- Por Josías Enciso Romero
El sindicalismo paraguayo ha dejado de ser lo que era. Recuerdo vagamente aquellas heroicas movilizaciones a mediados de la década de los 80. El resto me lo contaron o lo leí. Como la histórica marcha de los obreros de Yacyretá hacia Asunción que me relató alguna vez mi vecino don Cecilio. Aunque nunca hay que generalizar, según las reglas del sentido común, tenemos que lamentar que esta afirmación inicial afecta a la mayoría de los gremios que se constituyeron –es de suponer– para defender los derechos de la clase trabajadora. Igual que la política se ha inficionado de intereses subalternos, sectarios, familiares y personales.
En las empresas hidroeléctricas Itaipú y Yacyretá, hasta empleados en cargos de confianza, han armado un sindicato a su medida para asegurar “estabilidad laboral”. Ni una pizca de dignidad. Ni de decoro. Pero el tema de fondo, en este caso, es otro. La Federación de Sindicatos de la Entidad Binacional Yacyretá-Fuerza Libre Sindical (Fusil) ha emitido un comunicado denunciando que “es contradictorio decir que sobran funcionarios en la EBY y, sin embargo, traer como comisionados a otros funcionarios de otras instituciones, violando la legislación nacional en relación al doble salario del Estado”. Alega, además, que a muchos de ellos, “la mayoría pilarense”, se le ha otorgado “hasta plus adicional que le beneficia con más del 45% de fondos por encima de sus salarios y beneficios, además se le otorga vehículo, chofer, combustible, creándose un cargo inexistente en el organigrama de la EBY y que no tiene funciones específicas” (sic).
El Fusil está en pleno derecho de formular estas denuncias, solo que su pólvora estuvo mojada en los últimos cinco años. Suponemos que sus dirigentes se dejaron seducir por la verborrea demagógica del exdirector de Yacyretá Nicanor Duarte Frutos. Es lo más sano que podemos pensar. Porque durante la anterior administración hubo comisionados a doble vía: los que venían a la EBY y los que se iban a otras instituciones, sin describirse sus funciones, especialmente en municipalidades, donde no se conocía siquiera de su presencia, tal como hemos publicado con anterioridad.
Antes del 15 de agosto, el que fuera secretario general paraguayo del Consejo de Administración, margen derecha, Pablino Acasio Rodríguez, renunció a su cargo (no a su sueldo) y fue comisionado a la Cámara de Diputados. Es lo que nos dijeron. Tenemos claramente registrados e identificados a los demás. Solo es cuestión de que los dirigentes sindicales pidan un informe, que es un documento de libre acceso público.
Un funcionario de puertos tenía (o tiene) una gratificación de 6.000.000 de guaraníes; otro que vino del Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (Mitic), con un “extra” de 8.000.000 de guaraníes; una de la Cámara de Diputados, con 12.000.000 de guaraníes; de la Procuraduría General de la República, con 8.000.000. Y otras lindezas por el estilo.
En el caso del plus salarial la lista es larga. Pero los nombres ameritan ser conocidos, ya que la remuneración complementaria llegaba al 50 %: Arsenio Cáceres Noguera (coordinador de Relaciones Laborales), 22.488.665 guaraníes sobre “salarios y beneficios”; Juan Aristides da Rosa Cano, G. 20.124.824; Ronaldo Darío Rodríguez Olmedo, G. 16.680.335, y Alberto Ramón Mendoza Notario, G. 17.127.129 guaraníes. Cuando a Duarte Frutos le avisaron que ya no continuaba en el cargo, por resoluciones del Comité Ejecutivo del 12 de julio pasado, se dejaron sin efecto tales asignaciones que, en algunos casos, empezaron a erogarse entre 2018, 2019 y 2021.
Y sin tienen tiempo, también, deberían indagar las “privilegiadas” que en los últimos años ligaron un extra que se denomina “dedicación funcional”. Claro que, para eso, hay que tener verdadero interés por la real situación en que las anteriores autoridades dejaron la Entidad Binacional Yacyretá, un desmadre infernal que encontró a los sindicatos en un cómodo silencio. ¿Y aquellos que sumaron su antigüedad de otras instituciones públicas, lo cual es absolutamente ilegal de acuerdo con dictámenes de juristas de sólida formación? Quizás, están dejando para otra mejor ocasión. Esperemos que el Fusil pueda disparar, también, retroactivamente. De esta manera no sería todo tan obvio.
El Fusil está en pleno derecho de formular estas denuncias, solo que su pólvora estuvo mojada en los últimos cinco años.