Luego de los resultados de las elecciones en Brasil en los que las mediciones daban una intención de votos menor a Jair Bolsonaro de los votos que finalmente obtuvo el domingo pasado, en nuestro país se ha puesto en marcha una operación para desmeritar el trabajo de las encuestadoras. El trabajo inicial se hizo desde los medios de comunicación alineados al Ejecutivo, donde algunos voceros están planteando imponerle controles, restricciones o incluso censurar la publicación de las encuestas.

El segundo acto de la operación lo protagonizó el propio precandidato a presidente oficialista, el ex ministro Arnoldo Wiens, quien muy suelto de cuerpo afirma que el movimiento Honor Colorado compra encuestas y que nada más por eso sus candidatos aparecen como ganadores en todas. Obviamente, y siguiendo la operación, el diario de Natalia puso la afirmación como titular principal de tapa en su edición de ayer.

La operación se da en medio de una campaña interna en la cual ni Wiens ni Mario Abdo logran despegar en ninguna medición, pero en ninguna, ni siquiera en las que históricamente le han hecho estos estudios al movimiento Añetete; ninguno se anima a maquillar resultados o a prestarse a un eventual intento de manipulación al electorado y eso produce un pirevai muy importante al interior de la campaña del Gobierno.

Mario Abdo y Wiens deberían buscar los motivos de sus paupérrimos números en las mediciones, entre sus propios candidatos a senadores, diputados, junta departamental o presidentes de seccional. Ellos mismos son quienes hace varias semanas han dejado de hacer campaña por las candidaturas a presidente de la República y a presidente de la ANR. Un amplio sector de afiliados colorados ya tomó su decisión de votar por Peña y Cartes, cuando les dicen que no votarán a Abdo ni a su ministro lo que hacen es pedirles que “por lo menos” voten por el oficialismo en los cargos al Congreso o para presidente de seccional. Sabiendo que en los cargos de mayor preponderancia la batalla está perdida, están trabajando por sí mismos y nadie más. Esto está pasando, por eso las mediciones son tan escuálidas y Mario Abdo lo sabe y es por eso también que en cada reunión que tiene con sus equipos departamentales les reclama de manera tan agria y nerviosa. Y si no, que lo cuenten Mario Varela, Soto Estigarribia y Édgar Olmedo, quienes la semana pasada recibieron una reprimenda del propio presidente de la República. Y se tienen reportes de que ha hecho reclamos similares a casi todos los departamentos.

De manera que antes de cargar sobre las encuestas o las encuestadoras, los números que lo único que hacen es mostrar la fotografía del momento (la misma se mantiene casi inalterable desde octubre del año pasado), mejor sería que Abdo y Wiens revisen entre su propia tropa o envíen un pyrague a verificar el trabajo que hacen. Después de todo, Mario Abdo no desconoce el procedimiento de pyraguereato.

Y que lo cuenten Mario Varela, Soto Estigarribia y Édgar Olmedo, quienes la semana pasada recibieron una reprimenda del propio presidente de la República.

Ninguno se anima a maquillar resultados o a prestarse a un eventual intento de manipulación al electorado y eso produce un pirevai muy importante al interior de la campaña del Gobierno.

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