El senador liberal Líder Amarilla también expresó su postura con relación a los resultados de las elecciones presidenciales de Venezuela, que se desarrollaron ayer domingo, donde nuevamente el Consejo Nacional Electoral dio como ganador a Nicolás Maduro. Para el legislador, este resultado fue un “robo asqueroso” hacia la población venezolana.
Ante esto, Amarilla instó al Gobierno paraguayo a no reconocer estos resultados, así también, alentar a los organismos internacionales a tomar medidas drásticas de intervención en ese país y liberar al pueblo venezolano.
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“Yo creo que fue un robo asqueroso las elecciones, esta es una dictadura, la de Venezuela es una dictadura, que Paraguay no solamente no tiene que reconocer estas elecciones, sino que debe alentar a las Naciones Unidas para que pueda haber una intervención en ese país, ya sea militar o de otra índole para la liberación del pueblo venezolano que fueron a expresar su voluntad popular en las urnas”, indicó en la 1020 AM.
Cuestionó a los organismos internacionales por no tomar una postura o medidas firmes contra Nicolás Maduro. “Categóricamente, yo creo que en este siglo ya no se puede permitir este tipo de dictadura, y los organismos internacionales, que son los que están hablando todo el tiempo de la paz y el respeto a la libertad, la democracia y todo eso, creo que deben tomar algunas acciones más concretas y no estar discurseando todo el tiempo”, apuntó.
Expresiones de Esperanza Martínez
Por otra parte, se refirió a las expresiones de la senadora Esperanza Martínez, líder de la bancada Democrática el cual integra, felicitando a Madura por la victoria electoral. Amarilla dijo respetar las declaraciones de su colega, pero no comparte, agregando que fue una expresión personal que no corresponde al bloque del Senado.
“Yo respeto profundamente el pensamiento de la senadora Esperanza, pero no comparto. Es una opinión personal de la senadora, no es una posición de la bancada, ella puede emitir su opinión de manera unipersonal, es su opinión, su pensamiento, y cada uno puede respetar eso o estar en desacuerdo, pero no significa que sea la voz de la bancada lo que ella está diciendo”, sentenció.
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España rechaza graves acusaciones de Maduro
- AFP.
España rechazó ayer domingo las acusaciones de Venezuela de fomentar un plan para “desestabilizar” el gobierno de Caracas, después de que tres estadounidenses, dos españoles y un checo fueran detenidos en el país latinoamericano por vinculaciones a un supuesto complot contra el presidente Nicolás Maduro.
“España desmiente y rechaza rotundamente cualquier insinuación de estar implicada en una operación de desestabilización política en Venezuela”, dijo a AFP una fuente del Ministerio español de Relaciones Exteriores. El gobierno “ha constatado” que los dos detenidos españoles “no forman parte” de la agencia de espionaje española CNI “ni de ningún otro organismo estatal”, indicó la fuente.
“España defiende una solución democrática y pacífica a la situación en Venezuela”, añadió. El Gobierno de Venezuela anunció ayer sábado la detención de tres ciudadanos estadounidenses, dos españoles y un checo por estar relacionados con un supuesto complot para atacar al presidente Nicolás Maduro y “desestabilizar” el país.
Los arrestos se producen en medio de crecientes tensiones entre Venezuela y los gobiernos de Estados Unidos y España por las controvertidas elecciones del 28 de julio en las que Maduro fue proclamado reelecto entre denuncias de fraude.
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España rechaza supuesto plan para “desestabilizar” el gobierno de Maduro
España rechazó el domingo las acusaciones de Venezuela de fomentar un plan para “desestabilizar” el gobierno de Caracas, después de que tres estadounidenses, dos españoles y un checo fueran detenidos en el país latinoamericano por vinculaciones a un supuesto complot contra el presidente Nicolás Maduro.
“España desmiente y rechaza rotundamente cualquier insinuación de estar implicada en una operación de desestabilización política en Venezuela”, dijo a AFP una fuente del Ministerio español de Relaciones Exteriores. El gobierno “ha constatado” que los dos detenidos españoles “no forman parte” de la agencia de espionaje española CNI “ni de ningún otro organismo estatal”, indicó la fuente.
“España defiende una solución democrática y pacífica a la situación en Venezuela”, añadió. El gobierno de Venezuela anunció ayer sábado la detención de tres ciudadanos estadounidenses, dos españoles y un checo por estar relacionados con un supuesto complot para atacar al presidente Nicolás Maduro y “desestabilizar” el país.
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Los arrestos se producen en medio de crecientes tensiones entre Venezuela y los gobiernos de Estados Unidos y España por las controvertidas elecciones del 28 de julio en las que Maduro fue proclamado reelecto entre denuncias de fraude. El ministro venezolano de Interior, Diosdado Cabello, dijo que los extranjeros arrestados están involucrados en planes “terroristas” que incluían atentar contra la vida del presidente Maduro y desestabilizar el país.
