Fernando Lugo, viejo ladino, salió a jugar con barajas marcadas y taquillas altas. Y si fuera tikichuela, es casi seguro que iba a trampear con cocos cargados. Durante meses estudió minuciosamente los movimientos de sus adversarios dentro de la oposición con sagacidad felina. A algunos ya los conocía por su rostro siempre compungido, como si estuvieran en medio de un permanente parto de los montes. Eran muy previsibles. Ahí nomás está Efraín Alegre, presidente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), quien ya se declaró candidato vitalicio de las elecciones presidenciales habidas y por haber. O Kattya González, quien, al llegar nomás, se presentó como el punto gravitacional capaz de mantener –con exclusividad excluyente– el equilibrio en el universo concertación. Probablemente se detuvo menos en analizar el perfil de Hugo Fleitas, también del PLRA y gobernador del departamento de Cordillera, porque le habrá medido como puro entusiasmo y pocas chances. Después están los pretendientes con fecha de caducidad al tope, como es el caso de Martín Burt. La realidad es cruel, pero “es lo que hay”.
El ex obispo le jodió al mismísimo Euclides Acevedo, conocido toro en su rodeo. Pero no pudo ser torazo en rodeo ajeno. Después de zamparse lo que a vistazo rápido parecía un caldo de gallina y doblar las orejas de algunos naipes, le despidió Fernando con la hipocresía de siempre. Y como ya anticipamos en otro “Contexto”, después le negó tres veces antes de que cante el gallo. En aquella reunión, mientras le vendía espejitos de “candidato ideal” al ahora ex canciller, le estiraba la manga su escondido as y candidata real: Esperanza Martínez. Hoy ya precandidata oficial por la Concertación Frente Guasu y partidos fraternos reunidos bajo la carpa del Ñemongeta para una Patria Nueva. El ex presidente de la República es mañero, pero, igualmente previsible. Solo no ve su anunciado golpe el que no quiere verlo. O no tiene la capacidad para hacerlo. Por candidez crónica o torpeza terminal.
El Frente Guasu y el Partido del Movimiento al Socialismo (P-MAS), partido con mucha influencia sobre Fernando Lugo, le dieron una patada a la Concertación Nacional 2023 el pasado 25 de febrero cuando comunicaron a la Mesa de Presidentes de Partidos Opositores su ausencia “temporal” de esta coalición en proceso de formación. La nota describía el itinerario ideológico de quienes se estaban retirando. Aducían que era para la “construcción de una plataforma unitaria con una hoja de ruta y una propuesta pública para enfrentar la dura situación que vivimos actualmente en nuestro país”. No existe posibilidad alguna de construir una plataforma unitaria, aunque sea con pallet, entre el Frente Guasu (promotores del cierre de rutas) y Patria Querida (partidarios de endurecer el castigo a quienes coartan el libre tránsito) o el P-MAS y el Encuentro Nacional, entre Tekojoja y el PLRA. El mensaje del Ñemongeta fue fuerte y claro. Pocos lo oyeron. Por eso, Martín Burt invitó a Esperanza Martínez con la esperanza de que estuviera presente en la “mesa de precandidatos” de la Concertación Nacional que tuvo lugar en su domicilio. Esperanza Martínez no forma parte de esa concertación. Mañana será otro día, pero hoy, lo que es hoy, no está.
Asistieron, aparte del anfitrión, Soledad Núñez (independiente), Kattya González (PEN), Sebastián Villarejo (PPQ) y Hugo Fleitas (PLRA). Además, pecaron de impericia política al invitar a Efraín Alegre. Él jamás se sentaría en una silla como simple invitado. El propio Martín Burt, de quien se esperaba mayor destreza para estas lides, confirmó que el presidente de su partido primero se excusó porque estaría de viaje (lo cual es cierto) para, luego, aclararle que estaba en total desacuerdo con la instalación de esta mesa. Cómo puede ser que él, el gran Efraín Alegre, quien ya perdió dos elecciones seguidas iba a sentarse en una mesa con personas que todavía no perdieron siquiera una. Más respeto a la antigüedad. Tampoco estuvo Euclides Acevedo, quien anda más perdido que zorro sin gallinero. Fernando Lugo le dibujó su precandidatura a punto de caramelo, pero se llevó el almíbar y le dejó el punto. Una dupla con Fleitas todavía es posible. Lo difícil, casi imposible, es que ganen.
De todas formas, por encima de las ausencias, por las fotos publicadas en los medios, los participantes de la “mesa de precandidatos” estaban muy felices, sonrientes. Cada uno imagina su mundo como un mar de ignotas posibilidades. No está mal soñar con la Presidencia de la República. Hay que atreverse a hacerlo. Lula, sin ir más lejos, nunca perdió la fe, aunque perdió sus primeras elecciones. Lo importante es sentirse igualmente bien al despertar. Y continuar. Empezaron cinco en esta nueva mesa, veremos cómo continúan. Ese gesto festivo que se dibujaba en sus labios merecería una lectura extra. Parecían celebrar, también, algunas ausencias. Daban la impresión de estar muy “alegres” sin Efraín. Por hoy, ya es suficiente.
De todas formas, por encima de las ausencias, por las fotos publicadas en los medios, los participantes de la “mesa de precandidatos” estaban muy felices, sonrientes.
Asistieron, aparte del anfitrión, Soledad Núñez (independiente), Kattya González (PEN), Sebastián Villarejo (PPQ) y Hugo Fleitas (PLRA).