- Por Josías Enciso Romero
Mi vecino don Cecilio amaneció caminando a ritmo de marcha forzada, con pasos marciales, producto, tal vez, de la disciplina espartana que le inculcó su padre, un excombatiente de la guerra del Chaco. Parecía fusil al hombro, en los humedales de Playa Girón. Algo le irritaba. Con los años que llevamos intercambiando voceadas a través del tejido de alambre aprendí a conocerlo. Estaba molesto. Apenas me vio, con esa su natural habilidad de pasar de un estado de ánimo a otro, se acercó para no elevar tanto la voz, y con un gesto de malévola complicidad soltó, como sin querer: “¿Viste lo de Lugo?”. Le respondí que sí, que por supuesto, era la noticia del día. Se refería a la visita de los dirigentes de un sector del Frente Guasu al ex presidente de la República (Fernando Lugo) en una clínica de Buenos Aires, donde se encuentra en proceso de recuperación después de su accidente cerebrovascular. “¿Pero viste todo?”, me desafió dándome a entender que él concluyó otras lecturas del hecho. Aguanté el desdén a pecho gentil y en silencio. Entonces, siguió avanzando con esa sonrisa mefistofélica que lo hace único a sus ochenta y tanto de años: “Ese Lugo es una anguila enjabonada”. Ahí intervine en lo que me pareció una exageración, una redundancia. “Nooo, me replicó, este ex obispo es imposible de atrapar por lo sinuoso y resbaladizo. Ni un saludo para la Concertación Nacional ni para su candidato a presidente Efraín Alegre. Es más, no nombró a nadie en su habitual condición de sapo de otro pozo”.
Y no dejaba de tener razón. Nuestro diario ya había observado en tapa esa situación. Como yo solo seguía asin-tiendo con la cabeza, pro-siguió exultante: “Y lo más bueno es que ahora los del Frente Guasu ya se parecen a los colorados, ya tenemos Frente Guasu Ñemongeta efrainista y un Frente Guasu Teete. O sea, el primero, de derecha, y el segundo, de izquierda. ¿Qué te parece? A Lugo no le cuentan nada, pero él sabe todo”. Y sin esperar respuestas, como, también, es su costumbre, se retiró sin despedirse. A mitad de camino, otra costumbre a la que ya me acostumbré, se da la vuelta y me confiesa: “Un senador fue el que le puso como marcante ‘mbusu enjabonado’. Por ahí escuché”. Sus disquisiciones tenían manijas de razón. Hasta en las últimas intervenciones de la Embajada de los Estados Unidos en nuestro país tienen posiciones ideológicas diametralmente opuestas. Los dirigentes que decidieron retirarse de la Concertación Nacional liderada por Alegre y que acompañan las candi-daturas de Euclides Ace-vedo y Jorge Querey por La Nueva República permanentemente están condenando la utilización proselitista que hacen los otros de la imagen de Fernando Lugo. Con el “Gallo” están nada menos que el médico personal del ex mandatario, Jorge Que-rey; Sixto Pereira, uno de sus compañeros con mayor afini-dad doctrinaria, y su amigo y socio de farra, Miguel Ful-gencio “Kencho” Rodríguez. Sin embargo, Lugo, otra vez, no tomó partido. Por ahora, al estilo del inolvidable don Blas N. Riquelme.
Efraín no quedó muy “alegre” con el mensaje de Lugo en Twitter. Ni una palabra. Solo un saludito con el famoso brazo exhibiendo músculo. El escrito de Fernando (ya le tuteo): “Recibí la visita de compañeros y compañeras desde Py. Hago llegar mi gratitud ante las múltiples expresiones de solidaridad que recibí en todo este tiempo. Agradezco a Dios, a todo el equipo médico, a mis seres queridos, y a todos quienes me acompañaron con sus oraciones”. Fiel a su estilo de agujero del medio, como boca de poncho, como ya escribió alguien hace poco. Los compañeros, innomina-dos todos, ni siquiera fue-ron citados por su partido o partidos políticos. Y eso que estaba su ex precandidata a presidenta de la República, Esperanza Martínez, quien se sacó las taquillas estando Lugo enfermo, para intentar ganar nuevamente un escaño en la Cámara de Senadores. Y también estaba su yerno, ex concuñado del prófugo Juan Arrom. Y así. Pero las expec-tativas no se derrumbaron de buenas a primeras. Por-que el tuit era con hilo. Con ese hilo sedoso que antes se usaba para unir las tajadas de la pelota de cuero.
“Rea-firmo mi total, y pleno com-promiso de seguir trabajando por hacer del mundo un lugar más justo, y por un Paraguay para todos y todas”. ¿Saludos a los compañeros de la Con-certación? Ni por la tapa. Para nuestro diario prefe-rido por su inalterable voca-ción de manipular la verdad y tergiversar los hechos, por su coherente fe en el vil metal, “que nunca huele mal”, el escrito de Fernando Lugo es lo de menos. Lo que importa es lo que dijeron los visitantes. Así sus ave-zados periodistas ponen en boca del ex obispo: “Lugo reaparece y pide unidad a la oposición para derrotar a la ANR”. Entiéndase Asocia-ción Nacional Republicana. En una obviedad que renun-cia a toda prueba, se “olvida-ron” de mencionar que fue Efraín Alegre el que contri-buyó con su “condena” para que Lugo fuera destituido, vía juicio político, de la Presi-dencia de la República. ¿Será que alguien le sobornó para votar en tal sentido? ¡Vaya uno a saber! Preguntas exis-tenciales que aumentan el estrés cotidiano. Tal vez la diputada Celeste Amarilla tenga la respuesta.
Para nuestro diario preferido por su inalterable vocación de manipular la verdad y tergiversar los hechos, por su coherente fe en el vil metal, “que nunca huele mal”, el escrito de Fernando Lugo es lo de menos.
Así sus avezados periodistas ponen en boca del ex obispo: “Lugo reaparece y pide unidad a la oposición para derrotar a la ANR”. Entiéndase Asociación Nacional Republicana.