Sobre la obsesión que el Poder Ejecutivo tenía al respecto de sacar de su cargo a la doctora Sandra Quiñónez por la vía del juicio político o renuncia, se han escrito numerosas teorías e hipótesis. La mayoría de ellas exponía el inusitado interés que tenían tanto Mario Abdo Benítez como Hugo Velázquez, con el tiempo, los millonarios recursos y las diversas tácticas que han invertido para tumbar a la actual fiscal general del Estado.
Ayer, viernes 12 de agosto, nos enteramos del verdadero motivo. El Departamento de Estado de los Estados Unidos declaraba significativamente corrupto al vicepresidente de la República y hasta esas horas precandidato a presidente por el movimiento oficialista. Hugo Velázquez, minutos después, este anunciaba su renuncia tanto a la precandidatura como a su cargo actual. A la par, también informaba su retiro definitivo de la política. El anuncio de la Embajada pulverizaba al oficialismo y lo reducía a añicos.
El motivo de la designación hace mención, según documento oficial del Departamento de Estado, hace alusión a que el ex precandidato a presidente ofreció, vía un tercero, soborno a un funcionario público paraguayo para intentar obstruir una investigación que podría perjudicar sus intereses políticos y financieros. La cifra de la que se habla asciende a un millón de dólares.
Hay al menos dos causas pendientes donde Velázquez está siendo investigado, una de ellas es la actuación que le cupo en el acta fallida de entreguismo de Itaipú que casi le cuesta el cargo a Mario Abdo Benítez y a él mismo. La otra, probablemente incluso más compleja que la primera y sobre la cual se sabe muy poco, conocida en voz baja en el mundo político como el expediente 68. Uno caliente, tanto que quema las manos del que lo toma.
Hugo Velázquez es amigo de Walid Amine Sweid, aparece junto a él en aquella famosa foto en un yate en un viaje al Líbano donde también aparecen Hassan Khalil Dia, Julio Javier Ríos y Juan Carlos Duarte (sí, el otro designado significativamente corrupto y la vía por la que se habría ofrecido el soborno).
Los dos últimos son conocidos como los únicos dos integrantes del primerísimo anillo de Velázquez. Dia y Sweid son mencionados en informes de inteligencia de los Estados Unidos por sus supuestos vínculos con el financiamiento de grupos terroristas del Medio Oriente. Sweid, Dia y Duarte aparecen vinculados a la firma Global Logistics, salpicada en un caso de megalavado de dinero, contrabando y evasión. La causa ha pasado por al menos 15 fiscales, la última había sido Fátima Villasboa, quien fue recusada y hace un tiempo recae en el fiscal Rodrigo Estigarribia. Todo el expediente tiene entre 400 y 600 tomos.
Tal vez esto nos dé algunos indicios de cuál era la verdadera razón del Poder Ejecutivo para hacerse con el control del Ministerio Público. Solo tal vez.
Hugo Velázquez es amigo de Walid Amine Sweid, aparece junto a él en aquella famosa foto en un yate durante un viaje al Líbano.
Hay dos causas pendientes donde Velázquez está siendo investigado, la más compleja y desconocida es la llamada expediente 68, tan caliente, tanto que quema las manos del que lo toma.