La última de la mandamás de Petropar, nombró en el cargo de subgerente interino retail de la dirección comercial a un tal Juan Carlos Cuevas. Este hombre fue apartado de su condición de encargado de estaciones de servicios, en la administración anterior, por manejos oscuros en su área y ahora resulta que doña Paty le premió con el mayor cargo del manejo de las estaciones de servicio. ¿Qué tal?
Es más, con este nuevo cargo, Cuevas tendrá el control absoluto sobre todas las estaciones de servicios del emblema Petropar. Este funcionario fue el que actuó de intermediario para destrabar el conflicto con los operadores. Fue uno de los pocos funcionarios, al igual que el sindicali$ta Parodi, en salir a defender la desastrosa gestión de Samudio.
A propósito de arreglos, transadas y pago de favores. ¿Qué hacía ayer en la sede Petropar Renolfín el guaireño? Dicen que el senador “mau” es amigo de un empresario importador de combustibles, en realidad más amigo de Marly, y que la visita fue con el fin de demostrar apoyo a doña Paty a ver si liga alguna venta preferencial. De pillos estamos hablando.
De bochorno en bochorno, ahora resulta que Julián Vega, el ex director de Migraciones rajado por acosar a una traductora taiwanesa, es un honorable político. En este tenor lo recibieron ayer en el aeropuerto un grupo de señoras, quienes anunciaron que este impresentable será el próximo intendente de Mariano. Frases irreproducibles en esta noble columna lanzaron las damas fanáticas de Vega. Ojalá ningún medio del extranjero replique este nuevo papelón.
A Kattya ni sus colegas diputadas ya la soportan. El miércoles en el pleno, la liberal Celeste Amarilla le pidió que deje de lado los shows y la violencia para hacerse sentir y recurrir al diálogo como herramienta. “No le quieras parecer a Paraguayo Cubas”, le bajó Celeste. Al instante, Kattya le respondió reconociendo que llegó a ocupar esa curul gracias a sus berrinches o si no nadie la votaba. Clarísimo. Hay shows para rato.