Las nuevas figuritas políticas marketineras y las que ya venían envolviendo los caramelos “kurtu” –ya se imaginarán– parpadean ansiosas en las agotadas marquesinas de un diario en decadencia, cuya credibilidad, aquella incipiente en las postrimerías de la dictadura, fue alquilada al mejor postor. Ansiosas de presencia mediática por su incapacidad para conectarse con el pueblo desde el ajetreo de las calles, estas nuevas azafatas del avión del figuretismo, acompañadas de mondadientes del poder de turno –sacan las sobras– y baqueanos en tiroteos de irresponsabilidad ilimitada, se han unido en una campaña apocalíptica para enviar al Hades o al Sheol al movimiento Honor Colorado y a su líder Horacio Cartes. Y miren que se han empeñado sin descanso.
Eso debemos reconocer. No pasa un solo día sin que el ex presidente de la República sea noticia en el diario engendro de la dictadura. Con alucinantes comentarios de sus periodistas zoquetes y entrevistados alcornoques. De variados pelajes e idénticas limitaciones. De surtido origen e igual mediocridad dialéctica. Creen que uniendo unas cuantas paparruchadas están construyendo la “nueva política paraguaya”. Lenguajes tan repetidos, como cansinos, gastados y desnutridos. Sin vigor, sin creatividad, sin nutrientes que puedan enriquecer el terreno democrático, hoy árido y ácido por exclusiva responsabilidad de improvisados y corruptos de este gobierno y sus cómplices de la oposición, principalmente, su concubino inicial, el Partido Democrático Progresista (PDP), una empresa familiar –de carácter marital– que no logró crecer ni imponer su marca en la conciencia y preferencia societaria.
Levantada de cartelera por su estrepitoso fracaso, la película “Destituyamos a la fiscal general”, la diputada Kattya González tuvo que ceder la sala de exhibición a Enrique Salyn “Buraco”, quien tiene un solo libreto para un filme sin argumentos y cuyo título único es “Ataquen a Cartes”. El que así lo hace tendrá titulares en tapa y doble página en el diario de la mentira. El senador del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) organiza conferencias de prensa, realiza declaraciones sin sentido y anuncios rimbombantes, como viajar a los Estados Unidos para denunciar a la marca registrada dentro de la política paraguaya: HC.
Hasta el anodino, intrascendente y cero a la izquierda de Juan Afara se ganó algunos titulares solo por despotricar contra quien devolvió al Partido Colorado al poder en apenas cinco años. Decimos apenas, porque algunos seudocolorados y, principalmente, los opositores auguraron cuarenta años de llanura para la organización política fundada por el general Bernardino Caballero. Sin embargo, apareció una persona no ligada a la política tradicional, quien se hizo colorado en plena llanura, cuando la mayoría de los antiguos dirigentes se escondieron en sus casas como ratas asustadas, sobre todo, para no aportar un solo guaraní en una cruzada para que la Asociación Nacional Republicana (ANR) pueda proyectar su retorno al poder. En medio de esa diáspora desesperada, apareció Horacio Cartes y la dirigencia recuperó la esperanza. El hecho de que hoy un inaperuto fofo como Afara no lo reconozca como “un buen colorado” solo habla de la miserabilidad de quien está carcomido por la desleal ingratitud y el desprecio hacia un movimiento que le dio todo sin merecer nada. Ahora resulta que “Cartes le hizo mucho daño a la ANR”. Solo que se olvidó de mencionar que este insignificante personaje –o sea él– de la telenovela criolla de su comarca departamental es hoy senador de la nación gracias a… ¡Nooo, no lo digan!
Y, de repente, apareció la “blanca palomita”, Soledad Núñez, replicando discursos del siglo XX en contra del partido que le dio la oportunidad de ser ministra de Estado. O, mejor dicho, de salirse del anonimato y hacerse conocer en sociedad. Siguiendo con su deducción contra toda lógica, ella sostiene que tratará de “devolver al pueblo el poder que está secuestrado”. Empero, utilizando sus mismas premisas torcidas, en algún momento del gobierno anterior, ella también formó parte de esos “secuestradores” a quienes ahora acusa y repudia de ser supuestamente tales. Este tipo de inconsistencias discursivas hace que el pueblo dude de estos apócrifos “inmaculados redentores de la patria” que se anuncian como mesías, pero con el rostro de Judas. No existe nada más repugnante que una cheta jugando a reivindicadora de los pobres. Aunque, en realidad, hace par con quienes sabiendo que están mintiendo, lo hacen tratando de convencer de que están hablando con la verdad. Alguna coincidencia con Abc Color es simple y pura realidad. Y sus paniaguados periodistas son de media tinta y nula ética. Así las cosas, nada nuevo bajo el sol.
Levantada de cartelera por su estrepitoso fracaso, la película “Destituyamos a la fiscal general”, la diputada Kattya González tuvo que ceder la sala de exhibición a Enrique Salyn “Buraco”.
Creen que uniendo unas cuantas paparruchadas están construyendo la “nueva política paraguaya”. Lenguajes tan repetidos, como cansinos, gastados y desnutridos.