Triste, cruel, lapidaria. La última encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE) nos demuestra lo que la experiencia nos estaba relatando con la simple observación: durante el 2021 hubo personas que pasaron un día sin comer. Durmieron con hambre. Esa inseguridad alimentaria grave afecta a varios departamentos y a la propia ciudad capital. En el “gobierno de la gente” detectaron déficit de alimentación en un total de 476.691 hogares. El presidente Mario Abdo Benítez dilapidó el legado del gobierno anterior. Que había rescatado y enriquecido las políticas públicas de administraciones anteriores encaminadas a disminuir los extremos que separaban a los muy ricos de los muy pobres. Un país ordenado que recuperó la credibilidad internacional. Con una sostenida reducción de la pobreza, desarrollo social y un crecimiento económico inclusivo tenía toda la pista habilitada para el despegue hacia un futuro de consolidación del progreso y bienestar para nuestro pueblo. Pero hizo todo al revés. No solo desaprovechó esa herencia, además, despilfarró los recursos del Estado en todo cuanto podía. Y lo sigue haciendo.
Argumentando incendios, inundaciones y sequías consiguió que el Congreso de la Nación le permitiera incrementar el déficit fiscal al tope 3% del Producto Interno Bruto, cuando que la política de responsabilidad fiscal aconsejaba solo el 1,5%. El año 2019 cerró con crecimiento cero. Para ese entonces, la ciudadanía ya había calificado al actual gobierno con ese mismo signo numérico de valor nulo. Cuando el covid-19 fue declarado pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS), allá por marzo del 2020, el círculo del poder no vio un peligro para la población, sino una oportunidad para saciar su voracidad de langostas depredadoras. Masticaron hasta el agua tónica, pasando por tapabocas e insumos chinos de baja calidad que estaban facturados como de primera.
Felizmente, algunos medios nos dimos cuenta (menos los de las publinotas) y denunciamos, por lo que el delito del “negociado chino” debía ser tipificado como estafa en grado de tentativa. El mandatario armó rápidamente un equipo de investigadores con los “progresistas boys” (adherentes del Partido Democrático Progresista-PDP), quienes, con mayor celeridad cómplice, decretaron que “no hubo daño patrimonial”. Todos son angelitos. El señor Abdo Benítez, para mantener a los funcionarios desleales, se pasaba repitiendo “yo no soy el Poder Judicial”. Desleales en función al Estado. Y así siguieron tan campantes como el whisky aquel, hasta que una sociedad harta de negligencia y corrupción ganó las calles. Y se tuvieron que ir. Ni siquiera “les fueron”. Se les tendió el puente de plata de la renuncia.
Y hoy llegamos a la calamitosa condición de que “el gobierno de la gente hambrea a la gente”. Es literal. No estamos utilizando una figura metafórica para describir las necesidades de las familias en situaciones de vulnerabilidad. Es dolorosamente realista. Durante el año 2021, “algunas personas pasaron un día sin comer”, según la encuesta realizada por el INE. Según esta misma oficina gubernamental, de la cantidad de 1.935.412 hogares, reiteramos, 476.691 tienen déficit de alimentación. De esta manera se llega a la alarmante cifra de que 25 de cada cien hogares fueron severamente afectados por la inseguridad alimentaria. En términos más específicos significa que bajaron la calidad y/o la cantidad de alimentos, estableciéndose –entre algunas de las causas– la falta de dinero y la elevada inflación, tal como detallan los medios de comunicación que se hicieron eco de este cuadro desgarrador, pero que, evidentemente, le pasa por la tangente a los hombres del Gobierno y a la propia cabeza del Poder Ejecutivo.
Las crónicas del pasado 14 de mayo añaden: “El 5,31 (5 de cada cien hogares) llega a la inseguridad alimentaria grave (102.770 hogares). Es decir, en esas viviendas, alguno de sus integrantes pasó al menos un día sin comer” (Abc Color, página 14). De acuerdo con el informe del INE , los departamentos más golpeados en rango de “grave” son Caapazá, Alto Paraná, Itapúa, San Pedro, Caaguazú, Central y la ciudad capital, Asunción. Los técnicos que tuvieron a su cargo esta Encuesta Permanente de Hogares Continua (EPHC) explicaron que los hogares o personas que padecieron de una inseguridad alimentaria grave “es probable que se hayan quedado sin alimentos, experimentando hambre y, en las situaciones más extremas, hayan pasado varios días sin comer, lo cual pone su salud en grave riesgo”. Para el presente trabajo participaron expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El Gobierno puso por delante las obras de infraestructura y se olvidó de la gente. Mientras, en el sumum del narcisismo, el Presidente mira su reflejo en kilometrajes de rutas (de las supuestas y las reales), miles de personas pasaban el día sin comer. La única obra emblemática que hasta hoy puede mostrar es la “pasarela de ñanduti”, su nave insignia de la corrupción. En el pasado, el dictador pensó que se coronaría en la posteridad por sus obras y lo condenan por sus crímenes. A Marito lo recordarán por las 19.000 muertes –hasta ahora– por covid-19 y que pudieron ser evitadas. Es el karma. El inexorable karma.
El año 2019 cerró con crecimiento cero. Para ese entonces, la ciudadanía ya había calificado al actual gobierno con ese mismo signo numérico de valor nulo
Felizmente, algunos medios nos dimos cuenta (menos los de las publinotas) y denunciamos, por lo que el delito del “negociado chino” debía ser tipificado como estafa en grado de tentativa.