El Gobierno, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, emitió una declaración a través de la red social X para manifestar su respaldo al pueblo y a las autoridades de Israel, así como para condenar un ataque a gran escala que Hezbolá estaba preparando y que logró frustrarse mediante la reacción militar israelí.
“El Gobierno de la República del Paraguay condena los ataques masivos del grupo terrorista Hezbolá en la madrugada de este domingo que afectó a la población civil. Expresa su apoyo al pueblo y al gobierno de Israel, ratifica el derecho a la autodefensa y respalda toda iniciativa tendiente a eliminar el terrorismo, en todas sus formas”, expresa el comunicado.
Este domingo, Israel afirmó que frustró un ataque a gran escala de Hezbolá con bombardeos en Líbano, pero el movimiento islamista aseguró que logró lanzar cientos de drones y cohetes contra posiciones israelíes en represalia por el asesinato de uno de sus líderes. Por su lado, el presidente estadounidense, Joe Biden, sigue “de cerca” los acontecimientos y un portavoz del Pentágono declaró que Washington está “dispuesto a apoyar” la defensa de Israel, su aliado.
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Hezbolá, armado y financiado por Irán, había amenazado con represalias tras la muerte el 30 de julio de uno de sus jefes militares, Fuad Shukr, en un ataque israelí en la periferia sur de Beirut. Junto con Irán y Hamás, amenazó también con responder al asesinato del exdirigente del grupo palestino Ismail Haniyeh en Teherán, el 31 de julio, atribuido a Israel.
La Fuerza Aérea israelí, tras recibir informaciones sobre el ataque de Hezbolá, lanzó “una operación compleja poco antes de las 5:00 (2:00 GMT), en la cual un centenar de aviones golpearon miles de lanzacohetes dirigidos hacia el norte de Israel en 40 zonas de tiro del sur del Líbano”, declaró un portavoz militar, el teniente coronel Nadav Shoshani.
A su vez, el portavoz del Ejército, Daniel Hagari, dijo por la noche que “más de 270 objetivos” fueron alcanzados. Un funcionario estadounidense indicó, bajo condición de anonimato, que Estados Unidos “no participó en los ataques preventivos de Israel” pero que proporcionaron ayuda “en término de seguimiento de los ataques entrantes” de Hezbolá.
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“Primera fase” de la respuesta
Los disparos de Hezbolá formaban parte de un “ataque planificado de mayor envergadura y pudimos frustrar gran parte”, aseguró el teniente coronel Shoshani. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que Israel no había dicho su “última palabra” con los bombardeos de la víspera. Por su parte, Hezbolá aseguró que el ataque fue un “éxito” e indicó que apenas era la “primera fase” de la respuesta a la muerte de Shukr.
Su líder, Hasan Nasralá, desmintió las “afirmaciones engañosas” de Israel, que afirmó haber destrozado “miles de lanzacohetes” e interceptado “miles de cohetes”. El movimiento islamista, políticamente muy influyente en Líbano, indicó que lanzó “un gran número de drones” contra territorio israelí y “más de 320″ cohetes Katiusha contra 11 bases militares en Israel y en los Altos del Golán sirio ocupados por Israel.
Nasralá declaró que el “objetivo principal de la operación” era “la base de Glilot, la principal base de la inteligencia militar israelí” a “110 km de la frontera” con Líbano. Israel aseguró que esta base “no fue alcanzada”. Según el ejército israelí, Hezbolá disparó “más de 150 proyectiles”, de los cuales varios fueron derribados.
Al final de la tarde, la misma fuente indicó que un soldado de la marina cayó “en combate” en el norte, sin precisar si había relación con el ataque. Horas después, el brazo armado de Hamás reivindicó el tiro de un cohete contra Tel Aviv que, según los mandos militares israelíes, cayó en una zona deshabitada.
Con información de AFP.