Para muchos todavía es un tema descono­cido del porqué exis­ten y de la importancia de los centros de pensamiento a nivel mundial. Los centros de pensamiento llenan un importante vacío de diálogo de ideas y propuestas en los países donde operan e incluso a nivel mundial. Esto es par­ticularmente importante en países como Paraguay, donde la cultura del debate de ideas y propuestas es sustituida con gran facilidad por el ataque personal y el descrédito.

Aunque el origen de los centros de pensamiento se remonta al siglo XIX en Inglaterra, es a partir del fin de la Segunda Guerra Mun­dial que se experimentó un auge en la formación de estas instituciones. La Corpora­ción RAND en EEUU se con­sidera como el primer cen­tro de pensamiento moderno. A esta se le atribuye desde haber inventado la fotocopia­dora, hasta avances impor­tantes a la teoría económica. Con el tiempo los centros de pensamiento se han especia­lizado más en temas puntua­les, y es posible categorizarlos en cinco categorías según su afiliación. Están los centros autónomos e independientes que no responden a ningún grupo de poder en particu­lar, luego están los afiliados a los gobiernos y los afiliados a universidades, aquellos rela­cionados con partidos polí­ticos y finalmente centros de pensamiento con fines de lucro.

En mayor o menor medida, los centros de pensamiento sirven de puentes entre el sector académico e intelec­tual y los hacedores de polí­ticas públicas y privadas. Hay los que se concentran más en el debate de ideas y aquellos que se concentran más en las políticas, ambas para pro­curar una mejor sociedad o la solución de un problema específico. La crisis de con­fianza en autoridades políti­cas en países como el nuestro, el fin del monopolio estatal en la información pública y la globalización también ha ayudado a la creación de nue­vos centros de pensamiento.

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En América Latina existen países con una vibrante acti­vidad de centros de pensa­miento de todo el espectro político e ideológico día a día todos estos centros publican importantes contribuciones de políticas, acciones, inicia­tivas o investigaciones sobre temas tan variados como la economía, la política, la eco­logía, el papel de las institu­ciones, la educación o el desa­rrollo de los países. En países donde florecen este tipo de instituciones, la población en general es capaz de infor­marse con mayor deteni­miento y detalle sobre la coyuntura nacional o los temas claves que inciden en el desarrollo. Todo desde diver­sas perspectivas basándose en evidencia empírica o estu­dios rigurosos que sustente o refuten las propuestas.

El Centro Estratégico Lati­noamericano de Geopolí­tica (CELAG) es una insti­tución dedicada al análisis de los fenómenos políticos, económicos y sociales de los países de América Latina y el Caribe. Fundado en el año 2014, su director ejecutivo es el economista y académico Alfredo Serrano Mancilla. Es uno de los principales centros de investigación de la región en materia de análisis polí­tico, económico y geopolítico. Sus estudios demoscópicos y de investigación académica son fuente permanente de consulta para la elaboración de políticas públicas en dis­tintos países de la región.

El último de estos estudios se publicó el domingo y muestra varios puntos interesantes, el principal, se observa un mar­cado deterioro del presidente Mario Abdo, tanto en térmi­nos personales – apenas 12% de imagen positiva, como también en la evaluación de su gestión, la cual registra una desaprobación del 83% en términos generales y nive­les de reprobación aún mayo­res en torno a su gestión de la economía (86%) y de la lucha contra la corrupción (91%). Cifras escalofriantes en sí mismas y que se agravan si es que tenemos en cuenta todo lo que aún le falta para irse a esta administración.

Pero no todo es malo en el estudio de la CELAG, tam­bién tiene cuestiones posi­tivas para el gobierno, una de ellas es que gracias a la encuesta nos enteramos que había sido todavía existe el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comu­nicación. Es más, incluso nos enteramos que tiene un ministro, pero no solo eso, inclusive tuitea. Realmente impactante todo. A este secretario del Ejecutivo no se le ocurrió mejor idea que usar su cuenta de Twitter para decir que “la CELAG es una organización política de izquierda radical”; en reali­dad es un centro de pensa­miento, pero se entiende, el ministro probablemente no sepa la diferencia. Acto seguido, el ministro expuso una tesis doctoral al respecto de la importancia de la hones­tidad intelectual; y de la rele­vancia que tiene que la gente sepa siempre, desde donde se dice, lo que se dice. Y lo dice él, un desapercibido ministro de Comunicación del gobierno que vive a los besos y abrazos con partidos y referentes de la izquierda paraguaya (PDP, Frente Guasu). Mario Abdo y Hugo Velázquez prefieren para gobernar a sus compa­ñeros de izquierda, que a sus correligionarios colorados. Claro, pero que no se les ocu­rra a los compas hacer una encuesta y menos aún con unos números tan malos para el jefe del ministro por­que eso hará que salga de su letargo a tuitear furiosa­mente. Como consecuencia, fuentes aseguran que los de la CELAG están tan preocupa­dos que ya pidieron pastillas para poder conciliar el sueño.

En mayor o menor medida, los centros de pensamiento sirven de puentes entre el sector académico e intelectual y los hacedores de políticas públicas y privadas.

Gracias a la encuesta nos enteramos que había sido todavía existe el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación. Es más, incluso nos enteramos que tiene un ministro.

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