- Por Josías Enciso Romero
Quedaron como el muro de papel donde van a llorar sus frustraciones y derrotas aquellos que todavía no lograron digerir sus amarguras por la victoria del Partido Colorado en las elecciones generales del pasado 30 de abril. Incluyendo las rabietas del muro mismo construido con endechas y lamentos depresivos por los dueños de las cadenas mediáticas de la reina de Egipto y sus plañideras y el zar del azúcar y del whisky y su cohorte de marionetas.
Cómplices hasta el karaku de este gobierno corrupto y nefasto, ahora derraman barriles de tinta tratando de lavarse el rostro desde sus diarios cabeceras: el que nació con “fe en la plata” y el que nunca logró superar su complejo de perrito faldero. Ahí nomás, en un editorial de hace unos días, el periódico de la calle Benjamín Constant recurre a la vieja táctica de engatusar incautos, que era fácil en tiempos del monopolio informativo, exponiendo lo que no es: “El periodismo independiente es pilar y guardián de la democracia”. Ahora, la pregunta que deviene impostergable es: ¿Independiente de quién? Porque su línea está marcada por los intereses comerciales de su patrón y propietario.
Porque estos últimos cinco años fueron sumisos, callados y quietos ante los descomunales robos al Estado. Porque sus periodistas, que se creen estrellas de la farándula, estuvieron haciendo piruetas durante toda la pandemia para distraer la atención de la gente, mientras las autoridades metían las manos en el bolsillo del pueblo. Porque fueron evidenciados haciendo hurras al oficialismo y cortes de manga al candidato del movimiento Honor Colorado, Santiago Peña. Benevolente con unos y miserable con otros, manipulando la información para apuntalar a los anémicos representantes del marioabdismo. ¿Independiente? ¡Jamás! Ni siquiera fueron capaces (ahí ya se incluyen ambos grupos empresariales) de sostener la imparcialidad y el trato justo en cuanto a espacios. Promocionados unos, ignorados otros. ¡Anínati péicha, don AJ! Ni usted mismo cree lo que se escribe en su diario. Si es que acaso lo lee.
Dejen de tratar de joderle al público con una independencia periodística inexistente y una objetividad que es un mito. En cambio, deberían proclamar un periodismo honesto y con criterios de veracidad. Es cierto que el diario de marras tuvo alguna vez los atributos de los que hoy carece y cacarea: “Históricamente se ha situado al lado de la justicia, la libertad y la democracia, contribuyendo con un periodismo equilibrado y de calidad. Nuestro periodismo no sataniza ni blinda a sector ni persona alguna”. Podemos estar herniados, pero boludos no somos.
Ya no es tonta la sociedad. Las pruebas de estas mentiras están a la vista: miles de kilos de diarios que atestiguan desde la soledad de sus páginas las imposturas de sus dueños en lo que respecta al desgobierno de Mario Abdo Benítez. Aunque no quieran aceptarlo, fueron sus cómplices conscientes por estar animados en contra de enemigos comunes, que creó una alianza indisoluble entre las cadenas de Natalia Zuccolillo y Antonio J. Vierci y el saliente presidente de la República. En vez de fustigar la corrupción oficial, optaron por apuntar toda su artillería en contra de los líderes y dirigentes del sector interno del Partido Colorado que enfrentaba a los candidatos promovidos y amparados por y desde el Gobierno.
Tiene razón el senador y presidente del Congreso de la Nación, Silvio “Beto” Ovelar, sobre el manejo avieso y premeditadamente manipulado de algunos hechos. El editorial en cuestión fue en respuesta a su observación. En su enumeración de vicios, crímenes y errores le faltó un detalle: en los últimos cinco años Marito y su gente son los responsables de administrar el Estado. También se olvidaron del contrabando de azúcar, aceite y otros artículos que se venden en los supermercados, así como la millonaria, en dólares, triangulación de wiskys en la frontera. ¡Ah, no! ¿Para qué, piko, vamos a incomodar al patrón con esas menudencias? Lo más simpático que desnuda la hipocresía es que, mientras en el editorial trataban de defenderse como gato sobre el tejado de zinc caliente, el canal de Villa Morra asumía la defensa, en una empalagosa entrevista, del denunciado intendente de Ciudad del Este, Miguel Prieto. Y, por último, aunque les pique, cualquier ciudadano puede utilizar la libertad de expresión –que en los medios está restringido a sus dueños– para criticar incluso a los medios a los que les gusta criticar, pero no quieren ser criticados. Muy pire pererĩ para mi gusto. Presumo, por el spoiler, que se vienen cinco años de lalareato al estilo ranchera mexicana. Habrá que inventar otros muros de lloriqueos para tanto resentimiento.
Dejen de tratar de joderle al público con una independencia periodística inexistente y una objetividad que es un mito.
En su enumeración de vicios, crímenes y errores le faltó un detalle: en los últimos cinco años Marito y su gente son los responsables de administrar el Estado.