- Por Josías Enciso Romero.
Es absolutamente lógico que un presidente de la República que vive en permanente estado de ausencia no esté presente el día del Censo Nacional de Población y Viviendas 2022 que se realizó ayer, 9 de noviembre. El señor Mario Abdo Benítez programó un viaje a Alemania, partiendo hacia el viejo mundo el pasado lunes 7. Acababa de “visitarnos” de España, donde su mayor logro fue convertirse en protagonista de algunos bloopers –agraciados, posteriormente, con cientos de memes–, coronando su gira turística con un cambio de apellido de parte del mismísimo rey Felipe VI, quien sustituyó Benítez por Rodríguez. Mucho intenté desentrañar de dónde provino la confusión y por qué. Hasta que el sabio de mi vecino, don Cecilio, aprovechando que ayer nadie debía salir de su casa, me gritó desde su oficina debajo del mango, mate en mano, por supuesto: “Lo hizo a propósito, porque el general Rodríguez (Andrés) fue el que le derrocó a su único líder, el dictador Alfredo Stroessner, el tiranosaurio, cuyas escamas siguen conmoviendo el corazón de Mborito”. ¿Y cuál sería la razón de tan doloroso desquite?, le consulté. “¿Moõpiko che aikuaáta?”, me respondió, ya malhumorado, para variar. Luego, entre dientes, musitó: “Tan intrascendente es este pobre muchacho que nadie le conoce, a pesar de su investidura presidencial. Y ahora se fue de paseo a Alemaña, como dirían los rioplatenses”.
Lo más simpático es que, en ese ínterin, se descubrió que se había gastado una fortuna en viajes totalmente improductivos de altos funcionarios de este gobierno, por lo que, según el jefe del Gabinete Civil de la Presidencia de la República, Hernán Huttemann, antes de partir hacia Alemania, el jefe de Estado dejó instrucciones para que, decreto mediante, se reglamenten estas alegres excursiones, debiendo, previamente, justificarse y aclarar en qué van a beneficiar al país. Si tal reglamentación hubiera estado en vigencia, el primero que no tendría que haber viajado es Marito. Realiza viajes de “exploraciones” de presuntas inversiones a menos de un año de concluir su mandato. Sin ningún provecho para el Paraguay. Pero ha’e oviajasemínte.
Mario “Asno” Benítez sabía que estos censos se realizan cada diez años. El último fue en el 2012. Los otros fueron en 1962, 1972, 1982, 1992, 2002… O sea, hace diez años estaba en conocimiento de que dicho acontecimiento tendría lugar este año. Él mismo sancionó la Ley N° 6987 del 30 de setiembre del 2022. Y bueno. La historia se repite siempre. Ahora volvieron a decirnos “quédense en sus casas”. Pero el mandatario no da el ejemplo. Fue el primero en rajarse a otro país. Así como durante la pandemia, cuando vivíamos encerrados para que ellos (los del Gobierno) pudieran robar mejor. Nunca tuvimos un presidente que viviera todo el tiempo en el aire. Jamás consiguió aterrizar para conocer, aunque sea de paso, sus funciones como presidente de la República. Eso sí, para asaltar el barco del Estado es un diestro bucanero. Es decir, lo que muchos consideran un hecho trascendental con el fin de planificar nuestro futuro (mediante estadísticas y situación socioeconómica), para Marito no reviste ninguna importancia. Lo único que les interesa, a él y a su gavilla, es aumentar sus posesiones esquilmando los recursos públicos.
Como dijimos al principio, la ausencia de Marito es entendible. Nunca estuvo para enterarse de los más de 19.500 fallecidos por el covid-19. Pero ha’e el presidente que mejor manejó la pandemia en la región. Según él y solo él. Ni se dio por enterado de los feroces actos de corrupción cometidos durante su gobierno con el pretexto de la pandemia. Ni de las rutas asfaltadas con el asfalto proveído por su propia empresa privada. Ni de la “pasarela de oro” del “Wiens derecho de la corrupción”. Ni de las licitaciones amañadas a través de su cuñado, el influencer mayor en el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), durante la época dorada de Arnoldo Wiens, quien ahora ya quiere ser presidente de la República para robar a toda máquina.
José de Galilea abandonó Nazareth, con su esposa María a punto de dar a luz, para dirigirse hacia Belén con el propósito de que pudieran ser censados y cumplir así con el edicto de César Augusto, quien indicaba que todos debían registrarse en su lugar de origen. Sospecho que Marito, creyendo que es heredero directo del tiranosaurio, supuso que estaba haciendo lo mismo. De él puede esperarse cualquier cosa. Porque, igual que su padre don Mario, nació el día menos pensado. Según Roa, “el tyrannosaurus, descendiente de los feroces carnívoros tecodontes de enormes colmillos y belfos colgantes que aparecieron durante el Triásico en las tundras de lo que lo que hoy es Baviera, región de la que son también oriundos los progenitores del tiranosaurio Stroessner”. Ahora todo tiene sentido. No se diga más.
Sospecho que Marito, creyendo que es heredero directo del tiranosaurio, supuso que estaba haciendo lo mismo.
Nunca estuvo para enterarse de los más de 19.500 fallecidos por el covid-19. Pero ha’e el presidente que mejor manejó la pandemia en la región.