Un bot es un programa que realiza acciones repetitivas a través de Internet, como enviar mails, responder mensajes, tuitear o retuitear, buscando simular el comportamiento humano. Un algoritmo lo hace funcionar y no directamente una persona, por eso viene de la palabra robot. Hay bots con los que interactuamos a diario sin saber: como los asistentes virtuales (Siri o Alexa) o los chatbots que nos responden en la sección de atención en línea de un servicio de atención al cliente. Aunque los bots están configurados para funcionar sin intervención humana, están programados por personas y pueden amplificar sesgos, entre otros usos negativos.
Las granjas de bots son una multitud de bots administrados por una misma persona o grupo. Esta estrategia busca crear usuarios (bots) con perfiles falsos en redes sociales para aumentar el número de seguidores de una cuenta, posicionar temas o hashtags y usualmente propagar noticias falsas. No todas están ligadas a temas políticos, también pueden ser utilizadas por agencias de marketing para aumentar el tráfico de una marca o negocio. Cuando hablamos de bots diseñados para posicionar un discurso o desviar una conversación, lo más sencillo es observar su comportamiento. Algunos comportamientos comunes en bots son: seguir solo a cuentas “famosas” y verificadas, especialmente las que comparten perfil político o ideológico (ejemplo: solo sigue a cuentas de integrantes de un partido político), seguir otras cuentas no verificadas, pero cuando las analizamos todas parecen “bots”, algunos bots son creados solo para dar likes o retuits, no comentan ni tuitean, en general tienen una actividad repetitiva y pueden replicar mensajes del mismo tipo de manera recurrente y “robotizada”.
Este fin de semana, el Grupo Nación Media expuso que gran parte de los seguidores de Arnoldo Wiens en redes sociales provienen de países como Tailandia, India o Pakistán y de otros países de África y Asia. Uno se preguntaría cómo harán para traer desde lugares tan distantes a todos esos fanatizados retuiteadores compulsivos el domingo 18 de diciembre a los locales de votación de Paraguay. Además, sería prudente verificar si esos perfiles están en el padrón colorado, previamente, la CM de las redes sociales del precandidato oficialista debería de aprender a escribir en tailandés así le envía un mensaje y le invita a estar presente en el próximo acto en la seccional. El costo de pasajes y viáticos es un tema menor.
Las redes sociales no son elementos decisorios de voto, sirven para otras cosas, pero no para que una inmensa mayoría de la gente decida por quién votar. Las granjas de seguidores no ganan elecciones y no lo hacen por una razón muy sencilla, ni siquiera votan. Si le están mintiendo al candidato y él desconocía esto, es grave, pero si él aún sabiendo que le estaban mostrando estadísticas de rendimiento de sus redes sociales basadas en estas granjas de perfiles de Pakistán permite que siga pasando, es aún más grave porque sería una evidencia de que terminan creyendo su propia mentira. Mitomanía que le dicen.
“Nación Media expuso que gran parte de los seguidores de Arnoldo Wiens en redes sociales provienen de países como Tailandia, India o Pakistán y de otros países...”.
“Las redes sociales no son elementos decisorios de voto, sirven para otras cosas, pero no para que una inmensa mayoría de la gente decida por quién votar”.