Arde Troya en el otrora feliz nido de cuervos del semanario que nadie lee… El ex bancario fan de Rambo entró en corto con el Infumable Benjamón y su vástago del mismo peso.

Es que parece que los fatellis eran compartidos hasta cierto punto nomás por el dúo de los traficantes de flanes… El ex banquero pilló las consultorías de venta de humo que hace el Filósofo de Copetín y pidió su tajada.

Ante tamaña insolencia, el ex bancario fue rajado a patadas del holding de cartón y montó en cólera, buscando el apoyo de hasta, cuando no, la gata Flora y “Cheque” Ávalos.

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Llegó al punto de hacer un pedido de información pública sobre cuánto anduvo facturando el gordo fatuo y su también obeso heredero… Que feo que los cuervos se picoteen entre ellos, ¿verdad?

Una tal Sofía es la nueva mandamás de Turismo. Casi nadie la conoce, pero ha sumido a la Senatur en la peor etapa de desconexión de los medios en un ámbito en el que es fundamen­tal la comunicación.

A esta altura, la culminación de un año, era muy tradicional que las diversas administraciones anteriores ya dieran a conocer fuertes campañas de promoción de sus emprendimientos de turismo interno, pero doña Sofía no se dio por enterada hasta ahora.

Lamentable, teniendo en cuenta que en todo el país se ha establecido una amplia red de posadas y hoteles que están ansiosos por recibir a visitantes. Pero los inversionistas tendrán que esperar porque la comunicación es algo que a ña Sofía no le importa.

Aseguran que es apadrinada de un ex vice hoy senador, otro cam­peón en evitar la fatiga.

Parece que algo huele mal en la Junta de Calificaciones de la Poli.

La promoción 87 en pleno fue pasada a retiro en este Tribunal, los 14 comisarios generales inspectores que estaban a disposición y los comisarios generales directores.

Según parece, se busca acomodar a unos con un enorme perjuicio de otros miembros de la familia policial. Cero institucio­nalidad, aseguran.

“Mete Petta” jeýma. Le acusó a su jefe de influir desde el Poder Ejecutivo sobre decisiones de la Justicia. Eso es gravísimo en cualquier país serio. Bueno, Petta no lo es, por eso seguramente nadie le dará importancia.

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