En política, como en cualquier ámbito de la vida, cuando las afirmaciones no tienen el sustento de la convicción perecen en el primer contra- tiempo. El discurso es despezado por el utilitarismo. Lo único que importa es el fin, sin considerar la licitud o moralidad de los medios. El interés personal o de círculo es la medida de todas las cosas. La ética es una coraza que estorba para concretar los más miserables contubernios. Por tanto, hay que despojarse de ella. Tirarla al vertedero, junto a los más mínimos gestos de dignidad y de decencia como lo hizo este Gobierno. Que ya ha perdido todo, hasta el último rasgo de la vergüenza. El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, desde hace un mes entregó el poder real a su vicepresidente y aspirante palaciego, Hugo Velázquez. Y Hugo Velázquez acaba de entregar la titularidad de la Cámara de Diputados a un integrante del Partido Liberal Radical Auténtico, en alianza con los adversarios históricos del Partido Colorado que los llevó al poder. Una rectificación: enemigos -no solamente adversarios de la organización política fundada por el general Bernardino Caballero. Aquellos y aquellas que desde su banca en el Congreso de la Nación proclamaban en cada intervención “ANR (Asociación Nacional Republicana) nunca más”.

Velázquez ya declaró públicamente que prefiere el beso de la araña viuda negra que el abrazo con sus propios correligionarios. Los que se pavoneaban de su “coloradismo de raíz”, de constituirse en

el “único proyecto auténticamente republicano”, los que pretendían descalificar a sus adversarios porque, supuestamente, “carecían de credenciales partidarias” acaban de desmentir con sus arteras acciones su proclamada “descendencia directa” del “Centauro de Ybycuí”. Producto de la experiencia es aquel conocido refrán popular: “Dime de qué te jactas y te diré de qué careces”. Ya no quedan dudas de cuáles son las intenciones de este grupo de renegados: si no ganan las internas del próximo 18 de diciembre, así como ya pasó en el 2008, trabajarán en contra del candidato del Partido Colorado para que un opositor sea el presidente de la República. El principio de esa anticipada traición se consumó ayer en la Cámara de Diputados.

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En realidad, y para ser más precisos, este proceso de vilezas y felonías en el Congreso de la Nación lo propició el jefe de Estado el año pasado para llevar a la presidencia de la Cámara de Senadores a su leal Óscar “Cachito” Salomón, en connivencia con los detractores más radicalizados del coloradismo. Y durante todo su período, el dirigente sanlorenzano exhibió su ser- vil impudicia a favor de sus compañeros de ruta. Hasta compartía encuentros priva- dos, y abundantemente regados, con los senadores Fernando Lugo y Sixto Pereira, del Frente Guasu, y Lilian Samaniego, de la ANR. Esto en lo que concierne exclusiva- mente al Parlamento. Porque el señor Abdo Benítez, desde el inicio de su mandato, decidió gobernar cohabitando con el Partido Democrático Progresista (PDP) -que de democrático no tiene absolutamente nada-, cuya jefa es la senadora Desirée Masi, con quien tuvo buenas migas desde que compartían banca en la Cámara Alta. Así se convirtió en la “primera dama” del poder. No dudó en nombrar, a pedido de la susodicha, a Arnaldo Giuzzio como ministro secretario ejecutivo de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad). De ahí pasó al ministerio del Interior, cargo del que fue destituido semanas atrás al comprobarse sus conexiones con el narcotraficante Mar- cus Vinicius Espíndola Marques de Padua. Antes de este descubrimiento de nuestro diario, la senadora del PDP había calificado a Giuzzio como “el mejor ministro del Gabinete”.

Dentro de ese gatuperio Gobierno-PDP también fueron nombrados René Fernández, ministro secretario ejecutivo de la Secretaría Nacional Anticorrupción (Senac) y Carlos Arregui, ministro de la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (SEPLRE- LAD). Emilio Fúster, otro exfiscal al igual que los anteriormente mencionados, también conocido como el “zar de los pollos”, fue designado ministro coordinador ejecutivo de la Unidad Interinstitucional de Prevención y Persecución del Contrabando. Estos son algunos los ejemplares de la fauna de supuestos “intocables” de la que decidió rodearse el Gobierno. No está por demás puntualizar que la mayoría integró una Comisión Especial para “descubrir” que no hubo daño patrimonial en la monumental estafa, en plena pandemia, al Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social que fue abortada por investigaciones llevadas adelante por nuestro diario, con el respaldo de algunos pocos legisladores.

Hugo Velázquez, acompañado del “asesor” político del presidente de la República, el inimputable Mauri- cio Espínola, fue a patotear en la Cámara de Diputados. Hoy están celebrando su “victoria”. Una victoria de la traición. De traición al Partido Colorado. Una “victoria” que es similar a la de Pirro, rey de Epiro, quien logró vencer a los romanos a costa de diez- mar su ejército. Es la se que conoce como victoria pírrica. Pues como dicen que dijo el mismo Pirro en aquella ocasión: “Otra victoria como esta y volveré solo a casa”. Esta última profecía también ya se cumplió. El Gobierno de Abdo Benítez que antes venía cojeando, ahora se desploma a pedazos. Cada vez están más solos. Las fugas popula- res dentro de Fuerza Republicana tienen vaticinio de estampida.

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