El proyecto de ley de pedido de crédito de 233 millones de dólares, unos 1,6 billones de guaraníes, compromete los fondos jubilatorios de todos los paraguayos que se van a usar como garantía del multimillonario préstamo. El referido proyecto es impulsado por el presidente Mario Abdo Benítez, la bancada que responde al movimiento oficialista Fuerza Republicana (de hecho, el principal proyectista es el diputado y precandidato a senador oficialista Arnaldo Samaniego), cuenta con el apoyo de los senadores que responden al siempre colaboracionista y quien realmente compartimenta el poder con Abdo, Efraín Alegre.

Ahora bien, ese vagón de guita no es todo lo que se necesita, es apenas lo que se le debe a los proveedores (quienes tienen todo el derecho a exigir el pago y recibirlo por los medicamentos o insumos que vendieron al Instituto); el global de las necesidades es un poco más del doble, algunos mencionan que la deuda total ronda los 450 millones de dólares, imagínese que hasta en los programas de maternidad y niñez hay agujeros que cubrir. El Instituto de Previsión Social no tiene problemas de financiamiento, tiene problemas de gestión y de corrupción. Y se llega a esta situación porque este gobierno lo usó como uno más de sus indistinguibles botines con los cuales pagó los compromisos que asumió con los diversos caciques políticos y sectores económicos que financiaron su llegada al poder. Hay que ser claros. Dirán que la deuda no es solo producto de este gobierno y tendrán razón, sin embargo, mucho hubiese ayudado que el presidente ponga a gente mucho más acorde para presidentes y consejeros del IPS, que no son más que cupos de sus amigotes. Aprobar el préstamos es avalar y apoyar la desastrosa gestión de la gente que Mario Abdo puso al frente.

El proyecto ya cuenta con dictamen y el presidente del Senado el ultraoficialista, “Cachito” Salomón rápidamente lo incluyó en una adenda del orden del día de la sesión de ayer jueves 24 de noviembre. Pero eso no es suficiente, se planteó adelantarlo y llevarlo al punto 4 y 23 senadores votaron a favor de esa moción. Con esos 23 votos podría aprobarse, el proyecto quedaría sancionado y pasaría el Ejecutivo para su promulgación en tiempo récord y sin que se haya convocado por lo menos una audiencia pública en la que los asegurados y jubilados puedan hacer escuchar su voz. El proyecto y todo el proceso es esperpéntico. Votaron a favor de adelantar el tratamiento del proyecto los senadores de Fuerza Republicana, de Hagamos, del efrainismo y algunos del llanismo. En contra del tratamiento se manifestaron las bancadas de Honor Colorado y de Patria Querida, y a favor de la postergación la bancada del Frente Guasu.

El que vote a favor del préstamo se está degradando a vivir en las cloacas mismas de la historia y ser parte de la peor pesadilla de una ciudadanía, que atrapada en sus urgencias, no sale a las calles en masa para evitar esta muestra de eficacia. Eficacia para el asalto al Estado. Es un asalto en el que llegan por detrás, en silencio, en la oscuridad, como viles cacos perpetran el asalto y desaparecen de la escena. Las víctimas somos los asegurados y jubilados. El apuro para tratar el proyecto se debe a la cercanía de las internas, hay una campaña que debe ser financiada. Y con ese objetivo ni nuestra jubilación se salva.

Entre el Ejecutivo y una mayoría del Poder Legislativo tan servil que hacen de simples escribanos rentados del primero, se están llevando hasta la última moneda de todos los paraguayos. A toda máquina.

El apuro para tratar el proyecto se debe a la cercanía de las internas, hay una campaña que debe ser financiada. Y con ese objetivo ni nuestra jubilación se salva.

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