- POR JOSÍAS ENCISO ROMERO
El único “mariscal de la derrota” en la galería de la Asociación Nacional Republicana, Nicanor Duarte Frutos, ya no tolera estar en solitario en la cumbre de aquel que, por soberbia, destruyó a su propio partido político y en las catacumbas de los que se ganaron el repudio colorado. Una bipolaridad de extremos que calza a la perfección con la personalidad de este fenómeno que de la pobreza franciscana dio un salto cuantitativo –no cualitativo (solo cantidad, no calidad)– a la abundancia ostentosa y exagerada. Y no precisamente con el sudor del trabajo honrado. Un fenómeno que una Justicia enceguecida a propósito no pudo develar. Nuestra diosa Astrea, personificación de la justicia humana, a diferencia de su madre Temis, que tenía jurisdicción divina, a veces es más lenta que una tortuga, pero siempre llega a destino. Como la tortuga que le ganó a la arrogante liebre. Nadie es tan rápido como para escaparse de los lazos de la ley. Pero volvamos a lo nuestro. El “pavo” que vino desde su Oviedo natal, con un piolín que cumplía varias funciones, anda tronando, tronando, tronando. Pero, para su exasperación, ni aparecen nubarrones que anuncien lluvia fresca y suave. Para él, cada vez está más cerca la larga y dura sequía. Y truena sus delirios desde El Trueno, el pasquín digital financiado a través de los discrecionales desvíos y corruptos manejos de las “órdenes de compra” (OC), que alguna administración honesta y decente –alguna vez– deberá eliminar y sustituir por procedimientos que permitan una indiscutible trasparencia. Y averiguar qué personas cercanas estaban usufructuando esos privilegios, mientras miles de familias paraguayas pasan días enteros sin comer.
El panfleto, porque no es visible quién es el director responsable –aunque se sabe–, resalta como una primicia que dará vuelta al mundo: “Cartes y Peña podrían descabalgar en los próximos días”. Al “mariscal” y a su tropa de alegres desocupados, incluyendo a un familiar político playboy, así como al “Chorro” Hugo Velázquez y al presidente Mario Abdo Benítez les agobia la desesperación. Quieren continuar prendidos –como jatevu– de las ubres del Estado, lo cual les lleva a la irrefrenable ansiedad de pretender ganar por “des-Cartes”. Temen a la competencia electoral, aunque se ufanan de un poderío que solo existe en su imaginación. Los zánganos presupuestívoros tienen pavor a quedarse sin cargos. Hay una prole numerosa que gasta a ritmo geométrico, mientras los recursos quedan sin movimiento ascendente. “Se vive un terremoto político en las internas coloradas luego de las declaraciones del Departamento de Estado norteamericano y del embajador en nuestro país, Marc Ostfield”. Idolatría al imperialismo después de dedicarles lacrimógenas loas a Fidel Castro. La esquizofrenia golpea fuerte. Y es contagiosa.
Con las burbujas de la “viuda de Clicquot”, gentileza de Yacyretá, embotando los sentidos, el redactor “mayor” de El Trueno arremete desde los grandes bulevares: “Los problemas de Cartes resuenan de manera estruendosa entre sus seguidores, ya que, salvo el ex presidente, pocos son los que tienen peso propio o una imagen positiva que los posicione”. Tova ojelia ijajúrare. ¡Cuánta imagen positiva de Marito, el “Toro” desmechado y el “mariscal”! El primero acumuló fortunas, en complicidad con su siniestro hermano de madre y ministro de Hacienda, Benigno López –hoy ya “fugado” en un organismo internacional–, mientras los pacientes del covid-19 se morían en los pasillos por falta de camas en los nosocomios. Hugo Velázquez, cuyo verdadero remoquete es “Kure’i” (había sido), amañó licitaciones para “limpiar” el Instituto de Previsión Social (IPS), mientras los asegurados, especialmente los enfermos oncológicos, suplican por medicamentos. Y Yacyretá es el buque insignia de la corrupción, con Duarte Frutos como mascarón de proa. Los gastos sociales siguen guardados bajo siete llaves. Este redactor, sospecho que un poco menor que yo, tiene razón en su posición: Hay que defender el pucheroducto, aun al costo de caer en lo grotesco y ridículo.
Engañados con sus propias mentiras, creen que pueden triunfar en las internas coloradas. Y a toda costa tratan de desplazar a los que pueden ganar las nacionales: los candidatos de Honor Colorado. En sus contradicciones, prefieren la llanura tan temida a que gane Santiago Peña. Por eso, a medida que concluye el artículo, las divagaciones van in crescendo, mientras, paralelamente, se vacían las copas: “Desde que se hizo público el comunicado de la Embajada de los Estados Unidos (…) muchos dirigentes de Honor Colorado” estarían evaluando, ndajeko, “abandonar el cartismo”. Infelizmente, para sus “aspirantes aspiraciones”, ayer en el departamento de Guairá retumbó como cañón 105, sin retroceso: “Se siente, se siente, Horacio presidente”. Ah, perdón, la publicación realizó la aclaración pertinente: “Según nuestras fuentes”. Y, bueno, también según nuestras fuentes, el que dirige El Trueno, financiado por el “mariscal”, es uno de sus hijos. C’est la vie. El desespero oficialista ya está rompiendo todos los decibeles. Es que el corte de la canilla libre va a generar grandes discordias y conflictos en los lugares menos pensados. En uno de ellos nació don Mario.
El “pavo” que vino desde su Oviedo natal, con un piolín que cumplía varias funciones, anda tronando, tronando, tronando. Pero, para su exasperación, ni aparecen nubarrones que anuncien lluvia fresca y suave.
Quieren continuar prendidos –como jatevu– de las ubres del Estado, lo cual les lleva a la irrefrenable ansiedad de pretender ganar por “desCartes”.