- Por Felipe Goroso
Confucio fue un reconocido pensador, funcionario ministerial; a la par de estas funciones, siempre se dedicó a lo que le hizo más conocido: maestro de sus discípulos, dedicándose con exclusividad a la docencia en sus últimos años de vida, luego de volver del exilio. De lo que se habla muy poco es del papel que cumplió Confucio como asesor de duques y ministros. A pesar de la imagen que se tiene de él, era una persona que se jugaba por sus ideales, muy alejado de poder ser etiquetado como un tibio para su época. Por eso, cuando perdió el sector político al cual apoyaba, fue al exilio.
“Cuando el sabio señala la Luna, el necio mira el dedo”, es la frase original, es de Confucio y han pasado más de 2.500 años desde que la dijo. Sin embargo, sigue tan vigente. Al punto de que, si el maestro diera hoy una de sus clases en Paraguay, podría decirla y calzaría perfecto para el momento que estamos viviendo. En apariencia, estamos ante un gobierno que decidió atizar la interna partidaria y distraerse de su gestión, este sería el dedo, lo superficial. Pero si vamos a la profundidad, en realidad están usando la interna partidaria para distraernos de las áreas flojas de su gestión, y pues, obvia- mente, esta es la Luna, lo verdaderamente importante.
Ahogados en lo más profundo de un espiral de electoralismo y politiquería, le dan tono discursivo de guerra, proponiendo una batalla tras otra con el aditivo de hasta ahora haber tenido pésimos resultados en las encuestas.
Esta administración es de las que más recursos recibió en calidad de préstamos aprobados por un Congreso Nacional, donde tiene cada vez menos músculo. Hay demasiadas dudas al res- pecto de los recursos que debían estar dirigidos a la lucha para mitigar el impacto de la pandemia, instituciones cooptadas por los diferentes caciques que aún integran el oficialismo. Solo como ejemplos, basta fijarse en la Essap o en el Instituto de Previsión Social; sobre este último, asegurados con interminables reclamos por el servicio que reciben en contra- prestación por los aportes (solo ayer, uno de ellos tuvo que encadenarse en un vano intento por que le provean medicamentos). Un Ministerio del Interior absoluta- mente enfocado en tareas muy alejadas de las que le asigna la Constitución, una Policía Nacional dando pasos agigantados para dejar de proveer logística y directamente ser parte de esquemas criminales. Como agravante, ahora les exigen a las víctimas de la inseguridad que al momento de pedir auxilio, lo hagan por poco vía memo escrito. Un Ministerio de Trabajo emitiendo resoluciones que afectan al sector productivo, sin otro criterio que el politiquero. Suba descontrolada de los productos de la canasta básica, inflación por las nubes. Al pueblo (que siempre es sabio) le preocupa más cómo hacer para cargar la garrafa de gas que usa para cocinar. Se podría seguir, pero se acaba el espacio.
Estos y muchísimos otros puntos más son la Luna, la gestión del Gobierno, la esencia de las cosas. Que no logren su objetivo de distraernos en el dedo, el color de las uñas, el tamaño o si el dedo está torcido. Que no nos mareen con lo banal, con los fuegos de artificio que lanzan desde el oficialismo. Que no pese más la forma frente al fondo o las apariencias frente a las realidades. Tengamos en cuenta que para esto, el oficialismo cuenta con la fuerte militancia de grupos de medios que entran a intentar manipular la realidad.
A veces ocurre que simple- mente no queremos ver el problema que nos están mostrando (la Luna) y nos aferramos a lo trivial (el dedo), bus- cando cualquier excusa para dilatar la conversación sobre lo realmente importante.
Hay que poner foco. Y si el foco está bien puesto, solo habrá luz para la Luna y no veremos el dedo. Honremos lo que nos enseñó Confucio.
Esta administración es de las que más recursos recibió en calidad de préstamos aprobados por un Congreso Nacional donde tiene cada vez menos músculo.
Tengamos en cuenta que para esto el oficialismo cuenta con la fuerte militancia de grupos de medios que entran a intentar manipular la realidad.