• Por Josías Enciso Romero.

Las claves para entender el desconcierto, el descontrol, la desesperación y la desazón dentro de la Concertación Nacional son muy sencillas. Partiendo de un principio básico: el agua y el aceite no pueden mezclarse, ni química ni ideológicamente. En consecuencia, no hay identidad posible. Hasta en la dupla presidencial pueden percibirse grados de separación en cuanto al pensamiento político. Efraín Alegre es de centro-derecha, mientras que su acompañante Soledad Núñez es de extrema derecha. Esta última, con veleidades de raza aria para menospreciar y denigrar como pueblos inferiores a los candidatos y militantes del Partido Colorado. Pero sueña con el voto de los colorados. Así de coherentes están.

Los afiliados del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) son los más confundidos, porque dentro del frente opositor licuaron sus banderas, sus principios y hasta su polca tradicional. Cedieron su histórica Lista 2 para convertirse en Lista 3, y el color azul se transformó en blanco. Son los tiempos del relativismo posmoderno. Lo único importante es ganar, todo lo demás es simple accesorio. Por tanto, prescindible. Lo que termina, necesariamente, en conflicto. O en cuadrilátero de perros por un pedazo de zoquete. Ya ocurrió en el pasado, cuando ministros del PLRA se dividieron durante el gobierno de Fernando Lugo entre liberales luguistas (por ende, “entreguistas”) y liberales a secas. Todas esas vertientes quieren ahora encastrarse, aunque sea provisoriamente, solo que el lío ya empezó en plena campaña proselitista. Aunque algunos temas tratan de mantenerse debajo de la superficie.

Ante el creciente rechazo popular a la figura de Efraín Alegre, en estas últimas semanas, asesores y prensa amiga recomendaron, y así lo están haciendo, descansar toda la campaña sobre Soledad Núñez. Su actitud arrogante y despectiva ha provocado un efecto contrario. Y como si fuera poco, con esas mismas características acapara la cadena periodística del clan Zuccolillo, su mitad pomelo, Bruno Defelippe Díaz de Espada, quien, ante la menor contrariedad, encontró la solución final de clausurar los diarios que publican temas que no son de su agrado. A modo de aclaración, Defelippe ocupa el lugar número 45, el último, en la lista de senadores de la Alianza Encuentro Nacional (AEN), que encabeza la actual diputada Kattya González. En el medio, un arcoíris de atisbos ideológicos. De imposible compatibilidad. El Partido Patria Querida (PPQ) presenta en los tres primeros lugares a Orlando Penner, Fidel Zavala y Stephan Rasmussen, quienes, al parecer, no están muy a gusto en el grupo, por lo que se limitan a una tibia campaña, casi nula, a favor de Efraín Alegre. O sea, están, pero no están.

Lo que ocurre dentro del Frente Guasu Ñemongeta es de antología. La Lista 40 es una sola. Lideraba por Fernando Lugo. Número uno. A partir de ahí, ya todos andan por su cabeza. Patas para arriba. A raíz de su estado de convalecencia por un accidente cerebrovascular, el ex presidente de la República no bajó ni alzó el pulgar a nadie. Sus intérpretes aseguran que apoya a Efraín Alegre. Pero el número dos de la lista es Sixto Pereira, quien está acompañando fuertemente a la dupla Euclides Acevedo-Jorge Querey, es decir, al movimiento La Nueva República. Lo mismo que el ubicado en tercer lugar, el senador Hugo Richer. Los números cuatro y cinco, Esperanza Martínez y Carlos Filizzola, están dentro de la Concertación Nacional. El número 6 vuelve a ser del “Gallo”, el ingeniero Miguel Fulgencio Rodríguez. Es fácil de entender, ¿verdad? Lo más complicado, otra de las claves de este desconcierto es que hace días nomás Soledad Núñez afirmó que “corremos el riesgo de ser un Estado paria como Venezuela, condenado por la comunidad internacional y, por ende, lejos de obtener grado de inversión y otros beneficios para generar empleos y mejorar nuestra economía”. ¿Cómo así, Sole? Los senadores del Frente Guasu (FG) que están en tu equipo se pronunciaron para defender al presidente de Venezuela desacreditando, de paso, al Grupo de Lima por el “hostigamiento forzado” en contra de Nicolás Maduro. Fue en abril del 2019. Salvo que ahora hayan cambiado de posición sería interesante conocer la opinión al respecto de Lugo, cuando pueda, Esperanza Martínez y Carlos Filizzola. Cuando puedan, nomás. No hay apuro. Recordemos que, en ese ambiente de “armonía”, la senadora Desirée Masi cuestionó a sus colegas del FG porque, según aseveró, “mi partido –el Democrático Progresista (PDP)– desde el 2013 viene diciendo que en Venezuela no hay democracia”.

Bien entrenados oportunistas, los integrantes del partido familiar –ni hace falta mencionar cuál es– juegan a varias puntas. Como el PLRA tuvo la gentileza de ceder espacios a políticos sin pueblo dentro de la Alianza Senadores por la Patria –el liberalismo radical propiamente dicho no aparece–, en el lugar número cuatro se atornilló, Rafael Filizzola, esposo la senadora Desirée Masi, una de las piezas clave en el gobierno de Mario Abdo Benítez, por la cantidad de funcionarios de alto rango que incorporó a tal administración. Por eso nunca van a escuchar una crítica hacia el heredero de la dictadura de Alfredo Stroessner. Y ahora viene lo bueno: el “honorable” senador Pedro Arthuro Santa Cruz Insaurralde, pretendiendo el rekutu, se ubicó en el número once, pero en la lista del Frente Guasu (FG). Hay que dividir la tropa, por si en esa operación aritmética está la ganancia. Desde mi humilde opinión, tengo la leve sospecha de que ambos quedarán afuera.

Rebobinando. Dentro de la Concertación, el Partido Liberal Radical Auténtico no tiene lista propia, aunque cuenta con mayoría en la Alianza Senadores por la Patria (ASP), ubicando como cabeza de serie a Enrique Salyn Concepción Buzarquis. El Frente Guasu tiene una sola lista, pero sus integrantes están divididos. Fernando Lugo sigue sin hablar. El PDP se invisibilizó para infiltrarse en dos equipos diferentes. Soledad Núñez critica al régimen de Venezuela, pero el Frente Guasu apoya a Nicolás Maduro. Y Patria Querida anda por andar. El agua es bipolar (positivo y negativo) y el aceite ni fu ni fa. Claves muy sencillas para comprender el desconcierto en la Concertación. ¿O no?

Los afiliados del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) son los más confundidos, porque dentro del frente opositor licuaron sus banderas, sus principios y hasta su polca tradicional.

Ante el creciente rechazo popular a la figura de Efraín Alegre, en estas últimas semanas, asesores y prensa amiga recomendaron, y así lo están haciendo, descansar toda la campaña sobre Soledad Núñez.

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