Mataron al fiscal Marcelo Pecci. Estaba de luna de miel con su esposa en una playa de Colombia. Pecci era reconocido por su puntillosidad a la hora de llevar sus casos, los cuales eran de muchísima complejidad y peligrosidad. Se dedicó a investigar al crimen organizado, al narcotráfico, el financiamiento del terrorismo y el lavado de dinero. El caso Imedic, el homicidio del empresario Mauricio Schwartzman, la desaparición de las armas de Dimabel, el cuádruple homicidio en el cual una de las víctimas era hija del gobernador del departamento de Amambay y la detención del brasileño de origen libanés Kassem Mohamad Hijazi, quien podría terminar extraditado a Estados Unidos donde es requerido por lavado de dinero proveniente del narcotráfico, fueron solamente algunos de los muchos casos que le tocó administrar.
Los primeros voceros de los gremios del Ministerio Público recordaron la lucha que deben llevar cada año, tanto en el Ministerio de Hacienda como en la Comisión Bicameral de Presupuesto, tratando de contener a las voraces fuerzas políticas que buscan reducir y reducir cada vez más los recursos de la Fiscalía. Lo cual, hay que decir, vienen consiguiendo a pesar de los reiterados reclamos que hacen desde la institución. La ecuación termina de cerrarse cuando se revisan la cantidad y la importancia de causas que se llevan y que tienen que ver con actores poderosos tanto públicos como privados, de los diferentes estamentos de la política, del Ejecutivo y del Legislativo.
Los medios de los grupos Zuccolillo y Vierci bailando al mismo ritmo y convocando a opinar a personajes como Arnaldo Giuzzio (quien dejó el Gobierno al ser pillado por nuestro grupo de medios primero por unas inconsistencias en su declaración jurada, la inexplicable compra de un terreno y luego por haber tenido conexiones comerciales y personales con vinculados al narcotráfico) y a Efraín Alegre (investigado por facturas falsas y quien permanentemente etiqueta al Ministerio Público con los peores epítetos) abrían fuego obviando las centenas de tapas, miles de minutos de aire en radio y televisión, desplegando sus líneas editoriales, justificando los recortes del presupuesto de la - para ellos - siempre cuestionable tarea de la Fiscalía.
Se hubiese creído o esperado que al menos el homicidio de Pecci los hubiese hecho reflexionar y al menos esbozar cierta autocrítica. No sucedió, lastimosamente.
En este momento es oportuno recordar a Sabina cuando nos dice que ser valiente no salga tan caro y que ser cobarde no valga la pena. Que en paz descanse, Marcelo Pecci.
Los medios de los grupos Zuccolillo y Vierci bailando al mismo ritmo y convocando a opinar a personajes como Arnaldo Giuzzio.
Los primeros voceros de los gremios del Ministerio Público recordaron la lucha que deben llevar cada año, tanto en el Ministerio de Hacienda como en la Comisión Bicameral de Presupuesto.