Lanzamientos, pre­sentaciones, eventos. Todos actos públi­cos donde prima la especta­cularización, las tomas de cámaras y fotos para medios impresos y redes sociales. Se critica ácidamente (muchas veces con razón) que los medios de comunicación hayan decidido pararse en clarísimas líneas editoria­les dejando de lado la políti­camente correcta ambición de pretendida neutralidad de antaño, pero se piensa y se desarrollan estrategias teniendo a los medios como obsesión y se deja de lado al que debería de ser el foco principal: el electorado. Y por el día mundial de la obviedad va la primera: se sabe que una de las formas de llegar al elec­torado es de la mano de los medios, pero en este punto hay que preguntarse ¿con qué mensaje?, ¿se cuenta con uno que realmente logre un dife­rencial o es cuestión de nada más “salir en la tele” y des­pués vemos?

Casi todos los precandida­tos a presidente de la Repú­blica que compiten por el voto no colorado u opositor ya están en carrera y, aun­que todavía podría surgir alguna que otra sorpresa sobre la que se habla en voz baja en los pasillos del poder, es oportuno referirnos a lo que se tiene en estos momen­tos en el menú. Variedad, como variedad hay. Distin­tos perfiles, desde aquellos que usan a organizaciones no gubernamentales como plataforma electoral hasta aquellos cuyo mayor aporte fue arrojar agua a quienes pensaban distinto. Están quienes se destacan por des­tilar alegría u otros que se dedican a escribir tuits con­dimentados con pimienta para llamar la atención. Y hay más. Candidatos con sus tácticas para conseguir el foco de los flashes sobran, lo que falta es contenido, propuestas, ideas y proce­dimientos que los haga dife­rentes a los demás. Con sus matices, todos apuntan al mismo segmento del electo­rado. Uno que siempre tuvo dos elementos innegocia­bles: la búsqueda de lo dife­rente en el versus con la ANR y la alta exigencia en cuanto a propuestas.

Aparecer en los medios es apenas uno de los caminos para elevar los niveles de conocimiento, no el único. Una instancia anterior a esa debe ser conocer al seg­mento al cual se está apun­tando, generar contenido que atraiga al mismo y pos­teriormente distribuirlo en los medios convenientes y en la forma oportuna. Dicho de otro modo, si se cuenta con un mensaje que sea inte­resante para el público, la cobertura mediática vendrá por añadidura.

No todo es espectáculo, show y banalización; el contenido, las ideas, el mensaje, el con­tenido son cada vez más importantes.

Aparecer en los medios es apenas uno de los caminos para elevar los niveles de conocimiento, no el único. Una instancia anterior a esa debe ser conocer al segmento al cual se está apuntando.

Están quienes se destacan por destilar alegría u otros que se dedican a escribir tuits condimentados con pimienta para llamar la atención.

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