• Por Josías Enciso Romero

Alfredo Guachiré es un tiburón que olfatea la sangre. Así llega a sus presas. Es en las redes sociales donde nada más a gusto. Es Twitter su palo preferido. “Tampoco da puntada sin hilos”, dejó deslizar don Cecilio, mi vecino, cuando le comenté que encontré historias muy interesantes entre sus publicaciones. En el 2020 fue a la caza de objetivos de bulto, como el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, y las tierras irregularmente adjudicadas a su padre, don Mario, secretario privado del dictador Alfredo Stroessner; Nicanor Duarte Frutos, director de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), y su cuantioso patrimonio imposible de justificar, así como la utilización discrecional de recursos; Juan Ernesto Villamayor, en su época de jefe del Gabinete Civil de la Presidencia, y la historia de un negociado que, luego, fue frustrado, con la deuda que tiene nuestro país con Petróleos de Venezuela SA (PDVSA), y algunos intercambios de favores entre el “mariscal de la derrota” y la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay SA (Essap), presidida por Natalicio Chase, entre otras lindezas por el estilo.

Aunque, luego, se cansó de investigarlos –nada nuevo hemos leído en los últimos meses–, o ya no quiso aburrir a sus seguidores con repetidos personajes, siempre reconforta revisar, de tanto en tanto, el resultado de tan arduo trabajo donde, al menos esa impresión tenemos, algunos datos y documentos fueron filtrados desde adentro, en especial en lo que respecta a las publicaciones sobre la EBY, donde “Nicadrón” Duarte “Bruto” hace honor a su nombre, ejerciendo el cargo sin control, como en un territorio liberado. El 24 de junio del 2020 tuiteaba lo que él llamaba un adelanto: “Nicanor Duarte Frutos en 17 años aumentó su activo en el 2.000%, según su declaración jurada. Sí, dos mil por ciento. De tener 780.000.000 de guaraníes, pasó a 15.154.510.641 guaraníes, con más de 20 propiedades, cuatro estancias en el Chaco y vehículos de alta gama”. Ese crecimiento, según la misma publicación, se dio entre 1999 y el 2016. “No tenemos acceso a su declaración (jurada) desde que asumió en Yacyretá”, aclaraba.

El 30 de octubre de ese mismo año seguía hilando: “Desde que Nicanor Duarte Frutos (ya le arroba) asumió en la EBY no ha dejado de mentir. Realizó supuestos despidos en el marco de la reestructuración, pero durante la cuarentena se encargó de ubicar a políticos de su movimiento, llegando, incluso, a contratar a la esposa (Araceli Caballero) de ‘Joselo’ Rodríguez”, protagonista del acta secreta de Itaipú. “Mientras nos pedían quedarnos en nuestras casas, Nicanor logró ubicar 21 nuevos funcionarios durante la pandemia, que cuestan 242.041.506 guaraníes mensuales. Según (el) listado, en su mayoría pertenece a su movimiento político; adherentes que no lograron ocupar cargos electivos”. Sigue: “También Nicanor contrató como funcionario a un proveedor de la EBY con un salario de 28.000.000 de guaraníes”. Se trataba de Luis Enrique Paniagua Ochipinti, amigo del director financiero, Alejandro Takahashi. Guachiré también alzó un hilo sobre el paso huracanado de Takahashi por Petróleos Paraguayos (Petropar) durante el gobierno de Duarte “Bruto”. Naturalmente, en complicidad con el “mariscal”.

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Previamente, el 4 de agosto del 2020 afirma que “Nicadrón” posee un departamento con cochera en Buenos Aires, valuado en 1.055.560.000 guaraníes. Según el propio Guachiré, tendría otro sobre la avenida Libertador que no incluyó en su declaración jurada. “Duarte no puede justificar su crecimiento patrimonial y cómo hizo para convertirse de un humilde periodista a un acaudalado ganadero”. Solo Dios sabrá, añadimos nosotros. Un “fulminante” informe tenía que ver con el juez que lo absolvió de las denuncias por enriquecimiento ilícito. Aunque a nadie, parece, escandalizar. Mucho menos al presidente de la República. “Contrató a la esposa del juez que le dio el sobreseimiento: Raquelina Soria de López”. Lo hizo cinco meses después de la resolución judicial favorable al “mariscal”. Pero no es todo: “El hermano del juez Julián López, es decir, Máximo López, alcanzó la categoría sumun de 61.112.264 guaraníes”. Eso fue el 30 de octubre del 2020. Ahora, no sabemos a cuántos ascenderán sus remuneraciones. Los metros y metros de hilos incluyen las contrataciones directas de la EBY desde el 15 de agosto del 2018 y las empresas beneficiadas. Pero esa historia amerita otro capítulo.

En sus escritos de hace dos años, Alfredo Guachiré se quejaba de que Nicanor le negó alrededor de diez pedidos de información pública, denunciando, además, que “ordenó a tres funcionarios de la EBY intimidarme con escribanos y llegando a demandas penales que buscan hostigarme”. No sabemos en qué estado se encuentran estos procesos. Pero lo importante es no rendirse. “Nicadrón” tiene muchas cuentas que rendir. ¡Vamos todavía!

“Mientras nos pedían quedarnos en nuestras casas, Nicanor logró ubicar 21 nuevos funcionarios durante la pandemia, que cuestan 242.041.506 guaraníes mensuales”.

Ya en su nuevo rol, especialmente en el 2020, fue a la caza de objetivos de bulto, como el presidente de la República, Mario Abdo Benítez.

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