Caracas, Venezuela. AFP
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, asumió ayer un segundo mandato de seis años. Estará hasta el 2025, puesto que la Constitución venezolana establece un período de 6 años de mandato. El mandatario, de 56 años, se juramentó ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ, de línea oficialista) en un acto al que no asistió ningún representante de la UE ni de la mayor parte de América, excepto un puñado de mandatarios aliados.
La Organización de los Estados Americanos (OEA) aprobó una resolución que declara “ilegítimo” a Maduro. En tanto, la UE, Estados Unidos y el Grupo de Lima –13 países latinoamericanos y Canadá– desconocieron la reelección de Maduro en los comicios del pasado 20 de mayo, boicoteados por la oposición, que los consideró un fraude.
En su discurso de investidura, Maduro pidió “respeto” a la UE. “Unión Europea, detente, no vengas con tu viejo colonialismo, no vengas con tus viejas agresiones”, exclamó el gobernante, quien elogió a los “chalecos amarillos” que desafían al gobierno francés. “Venezuela es el centro de una guerra mundial del imperialismo norteamericano y sus gobiernos satélites”, dijo al defender como “legítima” su juramentación y pedir una cumbre latinoamericana para abordar la situación.
Al jurar en el cargo, Maduro prometió “procurar llevar a la prosperidad económica y social” al país, con una serie de medidas que anunciará el lunes ante la Constituyente.
LEALTAD MILITAR
Con su banda presidencial, Maduro acudió a la Academia Militar, donde, en parada militar, 4.900 oficiales y soldados, encabezados por el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, le juraron “lealtad y subordinación absoluta”. Al dirigirles un discurso, Maduro pidió una Fuerza Armada “unida, disciplinada, cohesionada y preparada (...) ante cualquier circunstancia que nos toque enfrentar este año o los años por venir”.
Minutos antes, el Parlamento, único poder controlado por la oposición, llamó a los militares a desconocer a Maduro, a quien califica de “usurpador”. “Hacemos un llamado claro a las Fuerzas Armadas (…). Se debe desconocer lo que no fue producto del voto popular. Una elección se gana con votos, no se roba y por eso no eres legítimo”, dijo el jefe legislativo, Juan Guaidó.
Según la Constitución, Maduro debía jurar ante el Parlamento, pero el TSJ lo declaró en desacato y en la práctica fue sustituido por la oficialista Asamblea Constituyente. Maduro, quien asume en pleno resurgimiento de gobiernos conservadores en Latinoamérica, reiteró que tomará medidas enérgicas contra el Grupo de Lima si no rectifica su posición sobre Venezuela.
GRAN DESESPERANZA
Heredero político del fallecido líder socialista Hugo Chávez (1999-2013), el ex chofer de bus y ex sindicalista Nicolás Maduro gobierna con mano fuerte tras haber sacado del juego a sus adversarios, con el control institucional y el apoyo de los militares, ante quienes se presenta para que reconozcan su investidura. La desesperanza se palpa en muchos venezolanos, asfixiados por la peor crisis que haya sufrido en su historia moderna el país con las mayores reservas petroleras del mundo y que ha supuesto el mayor éxodo de venezolanos de su historia. Expertos auguran un agravamiento de la debacle socioeconómica por el aislamiento. Además de la escasez de comida y medicinas, los venezolanos lidian con una hiperinflación que, según el FMI, alcanzará 10.000.000% en el 2019.
“EEUU usa la OEA para forzar intervención”
Uno de los pocos gobiernos que reconoce a Nicolás Maduro es el de Bolivia, cuyo presidente, Evo Morales, lanzó duras críticas contra EEUU y la OEA, que aprobó una resolución que declara ilegítimo el segundo mandato del jefe de Estado venezolano. A través de un tuit, Evo –que asistió al juramento en Caracas– aseguró que “EEUU usa la OEA para forzar intervención”.
Asimismo, dijo que la “resolución de la OEA, que no respeta al gobierno legítimo, legal y democrático de Venezuela, viola el principio de no injerencia de ese organismo y atenta contra la soberanía de un pueblo que votó por el presidente Nicolás Maduro”, publicó el presidente boliviano.