• POR JOSÍAS ENCISO ROMERO

Hay locuras en el Paraíso. Quienes en los últimos cua­tro años disfrutaron del Ely­sium deberán retornar muy pronto a la condición de mor­tales intrascendentes, situa­ción que los lleva al delirium. Y aunque comieron en abun­dancia del árbol prohibido de la corrupción, también comieron del fruto de la avaricia, por lo que el castigo más terrible será meter la mano en sus bolsillos de dinero sucio para compar­tir con sus futuros acreedores. Acostumbrados a vivir de lo ajeno, y aunque sea plata mal­habida, tendrán que empe­zar a gastarla. Ahora conoce­rán el costo de vida, sin vivir a costa del Estado. Y para los obsesionados con los privile­gios de los cargos públicos de alto rango, perder el poder es peor condena que vivir en el purgatorio. Se angustian, se deprimen, se desequilibran y lloriquean todo de balde. Año­ran la riqueza fácil, las jugosas comisiones, los gastos reserva­dos, el despilfarro, los hospe­dajes de lujo, el buen servicio y los recursos extras.

Al trío ya conocido de Mario Abdo Benítez, Hugo Veláz­quez y Nicanor Duarte Fru­tos, ahora se sumó Carlos Arregui, ministro de la Secre­taría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad), quien denunció que “fue ame­nazado de muerte” por alguien que se paró frente a su casa y, supuestamente, le advirtió: “Acá va a ganar Horacio Car­tes, va a ganar Santi Peña y te vamos a fundir a vos Arregui”. Si realmente alguien le gritó en esos términos, definitiva­mente, son enemigos de Car­tes y de Peña. Ahora, la pre­gunta del millón de dólares: ¿El ministro de la Seprelad no tiene guardias policiales, como todos los otros secretarios de Estado? ¿Y qué hicieron? ¿Se pusieron a aplaudir al vocife­rante en vez de apresarlo? Pero, no. Hay que crear una nueva historieta para seguir con el libreto delirante de las menti­ras y los relatos infamantes. El propio presidente de la Repú­blica se encargó de dar el anti­cipo de la nueva trama durante un acto político en el que pro­mocio­naba su inconstitu­cional candida­tura para presidir la Junta de Gobierno de la Asociación Nacional Repu­blicana (ANR). Y “Yodito” Abdo ya armó la telenovela con reso­nancia en el diario que nació con fe en la dictadura y en la plata: “Es a consecuencia del informe que la Seprelad remi­tió al Ministerio Público” y que trata de ligar al líder del movi­miento Honor Colorado con el contrabando y lavado de dinero. El documento es un adefesio monumental que no amerita ningún análisis serio, salvo para dis­salvo para distraer la atención de la enorme desventaja que tienen los candidatos oficia­listas frente a sus adversarios internos del Partido Colorado. Algo así como 57 a 17.

Aunque algunos compañe­ros del diario La Nación ya “articularon” sobre las incon­gruencias del presidente Abdo Benítez, siempre es bueno reiterar. Nunca está por demás. En una burla a la gente pen­sante, afirmó que se postula para la Junta de Gobierno porque el “Par­tido Colorado debe volver a sus raíces, a su doctrina, a sus ideales históricos y estar al ser­vicio de toda la nación para­guaya. Se necesita de un cam­bio en la conducción actual de la ANR. Por esos motivos firmé la aceptación de candidatura”. Acompaña al escrito una foto con el apoderado del movi­miento Fuerza Republicana, Wildo Almirón, anti­guo camarada de trave­suras del vicepresidente y aspirante a la Presiden­cia, Hugo Velázquez, en los buenos tiem­pos de Ciudad del Este. Deci­mos que es una burla para la clase pen­sante porque, como ya se dijo, los prin­cipios doctri­narios y la ideo­logía de un par­tido se ponen en prác­tica en el ejercicio del poder y no desde los cargos partidarios. Un disparate que se escribe con agua. Y para rematar con punto cruz la locura oficialista, el día que Velázquez inscribió su candidatura aseguró que “con Mario Abdo y Hugo Velázquez –la disociación de hablar en ter­cera persona– vamos al rescate del Partido Colorado y vamos a liberar al Paraguay de aque­llas personas que creen que son dueños (sic) del país, que quieren seguir sometiendo a las instituciones republica­nas y la democracia”. No existe forma más original de defecarle a su socio. Le dice a Marito que “van a liberar al Paraguay”, cuando que Marito es el presi­dente. O Marito tiene secues­trado al Paraguay o Marito es un inútil que no fue capaz de “liberar al Paraguay”. Lógica simple y pura. Y añadió: “El movimiento Fuerza Republi­cana va a ser quienes (sic) le van (más sic) a poner frente a esta clase de gente que solamente quieren (sic) seguir lucrando desde el Estado paraguayo”. Obviemos las atrocidades sin­tácticas de la frase en cuestión, como las hacheadas contra la concordancia en cuanto al número del sustantivo singular y la conjugación verbal en plu­ral, y vayamos a lo sustancial, cual es aclarar y precisar la rea­lidad. Los que están en el Estado paraguayo y, por lo tanto, están lucrando con el Estado son, pre­cisamente, ellos. Ningún diri­gente de Honor Colorado se encuentra en el Gobierno, de manera que es imposible que alguien de este sector quiera “seguir lucrando” con aquello de lo cual no es parte.

Es una pena que, estando cua­tro años en el Paraíso mientras el pueblo sufría en el infierno, no hayan aprovechado para comer del árbol del conocimiento o de la sabiduría. Así, al menos, habrían podido discernir que estaban robando desnudos y a cara descubierta. Y no hubieran pasado tantas peladas por las ridiculeces que están diciendo. Una verdadera lástima que no hayan utilizado tantas riquezas ilícitas para ilustrarse un poco o, al menos, para contratar bue­nos asesores. ¡Qué cóctel mor­tal de mezclar codicia, ignoran­cia y soberbia! Cada vez están más cerca de abandonar el Ely­sium. Por lo que se agiganta el nivel del delirium. Cualquier cosa, lo que sea nomás ya.

Es una pena que, estando cuatro años en el Paraíso mientras el pueblo sufría en el infierno, no hayan aprovechado para comer del árbol del conocimiento o de la sabiduría.

Los que están en el Estado paraguayo y, por lo tanto, están lucrando con el Estado son, precisamente, ellos. Ningún dirigente de Honor Colorado se encuentra en el Gobierno.

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