• Por Josías Enciso Romero

El refrito, en términos periodísticos, con­siste en recalentar una información vieja para salvar el día. Era el último recurso –y lo sigue siendo– de los redactores holgazanes o poco creativos. A los lecto­res les cae más pesado que un locro ka’aru. Con el descargo correspondiente de que tam­bién suele utilizarse cuando no hay absolutamente nada novedoso ni relevante en el área de cobertura. Ahí se aplica el ingenio, tratando de encontrarle la necesaria vuelta de tuerca y ubicar en primeras líneas una situa­ción descrita a mitad o al final de un texto en los días anteriores. Otra cosa muy diferente es cuando apa­rece un hecho nuevo –como en los juicios– que obliga a reproducir los antecedentes, medulosamente detallados. La noticia es, entonces, enri­quecida para que le permita al público interpretar la situa­ción dentro de su específico contexto. Y no son pocas las veces en que se insiste con el mismo y repetido tema con malicia y deshonestidad inte­lectual (lo de intelectual ya es de yapa nomás), intentando fijar en la mente de los ciuda­danos la posición sesgada e interesada de los propietarios de los medios de comunica­ción. Casi siempre, insalva­blemente, compartiendo una agenda común con algún sec­tor partidario y sus dirigen­tes. Se utilizan mutuamente –alguna vez ya hablé de eso– hasta que se agota la utilidad para unos y otros. Entonces, el divorcio se vuelve inevita­ble. Hasta encontrar nuevos consortes para sus espurios planes político-comerciales.

El “informe final” de la Comisión Bicameral de Investigación del Congreso de la Nación, cuyas conclu­siones “no serán vinculantes para los tribunales” (Cons­titución Nacional), presi­dida por el senador y candi­dato a vicepresidente por el movimiento Nueva Repú­blica, Jorge Querey, es lo que se llama un refrito, tal como explicamos al inicio de este artículo. Su candi­dato a presidente de la Repú­blica es Euclides Acevedo. Para muchos, el plan “B” del gobierno de Marito y su entorno. “Cualquiera, menos Santiago Peña”, del movi­miento Honor Colorado, liderado por Horacio Car­tes, parece ser la consigna del oficialismo marioabdista. El locro recalentado por Que­rey ni siquiera es de ayer. Ni de hace una semana. No. Viene del mejunje mamotré­tico armado por el entonces ministro del Interior masista (de Desirée Masi), Arnaldo Giuzzio, el 3 de febrero de este año, y que publicó el dia­rio con fe en la plata, la men­tira y la distorsión, Abc Color, y vinculaba a “Cartes en red de contrabando y lavado”. Desde ese día no paró más. Ni el diario del perrito que ladra a la luna desde la calle Benja­mín Constant. En esa misma sesión tendría que tratarse el juicio político a Giuzzio por mal desempeño de sus funciones. No hubo votos. ¿Para qué luego? Celebra­ron el vicepresidente de la República, Hugo Velázquez, y el asesor político adjunto del presidente de la Repú­blica, Mauricio “Pinky” Espínola. “Sacarlo –decía el ‘Toro’– sería lavar el ros­tro de la mafia que le está queriendo sacar”. Y bueno. “Vínculo con un narco detenido en Brasil tumba a Giuzzio”, anuncia con tris­teza Última Hora en su edi­ción del 23 de febrero. La pri­micia fue nuestra, del diario La Nación/Nación Media. Para que se pichen más.

Casi a finales de mayo, Marito anuncia que tiene documen­tos “comprometedores con­tra Cartes”. Y que los iba a hacer públicos. Pero prefi­rió filtrar la información a los siameses Natalia Zuccolillo y A.J. Vierci. “Fulminantes datos sobre red montada por Horacio Cartes”. ¿La fuente? “Un reporte oficial del Estado paraguayo”. Se trataba de un adefesio mal recortado y peor pegado. Pero sirvió para el delirio. Nicanor Duarte Frutos anunciaba, después de estas publicaciones, que “el cartismo sufre sus horas más oscuras”. Y, ya fuera de sí, se preguntaba: “¿Acaso miento?”. Para responderse a sí mismo, ante un audito­rio que no dejaba de boste­zar: “Estoy diciendo la ver­dad, todo lo que digo está publicado en los medios nacionales e internaciona­les”. Ya lo expliqué una vez. Pero esta vez vale el “refrito”. El Gobierno provee la “ful­minante información” a los medios aliados del poder y, luego, los mismos voceros del Gobierno conceden catego­ría de infalibilidad a esos medios que publicaron los documentos pro­porcionados por el Gobierno. O están totalmente deschavetados o nos toman por tontos. Habría que aumentar la dosis de Ris­peridona.

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Luego vino el caso del avión iraní y su “vinculación con Tabesa”. Todos sus tripulan­tes acaban de ser liberados en la Argentina. Pero aquí se fra­gua o refrita cualquier cosa para tratar de sacar de carrera a los candidatos y precandi­datos del movimiento Honor Colorado. El que fuera minis­tro de la Secretaría Nacio­nal Anticorrupción (Senac) declaró a los medios que “creemos –o sea, suponen nomás– que la operación comercial fue fachada de otra actividad”. Pero, para Abc, la noticia era que “Senac sospecha que cigarrillos fueron fachada para operación terrorista”. ¡Qué lo parió! Y después pro­claman credibilidad.

Desechados los mamotretos oficiales, ahora les queda el último pataleo: El informe de la CBI ubicando al Para­guay en el “corredor logístico de la criminalidad interna­cional”. Aparte de Querey, la comisión está integrada, entre otros, por los “inte­lectuales” republicanos, el senador Juan Afara y el dipu­tado Hugo Ramírez Ibarra, así como por el senador del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), el siem­pre sereno y equilibrado, Enrique Salyn Buzarquis. ¡Ah! Según el informe, la Unidad Interinstitucional de Combate al Contrabando, que tiene a Emilio Fúster al frente, “está debilitada y sin presupuesto” (anga), en tanto que la Unidad Especia­lizada contra el Contrabando del Ministerio Público (San­dra Quiñónez) ha fracasado en su misión. Amable lec­tor: Aquí ya podrá apreciar la ecuanimidad de esta comi­sión especializada en refri­tos, cuya única intención es puramente política: la elimi­nación del adversario electo­ral. El tiempo se les acorta. Y el fantasma de la derrota se aproxima. El horno no está para pasarelas. Ni para perdedores seriales. Ni para gallos. Por eso los manotazos de desesperación en medio de las correntadas. Diciem­bre está cerca.

“Cualquiera, menos Santiago Peña”, del movimiento Honor Colorado, liderado por Horacio Cartes, parece ser la consigna del oficialismo marioabdista.

Desechados los mamotretos oficiales, ahora les queda el último pataleo: El informe de la CBI ubicando al Paraguay en el “corredor logístico de la criminalidad internacional”.

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