Cabello identificó a los detenidos como Wilbert Josep Castañeda, “militar activo” de Estados Unidos y “jefe” del plan, y otros dos estadounidenses, así como los españoles José María Basoa y Andrés Martínez Adasme, y un ciudadano checo. El ministro vinculó los supuestos planes para “atacar” Venezuela a los centros de inteligencia de España, de Estados Unidos, y a la líder opositora María Corina Machado y otros dirigentes.
“Contingente de mercenarios”
Los dos españoles fueron capturados en Puerto Ayacucho, en el sur, y “son parte de un contingente de mercenarios del gobierno español, a través de su central de inteligencia, para atacar al país”, dijo Cabello. También acusó al gobierno de Estados Unidos de estar vinculado a la operación, unas afirmaciones que Washington negó tajantemente.
“Cualquier afirmación sobre la participación de Estados Unidos en un complot para derrocar a Maduro es categóricamente falsa. Estados Unidos sigue apoyando una solución democrática a la crisis política en Venezuela”, dijo un portavoz del Departamento de Estado estadounidense.
Los dos ciudadanos españoles estaban de vacaciones en Venezuela, aseguró el padre de Martínez Adasme al diario El Mundo. “Mi hijo no trabaja para el CNI, claro que no”, afirmó. “Estamos esperando información por vía consular y de la embajada”, explicó, “aún no sabemos bajo qué acusación o motivo lo han detenido”.
La tensión entre Madrid y Caracas aumentó en los últimos días después de que el candidato opositor Edmundo González Urrutia llegara hace una semana a España para pedir asilo tras un mes en la clandestinidad en su país, donde es solicitado por la justicia.
En respuesta, Venezuela llamó a consultas a su embajadora en Madrid y citó al embajador español en Caracas para protestar por los cuestionamientos a la reelección de Maduro. El jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, se reunió esta semana en La Moncloa con González Urrutia.
Sánchez no reconoce la victoria de Maduro, pero tampoco la de su rival. Ha insistido, en consonancia con la posición de la Unión Europea, en reclamar la publicación de las actas electorales. Washington, que reconoce la victoria de la oposición, anunció por su parte esta semana sanciones contra 16 funcionarios venezolanos, entre ellos la presidenta del Tribunal Supremo, por el “fraude electoral” del 28 de julio. Venezuela lo recibió como una “agresión” y Maduro condecoró a cuatro militares objeto de las sanciones.
Fuente: AFP
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Crisis entre Venezuela y España por cuestionamientos a la reelección de Maduro
Venezuela no permitirá una “acción injerencista” de España, dijo ayer viernes el canciller Yván Gil en medio de una crisis diplomática generada por cuestionamientos a la reelección de Nicolás Maduro y el asilo que le será concedido a su rival opositor en Madrid. Gil recibió en la cancillería al embajador español en Caracas, Ramón Santos, para expresar la “postura contundente del gobierno venezolano”, según un mensaje publicado en Telegram.
“No permitiremos ninguna acción injerencista”, escribió el canciller, un día después de llamar a consultas a la embajadora venezolana en Madrid, Gladys Gutiérrez. La tensión en las relaciones bilaterales aumentó en los últimos días, después de que el candidato opositor Edmundo González Urrutia llegara el domingo a España para solicitar asilo tras un mes en la clandestinidad en su país, y aumentó por un comentario de la ministra de Defensa española, Margarita Robles, que tildó de “dictadura” al gobierno de Maduro.
El gobierno del socialista Pedro Sánchez no reconoce la victoria que Maduro reivindica en los comicios, pero tampoco la de su rival. Ha insistido, en consonancia con la posición de la Unión Europea, en reclamar la publicación de las actas electorales, que según la oposición demuestran su victoria.
Pese a la tirantez, la vicepresidenta Delcy Rodríguez, recientemente nombrada ministra de Petróleo, se reunió este viernes con Luis García Sánchez, directivo de la trasnacional energética española Repsol en el país caribeño. “Ambas partes abordaron alianzas estratégicas” para la “exploración y explotación de hidrocarburos líquidos y gaseosos”, según un mensaje de la estatal venezolana PDVSA.
“Decisiones soberanas”
El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, no imitó la llamada a consultas de su par venezolano. Son “decisiones soberanas”, zanjó Albares en declaraciones a la radio pública RNE, en la que dijo que trabaja por tener “las mejores relaciones posibles” con Venezuela. “No hay nada que comentar”, manifestó.
El gobierno español está bajo presión. El miércoles, a propuesta de la oposición conservadora, el Congreso de los Diputados le exigió a Sánchez reconocer a González Urrutia como ganador de las elecciones del 28 de julio. En respuesta, el presidente del Parlamento venezolano, Jorge Rodríguez, propuso romper relaciones diplomáticas, consulares y comerciales. “¡Que se vayan de aquí todos!”, clamó.
