El ministro de Justicia, Rodrigo Nicora, durante su estadía en el Estado de Minas Gerais, Brasil, visitó el Centro de Reintegración Social Femenino de la Asociación para la Protección y Asistencia de los Convictos (APAC) en Belo Horizonte. La intención es replicar la metodología en Paraguay, a fin de disminuir la reincidencia delictiva.

En la APAC de Belo Horizonte fueron recibidos por la presidenta y encargada del centro, María Geralda Vilela Cupertino. En el lugar las estudiantes tienen una rutina que incluye cuidados personales y ambientales, acceso a la salud, educación y trabajo, además de visitas familiares.

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En laborterapia pueden trabajar con bordado y crochet, pintura sobre lienzo, carpintería, corte y costura, talleres de música y tapiz. El trabajo producido es comercializado, destinándose el 75 % de los recursos a la reeducación y el 25 % retornando a la cooperativa.

Las internas cuentan con asistencia material, atención médica y odontológica, atención de enfermería, psicólogos y trabajadores sociales, además de asistencia religiosa y educativa. La unidad posee biblioteca y espacio para cursos profesionales.

La intención del ministro Nicora es replicar la metodología APAC femenina, convirtiéndose Paraguay en el primer país en implementar el sistema. El centro es reconocido por su éxito en la reducción de la reincidencia delictiva, logrando tasas como el 15 %, en comparación con el promedio nacional brasileño del 80 %.

La metodología o método APAC fue creada por las iglesias cristianas para recuperar a las personas privadas de libertad (PPL), proteger a la sociedad, ayudar a las víctimas y promover una justicia restaurativa. Para lograr estos objetivos, se aplica una terapia criminal propia creada por la Fraternidad Brasileña de Asistencia a los Condenados (FBAC), una asociación que reúne a iglesias cristianas.

El método APAC es una alternativa para la gestión penitenciaria con la participación de la sociedad civil organizada que surge como una opción a las estructuras convencionales del sistema penitenciario brasileño, informó el Ministerio de Justicia.

La metodología califica la política de ejecución penal porque amplía sus capacidades de acción, involucrando a la comunidad en el proceso, acercándola a las personas y realidades locales y posibilitando la solución de problemas de manera creativa e innovadora.

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