Este sábado 12 de octubre se cumplen 8 años del secuestro del ganadero Félix Urbieta, perpetrado en el año 2016 en la estancia San Francisco de Belén Cué, en el distrito de Horqueta, por el grupo criminal Ejército del Mariscal López (EML), que operaba en el norte del país. Al cumplirse un año más de este plagio, el clamor de la familia sigue exigiendo conocer su paradero.
“8 años de incertidumbre, de dolor profundo y de una ausencia que se siente cada día más, pero también son 8 años de lucha incansable, de amor y de esperanza inquebrantable. Cada día que pasa, el vacío se hace más grande, pero también es cierto que con cada año que conmemoramos, el compromiso de recordar y exigir justicia se fortalece”, expresó Liliana Urbieta, en representación de su familia en una conferencia de prensa realizada ayer viernes.
Urbieta expresó que su padre no debe formar parte solo de una estadística y nuevamente exigió que se dé con su paradero. “No debemos permitir que Félix se convierta en un número más en las estadísticas de personas secuestradas, su vida y su historia merecen ser cordadas y nosotros como comunidad, tenemos la responsabilidad de mantener su nombre presente, de exigir de que esta deuda sea saldada”, indicó.
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Este mismo clamor se extiende para los demás secuestrados, el suboficial de la Policía Nacional, Edelio Morínigo, y el exvicepresidente de la República y político liberal, Óscar Denis, víctimas del grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
“La desaparición de nuestro padre no solo nos arrancó su presencia física, sino también nos condenó a vivir con una herida que no cierra, con la angustia diaria de no tener respuestas. Hoy no solo recordamos a Félix, sino también alzamos la vos por todos aquellos que han sido silenciados y olvidados como Edelio y Óscar”, sentenció Urbieta.
El secuestro
La primera prueba de vida se dio 15 días después del plagio y siguieron apareciendo solo hasta febrero de 2017. Los criminales habían enviado siete cartas y cinco videos. A partir de que no se pudo cumplir a tiempo con la entrega del dinero para la liberación, consistente inicialmente en USD 500.000, se perdió el contacto con los criminales. Entre las pruebas que recibieron sus familiares se encuentra una carta escrita por Urbieta. El grupo EML es una fracción desprendida del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
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