- Por Josías Enciso Romero
No paraba de emocionarse. Subió a las gradas para gritar gol a todo pulmón. La pelota se coló ahí donde las arañas tejen su nido. Al menos, así se imaginó. Multifacética como es, lanzó un tiro de triple. En su éxtasis pensó que embocó el aro. Y que, por la fuerza del impacto, el balón rompió hasta los piolines. Miró a su alrededor y todo un país coreaba su nombre. Deliraba. Bailó en una pata como Nuréyev en la “Bella durmiente”. Ronca de emoción maulló hacia las nubes. Corrió sobre el tejado de zinc caliente, trasportada en Liz Taylor, y de un salto “piscotea” la naranja.
Con los sentidos en estado de suspensión, en mística unidad, tuvo línea directa con el Espíritu Santo. La verdad ha sido revelada. Sus voceros celestiales son los funcionarios corruptos del Gobierno más corrupto de los últimos treinta años. Pero, hagamos la salvedad, son “sus” corruptos, parafraseando a aquel presidente de los Estados Unidos. Por tanto, dueños absolutos de la certeza que no admite dudas. Aunque ya manejaba de antemano el amañado informe, como riñón que es del círculo del presidente Mario Abdo Benítez, no pudo controlar su frenesí.
Cuando su alma aterrizó nuevamente al cuerpo, la senadora Desirée Masi, aún con las manos temblorosas por la excitación, explotó en su ámbito natural, las redes sociales, su incontenible fobia contra Horacio Cartes.
Aunque todo el mundo sabe de qué se trata, pongámonos en Contexto. La Secretaría Nacional Anticorrupción (Senac), bajo la batuta de Federico Hetter (de la misma rosca de los ex fiscales empotrados en el poder de Abdo Benítez), la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad), cuyo responsables es uno de los hombres fuertes de la senadora Masi, el también ex fiscal René Fernández, y la Dirección Nacional de Aduanas (DNA), bastardeada por el cuestionado Julio Fernández, declararon en conferencia de prensa que encontraron “inconsistencias” en los documentos de Tabesa y el avión de la Empresa de Transporte de Aerocargo del Sur (Emtrasur).
Un nuevo montaje del gobierno del anémico Marito, tal como inmediatamente lo demostró el abogado Pedro Ovelar, confirmando “el ánimo (del gobierno) de dañar la imagen de la empresa (Tabesa) y de su principal accionista, el señor Horacio Cartes”. Cuento viejo. Artimañas repetidas. Argumentos sosos. Artillería herrumbrada. Balas de fogueo que ya no engañan a nadie. Humo distractor que se disipa con la brisa más suave.
El desastre de Marito ya no lo arregla ni el Mongo Aurelio.
Algo tenían que inventar después de que el senador Enrique Riera demostrara cómo este gobierno es copartícipe por su inutilidad o complicidad con el tráfico de estupefacientes que son decomisados en Europa y que tienen como puerto de origen nuestro país. Mientras, Aduanas, la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), con Zully Rolón a la cabeza, y todos los demás organismos de control duermen la siesta de los párpados pegados.
No escuchamos ninguna crítica de la senadora Desirée Masi sobre este caso. ¿Para qué? Si ella vive en concubinato con el poder. Veamos las razones de nuestra contundente afirmación. Veamos. Todos los mamotretos, con aspiraciones de “fulminantes”, fueron elaborados por políticos de su equipo o de su confianza: Arnaldo Giuzzio, cuando fue ministro del Interior; Carlos Arregui, en su época de ministro de la Seprelad (ahora con su premio consuelo como miembro del directorio del Banco Nacional de Fomento); René Fernández, quien de la Senac pasó a la Seprelad. La rosca gira y gira, pero sobre un mismo eje: Marito-Desirée.
Quienes deberían cuidar de la salud moral del Estado prefirieron abonar el camino de la corrupción. Nada vieron en los atracos al Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social durante la crisis provocada por el covid-19. Nada detectaron en las licitaciones dirigidas hacia las empresas amigas en el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones cuando el cargo era ejercido por el precandidato a la Presidencia de la República Arnoldo Wiens.
Dejaron que los amigos del “Toro” Hugo Velázquez y de la senadora Lilian Samaniego realizaran una verdadera “limpieza” financiera con los fondos del Instituto de Previsión Social (IPS) mientras los pacientes suplican atención y mendigan por medicamentos. Ni se animaron a acercarse a la nave insignia de la corrupción, la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), que tiene como mascarón de proa al “mariscal de la derrota”, Óscar “Nicadrón” Duarte “Bruto”. La fresca viruta provoca amnesia.
Mi vecino, el picante don Cecilio, me dijo ayer a la mañana que nunca leyó a la senadora Desirée Masi criticar la asquerosa sobrefacturación de la “pasarela de oro” del “Wiens derecho” de la corrupción. “Y hasta hoy –me confesó– nunca pude develar un gran misterio que no me deja dormir: ¿Cómo viven sin trabajar Efraín Alegre y Rafael Filizzola?”. Este último, casualmente, esposo de Desirée Masi. En los últimos meses, le consiguió un conchabo millonario a su medio apepú en el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC).
Para mí, la película es muy clara. Y más aún cuando la elocuencia de las fotos no amerita mayores explicaciones. Porque no son montadas, como las “denuncias” del oficialismo. Marito, Desirée y Wiens armaron una ventajosa trilogía durante los años que compartieron en el Senado. Por eso, el silencio cómplice de la doctora, otrora antiestronista, hoy conversa de la dictadura. Quiere continuar cohabitando con el poder. Arnoldo es su mejor garantía. Pero, como no tiene chance alguna de ganar ni a los premios, hay que sacar del camino al principal adversario, el líder del movimiento Honor Colorado, Horacio Cartes. Y con ese fin, cualquier medio vale. Hasta el más sucio. La película ya la vieron los colorados. Votaron a Marito, pero gobierna el Partido Democrático Progresista (PDP). El gato una sola vez mete la mano en el fuego. Aunque la gata insista. El que quiera oír, ¡oiga y aprenda!
Declararon en conferencia de prensa que encontraron “inconsistencias” en los documentos de Tabesa y el avión de la Empresa de Transporte de Aerocargo del Sur (Emtrasur).
Algo tenían que inventar después de que el senador Enrique Riera demostrara cómo este gobierno es copartícipe por su inutilidad o complicidad con el tráfico de estupefacientes que son decomisados en Europa y que tienen como puerto de origen nuestro país.