Un raro episodio habría acontecido ayer en la zona de Curuguaty. Parece que un asistente de un diputado amante de los aeroplanos cayó durante un control policial. Lo curioso es que hubo un total silencio sobre este hecho.
Un fiscal reconoció haber escuchado una versión, pero dijo que la Policía no sabía nada. Lo cierto es que nadie atendió el teléfono y finalmente ni la Policía ni la Fiscalía reconocieron la existencia de este hecho. El comentario en la comarca es que probablemente hubo abundante “polvareda verde” que nubló la vista de varios.
El anticartismo después de Cartes es un buen negocio. Un poco cobarde, pero buen negocio. Ahora surgió un tal Víctor Raúl, fracasado asesor de una deficitaria administración municipal, dueño de unas historias que todavía pueden causar gran conmoción.
Le recuerdan en Itaipú por haber presentado un proyecto durante el gobierno de Lugo y por haber replicado el mismo proyecto durante el gobierno de Franco. Lento el pelado.