- Por Juan Marcelo Pereira.
Al culminar este 2024, el analista político y constitucionalista Marcelo Duarte realizó una evaluación de la gestión del presidente de la República, Santiago Peña, en el primer año y medio de mandato, destacando como principales logros la estabilidad macroeconómica y el combate desplegado contra el narcotráfico. Este último punto se refiere a que, durante el gobierno de Mario Abdo Benítez (2018-2023), Paraguay se había posicionado como un centro de acopio logístico de drogas.
A través de una entrevista con el diario La Nación/Nación Media, el también abogado y exsenador comentó: “Hay varios aspectos positivos en su gestión, como ser el sostenimiento de los números macroeconómicos y de la lucha contra el narcotráfico en el noreste del país, lo que proyecta una imagen alentadora al interior y exterior de nuestras fronteras”.
En la última reunión del Consejo de Ministros, el 17 de diciembre, el mandatario resaltó el crecimiento económico proyectado para el Paraguay, mencionando que se espera un aumento cercano al 4 % en el 2025, lo cual no se había visto desde 2006-2008. “No obstante, pese a esos logros, queda mucho aún por hacer y sería de gran ayuda que el presidente sea quien lidere las acciones orientadas al combate del narcotráfico y el lavado de dinero, que afectan negativamente a la economía formal y a la imagen internacional de nuestro país”, dijo Duarte.
Ante la existencia de compromisos pendientes realizados durante su campaña electoral para ocupar el sillón de López, Duarte mencionó que sería muy conveniente para Peña que se aparte de las internas generadas dentro de su partido político. “En lo relativo a la imagen que proyecta nuestro país hacia al exterior, es importante evaluar el relacionamiento entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, y que, a pesar de la amplia mayoría oficialista en este último, el mismo se encare de una manera más institucional y pluralista, y se aleje de la dinámica interna de la Asociación Nacional Republicana, cuanto menos en periodos ajenos a las internas partidarias, ya que las elecciones internas pasan y lo que queda es la imagen que dejó el Gobierno”, comentó.
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El analista político siguió argumentando que “si bien es común en los gobernantes contagiarse de la sensación de bienestar que genera el poder cuando se rodean de personas afines a su gobierno, es de sabios escuchar las críticas de propios y extraños y analizar qué hay de cierto en ellas, ya que los amigos del poder son sólo amigos del poder y no de quienes lo ostenta en ese momento y mucho menos de una causa que no sea la propia”.
Señaló, además, que “el presidente Santiago Peña debería levantar la vista hacia el horizonte para ver que ya casi ha transcurrido un año y medio de su mandato y, por ende, le quedan sólo otros dieciocho meses antes de que empiecen las especulaciones sobre quién debería sucederle en el cargo. Ojalá alguien se lo haga notar y actúe correctamente en consecuencia”.