienes de G. 3.100 millones en la Contraloría, que es el triple de todo lo que percibió como presidente de la República. ¿Cómo lo hizo? Al parecer será siempre un misterio.

­“NO DAN LOS NÚMEROS”

Óscar Tuma, ex diputado

El ex legislador Óscar Tuma sostuvo ayer durante una entrevista en el programa “Apunto”, de la 970 AM, que la situación de Duarte Frutos se demostró con pruebas y no puede justificar su fortuna. A su criterio, sumando el tiempo que estuvo el ex jefe de Estado en la función pública y lo que posee actualmente, “no dan los números”.

“Hoy estamos hablando de millones de dólares, entonces la matemática no da el resultado y lastimosamente anda entre nosotros, dando clases de honorabilidad y de moralidad. Es una persona que tuvo en su momento y sigue teniendo la complacencia del Ministerio Público”, agregó.

La presencia de personajes como Duarte Frutos al frente de las instituciones públicas no concuerda con el discurso del gobierno actual, que sostiene su actividad en la lucha contra la corrupción.

Tuma también arremetió contra el Ministerio Público. “Hoy el Ministerio Público tiene un código para cier­tos actores políticos o ciertos ciudadanos y tiene un código blando o desinflado de pocas hojas para otro sector de la población y eso está mal porque influye en la institucionalidad y tenemos que reaccionar porque sino quién nos dice que en el día de mañana no le puede tocar esa injusticia a un familiar o a nosotros mis­mos, entonces tenemos que tratar que las instituciones funcionen”, señaló.

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