Menos mal que el 15 de agosto pasado Marito declaró, con bombos y platillos, que si en su gobierno alguien tiene alguna inconducta será el primero en colaborar con la Justicia. Claramente se demostró que doña Paty Samudio, la mandamás de Petropar, violó la Ley de Presupuesto al transferir recursos del ente a bancos privados, entre otros chanchullos. El Presi pisoteó su discurso, hizo la vista gorda y contrató a Arregui para el operativo blanqueo. ¡Qué lindo!
Desesperada, doña Paty recorrió medios amigos para instalar sus mentiras. Ahora dice que las transferencias ordenadas el 4 de setiembre a bancos privados fueron por decisión de sus gerentes, menos mal que ella asumió el cargo el 27 de agosto y encima está plasmada su firma dando el ok para esa operación. Claro, los “perioabdistas” jamás le preguntaron sobre el tema.
Don Cheque Ávalos, otrora tuitero opositor recalcitrante, ahora funge de vocero oficialista. Parece que recibió algunos premio$ de la jefa de la petrolera estatal para convertirse en su fiel escudero. Subió el combustible, el gas, a punto de aumentar el pasaje, remarcaciones en los súper, pero Ávalos está obsesionado con la administración anterior que evitó todo esto. ¡Marche un nuevo cheque para el amigo!
La Primera Dama contó ayer que su despacho funciona sin recursos públicos. Confesó que la oficina opera gracias a las colaboraciones de los amigos. “¿Quiénes son esos amigos tan generosos?”, le preguntó una periodista. Mutis por el foro doña Silvana. Ya que estamos con el discurso de la transparencia, sería bueno saber quiénes son esos mecenas. Las malas lenguas dicen que son “empresaurios” que están a la pesca de una alguna licitacioncita en el rubro de la construcción. ¿Será?
Renolfín el guaireño pillín, que llevó en carretilla la plata de la gobernación, anda furioso porque un informe de la Contraloría reveló sus andanzas. Marly debería dejar de figuretear con las esposas de los capetos de Añetete y consolarle al maridín, aunque sea que lo distraiga con alguna nueva pose para el Instagram.
Sigilosamente, el sobrinazo Alecito Peralta Vierci anda operando para que en el Senado le aprueben su tan anhelado superministerio. Ya van dos meses y Alecito ya quiere tener el control de algunas licitaciones de frecuencias y oficialmente tener en sus manos la situación de las licencias por el uso del espectro radioeléctrico. Dicen que el tío anda ansioso por tocar los recursos de la publicidad estatal para mantener la línea oficialista en sus medios.
Y vaya que este gobierno necesita de la prensa amiga. En 60 días de gestión solo se vieron bochornos, metidas de pata y viajes de placer. Hasta ahora no pudieron cantar ningún gol a favor y a este ritmo perderán no solo el partido, sino que quedarán fuera de competencia.