El presidente de la Compañía Paraguaya de Comunicaciones S.A. (Copaco), Óscar Stark, informó que actualmente suman 12 las empresas privadas interesadas en invertir en el ente estatal. Agregó que el proceso de la búsqueda de capital inició en abril pasado y finalizará el 14 de octubre, con el objetivo de evaluar las propuestas convenientes para el Estado y su institución.
“Todos conocemos la situación crítica, muy delicada en la que se encuentra Copaco y se requiere de una inversión grande de capital y cambiar su forma de trabajar. En este proceso buscamos a un socio privado que nos permita por un lado inyectar los recursos que requiere la institución para poder recuperarse y por otro lado traer las tecnologías, conocimientos, procesos, cultura de trabajo, conexión con otras empresas de telecomunicaciones en el exterior”, comentó Stark a la 1020 AM.
Asimismo, comentó que de las 12 propuestas privadas un total de 3 abarcan todos los servicios de Copaco, inclusive el comprar el 50 % de las acciones o realizar contratos de riesgos compartidos, es decir de asignar recursos y dividir los beneficios que se generen a partir de las inversiones. “Básicamente se busca apostar a los servicios de Copaco que tienen potencial. Algunos piensan en data center, otros en servicios de wifi en las calles, entre otros. Estas tres empresas privadas tienen interés de actuar en todos los servicios de Copaco y hacer inversiones para que la institución recupere la infraestructura de telecomunicaciones y sus clientes”, refirió.
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El funcionario de Estado acotó: “Veremos si surgen otras propuestas en las próximas semanas porque también estamos teniendo conversaciones informales y que todavía no se llegaron a plasmar en las notas o presentación a través del portal de iniciativas privadas. Realmente, Copaco está en una mala situación, no será fácil su recuperación, pero tiene potencial y esto es lo que se ve cuando hay empresas privadas interesadas en invertir”.
Por otra parte, manifestó que aún siguen impulsando un plan de reducción de personal, debido a que la institución no genera los suficientes ingresos para cubrir los sueldos. Con relación al pago de los salarios, puntualizó que los atrasos llegaban hasta 60 días, pero durante su administración se redujo a un máximo de 30. “Los primeros que cobran, lo hacen con 10 días de atraso, yo soy el último que cobra, con 26 a 27 días de atraso. Desde que asumí, bajamos a 350 personas y también estamos con un plan de retiro voluntario muy agresivo, con el que planeamos reducir 750 empleados”, comentó.
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