- Por Josías Enciso Romero
El “impoluto y honesto” director de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), Nicanor Duarte Frutos, más conocido en el ámbito de su partido, el Colorado, como el único invicto “mariscal de la derrota”, había sido que tiene sus planilleras “consentidas” y planilleros “favoritos”. Todos en la categoría vips. Cuyos nombres nuestro diario los irá dando a conocer en los próximos días. Solo hay que pertenecer al movimiento de Fuerza Republicana para gozar de tales “privilegios”. En la metáfora porcina del liberal radical Julio César “Yoyito” Franco sería el equivalente a “chanchos de su porqueriza”. Uno de los más descarados e insultantes es el candidato a gobernador por el departamento de Caaguazú, Marcelo Soto, un cuasi joven que se mamó la ancestral y acrobática herencia familiar –especialmente de las últimas generaciones– de carpismo mundanal; es decir, el aprendizaje musical del “Cucú cucú, cantaba la rana”, para saltar de tambo en tambo y así seguir bebiendo de las ubres lecheras del Estado. Pero, como representa a la identidad genética de “Nicadrón”, este hace de cuentas que tiene un derrame ocular para no ver lo que hacen sus protegidos y sirvientes que cobran sin trabajar. Entre ellos, dos de sus hijos. Tiempo al tiempo.
Marcelito Soto solamente marca los días lunes y martes en la EBY. Dicen, “por cábala del ocio”. Del resto de la semana nadie conoce su paradero. A ver si, en una de esas “pasaditas” que hace por la Binacional, deja una fotocopia de su cédula de identidad, para que sus compañeros de trabajo no se olviden de quién se trata. Cobra por “días trabajados” 20.937.680 guaraníes, más otros beneficios, que totalizan 33.640.236 guaraníes. Lo triste para la ciudadanía es que, uno de los dos únicos días en que tenía que cumplir funciones, el hijo del socio comercial del “mariscal” se ausentó para recibir al precandidato a la Presidencia de la República Hugo Velázquez (alias Kure), durante una gira realizada ayer en el quinto departamento. Sin pudor. Sin vergüenza. Sin un mínimo recato. ¡Viva el poder! El que tiene el poder hace lo que quiere. Como solía repetir el “mariscal insaciable”: puede hasta pisotear la ley. ¡Para eso mandamos, carajo! ¡A los enemigos, “ni agua”!
Marcelito el “Choto”, intelectualmente hablando, no podrá alegar que fue un “día de trabajo” porque su camisa lo denuncia. Tenía las inscripciones de Hugo y Marito. O sea, no era ropa para laburo, sino para cepillo. Y cepillo de acero, para lamerse hasta las costras. Tanta razón tenía Blas Garay: “¡Tierna podredumbre!”. Aguardamos que esta mañana los ciudadanos “indignados” presenten alguna denuncia en el fuero penal contra este paniaguado presupuestívoro. Que Luisito Bareiro, Estelita Ruiz Díaz, “Sir” Alberto Vargas Peña Weiler y Mabel Rehnfeldt se tiren de los pelos, clamen a los dioses del Olimpo e invoquen a Robespierre para que restablezca la invención del doctor Guillotín. Aunque muchos me griten “iluso”, yo tengo fe. Como aquel ídolo de mi mamá, Palito Ortega. No todo el periodismo paraguayo puede estar tan “venalmente” podrido. Alguna hilacha de esperanza tenemos que tener. ¡Vamos, que se puede! ¡Llamen a “Nicadrón”! Pregúntenle en qué lugar se enamoró de ti.
El “mariscal de la derrota” sabe que el descalabro electoral es inevitable. Es lo único que asimiló de la experiencia. En cuanto a la soberbia, la pedantería y la arrogancia nada aprendió. Es humilde en la llanura y prepotente en el poder. Actitudes propias de gente baja y ruin, sin clase, honor y código. ¡Pobre infeliz! Veleta del destino. Sin propiedad ni personalidad. En su desesperación trata de armar un triángulo entre los departamentos de Caaguazú, Misiones y Ñeembucú. Sueña que podrán ganar algunos cupos en esos lugares. Y que desde su poltrona de miembro de la Junta de Gobierno podrá realizar algunas exigencias ante quien se presenta como el claro y gran ganador para presidir la conducción del Partido Colorado: Horacio Cartes. Pero todo el dinero malversado en Yacyretá está cayendo en saco roto. En todos esos lugares citados tienen amplias ventajas los candidatos de Honor Colorado. Se explica, por tanto, la desesperación del “mariscal pastelito”. De lo que se trata, entretanto, es de seguir robando al Estado. Pero se le acaba la fresca viruta y, sin ella, se le viene la negra y larga noche de la llanura. Mantener “en planillas” a una legión de “alegres” desocupados y holgazanes, ya lo dijimos, más su mezquinado “fly boy”, empieza a tocar fondo. Es decir, los fondos públicos.
Hoy, miércoles 3 de agosto, esperamos ansiosos las declaraciones del director jurídico de Yacyretá, Juan Carlos Duarte Martínez, anunciando una investigación exhaustiva de las funciones que cumple Marcelo Soto y sus “sesudas” explicaciones seudo-jurídicas sobre por qué nunca marca entrada ni salida en la institución. Y, principalmente, qué hacía en horario laboral en un recorrido de “Kure” Velázquez. Si no es mucho pedir, obviamente. Salvo que sean chanchos de su mismo chiquero, donde el “mariscal” es el jefe de la piara. Como dice mi vecino don Cecilio: “El que nació chancho, muere puerco”. No va serrr.
Tanta razón tenía Blas Garay: “¡Tierna podredumbre!”. Aguardamos que esta mañana los ciudadanos “indignados” presenten alguna denuncia en el fuero penal contra este paniaguado presupuestívoro.
El “mariscal de la derrota” sabe que el descalabro electoral es inevitable. Es lo único que asimiló de la experiencia. En cuanto a la soberbia, la pedantería y la arrogancia nada aprendió.