El actual director de Gabinete de la Dirección General de Administración y Finanzas de la Cámara de Diputados, Toribio Morel, habría presionado a ocho testigos claves para declarar a favor del imputado Miguel Cuevas, presidente de la Cámara de Diputados, en la investigación de los “tractores mágicos” dentro del proceso de supuesto enriquecimiento ilícito iniciado por la fiscala Josefina Aghemo.

Este hecho, publicado por el diario La Nación Digital, sobre la base de la investigación realizada por GEN, señala que la jugada de Morel –hombre cercano a Cuevas– tuvo éxito con siete de los testigos citados.

El que no se presentó fue Carlos Acosta, un tractorista de Paraguarí, quien figuraba en una planilla de justificación de gastos de la gobernación como el encargado de uno de los tractores a los cuales la jefatura departamental autorizó la “carga de combustibles” a móviles sin motores y otros que estaban ya totalmente destartalados por más de 1.000 millones de guaraníes, según datos de la Contraloría General de la República. Este hecho se dio cuando Morel era administrador de la Gobernación de Paraguarí y Cuevas era el gobernador.

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En su defensa, Acosta precisó que cayó enfermo en el 2006 y que en febrero del 2007 una junta médica diagnosticó que el primero de los nombrados “presentaba una lesión crónica e irreversible que lo incapacitaba para el trabajo de tractorista”. El día antes de la declaración de estos testigos claves, Morel fue hasta la casa de Acosta, pero este se negó a recibirlo.

La situación revelada es el último hecho registrado en la mencionada investigación de la Fiscalía Adjunta de Delitos Económicos en contra del diputado Miguel Cuevas, titular de la Cámara Baja, y comprende el período en el que el citado Cuevas ejercía el cargo de gobernador del departamento de Paraguarí (2013 al 2017).

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