Las generaciones tienen íconos, los mismos van variando con el paso de los años. En música algunos crecieron con los vinilos, otros con el CD, luego vino el MP3 y ahora las plataformas como Deezer, Spotify y Youtube ya son parte de nuestro día a día. Lo mismo pasa con las pelícu­las, sus héroes y antihéroes. Tiempo atrás eran Drácula, Frankenstein, La Momia y el Hombre Lobo. Luego vinie­ron Fredy Krueger, Chucky, Alien, Depredador y alguno que otro engendro. Pero vol­vamos al Hombre Lobo, recor­damos que la única forma de terminar de manera defini­tiva con él era haciendo uso de una bala de plata en el medio del corazón.

De esa manera, la “bala de plata” se transformó posteriormente y hasta la actualidad en la mejor metáfora para graficar el remedio infalible o la solu­ción definitiva para resol­ver un problema con una acción directa, concreta y sobre todo y ante todo: definitiva. La bala de plata tiene similar connotación en casi todos los ámbitos profesionales y de la vida misma, entre las cuales está incluida, obviamente, la política.

Y como la política no tiene mucha lógica racional, es sobre todo emocional, las balas de plata se usan tam­bién contra los héroes. Eso fue lo que pasó en la jornada de ayer, el oficialismo dis­paró su bala de plata. La última que tenían y la que ellos creen será definitiva. “El sistema” está suma­mente interesado en que la alternancia se vuelva a producir en el 2023. Cual­quiera menos un colorado, poco importa que ese “cam­bio” sea Efraín, “Payo”, el payaso Plin Plin o un espantapájaros puesto con una estaca en el medio de un maizal repleto de bui­tres.

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No importa que ello suponga una intervención directa en las internas de la ANR, pero ya con la mirada puesta en el 2023. Ese “Sis­tema” sabe que lo que tiene que hacer es evitar que Honor Colorado gane las internas porque todas las mediciones (incluso las que el mismo sistema ordenó hacer) dan un escenario en el que no hay una sola figurita de la oposición que pueda ganarle a Santiago Peña y Pedro Alliana en abril del 2023. Con Hugo Velázquez se da a la inversa, cualquiera de los precandi­datos que están en la gri­lla de la Concertación le gana. Pero cualquiera, eh. Hasta el portero del PRF. Tanto el Vicepresidente como Mario Abdo Benítez ya firmaron la entrega del Gobierno a la oposición. El sistema sonríe complacido y a cambio ofrece impu­nidad para ambos. Todos satisfechos.

Con lo que no cuentan es con el factor que mencioná­bamos al inicio, en la polí­tica son las emociones las que mandan. Persecucio­nes como las que estamos viviendo no son nuevas. La per­secución de la que es víctima Horacio Cartes y todo el movi­miento Honor Colorado solo consigue tocar el honor y el orgullo del paraguayo más humilde y que se vuel­que a acoger­los como can­didatos y a un reconoci­miento y rati­ficación de sus liderazgos. Si “el sistema” está contra vos, yo estoy con­tigo. Una lógica absolu­tamente lineal, pero sobre todo y principal: muy emotiva.

Con lo que no cuentan es con el factor que mencionábamos al inicio, en la política son las emociones las que mandan. Persecuciones como las que estamos viviendo no son nuevas.

“El sistema” está sumamente interesado en que la alternancia se vuelva a producir en el 2023. Cualquiera menos un colorado, poco importa que ese “cambio” sea Efraín, “Payo”, el payaso Plin Plin.

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