Se estima que unos 280.000 venezolanos viven en España, entre ellos varios dirigentes opositores exiliados. Unos 136.000 españoles, en tanto, viven en Venezuela. El jueves, Sánchez recibió a González Urrutia en el palacio de La Moncloa, sede de la presidencia en Madrid, y aseguró en la red social X que “España sigue trabajando en favor de la democracia, el diálogo y los derechos fundamentales” en Venezuela.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, reiteró este viernes que “las elecciones no las ha ganado Maduro” aunque sin reconocer a González Urrutia, a quien invitó a Bruselas. “Por desgracia en estos temas no hay varitas mágicas”, dijo en rueda de prensa en Madrid. “Los reconocimientos pueden tener un valor simbólico, pero no cambian la realidad”.
“No somos chantajeables”
La escalada con España coincide con el anuncio del jueves de Washington de sanciones a 16 funcionarios venezolanos, entre los que figuran la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, Caryslia Rodríguez, así como autoridades electorales y militares como el jefe operacional de la Fuerza Armada, general Domingo Hernández Lárez.
“No somos chantajeables, ni nos dejamos intimidar”, respondió este viernes la Fuerza Armada en un comunicado leído en la televisión estatal por el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, acompañado por el resto del alto mando, que suele declarar “lealtad absoluta” a Maduro. Padrino fue sancionado en 2018.
Según Estados Unidos, que reclama el detalle del escrutinio de las presidenciales venezolanas, estos funcionarios “impidieron un proceso electoral transparente”. Maduro condecoró a los cuatro militares blanco de sanciones, que tachó de “ridículas”. “Lo que ellos (EE. UU.) nunca podrán entender es que sus sanciones son condecoraciones en el alma de los patriotas que aman a nuestra Venezuela”, dijo el mandatario.
La Corte Suprema, la autoridad electoral y el Parlamento también condenaron las medidas de Washington, que amenazó con “decisiones adicionales” si el escrutinio sigue sin publicarse. “Maduro tiene opciones y decisiones que solo él puede tomar” y “le hemos dejado muy claro” que lo primero que tiene que hacer “es publicar todos los datos electorales y los resultados”, afirmó el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby.
Fuente: AFP.
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Trump endurece su discurso anti-inmigración
Donald Trump redobló sus ataques ayer viernes contra los migrantes y acusó a su rival demócrata Kamala Harris de querer transformar Estados Unidos en un “campo de refugiados”, en una campaña cada vez más tensa hacia la Casa Blanca. “Los niños estadounidenses están a merced de criminales bárbaros”, lanzó el candidato republicano a la presidencia durante una conferencia de prensa desde su complejo de golf en los suburbios de Los Ángeles.
El expresidente, que multiplicó toda la semana las diatribas, en parte con mentiras, contra los migrantes, se refirió una vez más a la afirmación falaz y racista según la cual migrantes haitianos robarían perros y gatos para comerlos, en la ciudad de Springfield. “Vamos a organizar expulsiones masivas” en esa pequeña ciudad de Ohio, prometió el multimillonario republicano, que fingió desconocer que muchos de esos migrantes cuentan con un permiso de residencia. “Vamos a tener la deportación más grande en la historia de nuestro país”, insistió.
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“Tercer mundo”
Durante su conferencia de prensa, Trump acusó sin pruebas a su rival demócrata en la elección de noviembre de hacer entrar ilegalmente por avión al país a “algunos de los peores asesinos y terroristas”. “Kamala va a convertir Estados Unidos en un campo de refugiados del Tercer Mundo. Ya lo es en cierta medida”, recalcó durante otro discurso muy desordenado.
El candidato republicano colocó a la inmigración, una de las principales preocupaciones de los votantes según las encuestas, en el centro de su nueva candidatura a la Casa Blanca. Lo mismo hizo en 2016, cuando su campaña giró alrededor de su propuesta de muro en la frontera con México. Si gana el 5 de noviembre, promete combatir la inmigración ilegal con deportaciones masivas.
El rosario de declaraciones de cada bando hizo incluso reaccionar al Papa. Al regreso de su gira por Asia, Francisco desestimó a ambos candidatos: sobre Trump criticó “que rechaza a los inmigrantes”, y sobre Harris que “mata a niños” al defender el derecho al aborto. “Ambos están contra la vida”, resumió. Trump se preparaba para participar en un mitin en el estado de Nevada, en el oeste de Estados Unidos, donde es probable que se vuelva a hablar largo y tendido del tema de la inmigración.
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Harris por su parte estuvo en quizás el estado bisagra más crucial de las elecciones presidenciales: Pensilvania, con sus 19 grandes electores. Allí dijo en una entrevista que ofrece “una nueva generación de liderazgo” y detalló sus políticas sobre recortes de impuestos y créditos para nuevos padres, propietarios de viviendas y empresas.
Harris también les habló a los dueños de armas reconociendo que ella misma es propietaria de una y que quiere preservar el derecho a portarlas mediante leyes que apelen al sentido común. La vicepresidenta, que hasta ahora había dado pocas entrevistas, también protagonizará un encuentro con Oprah Winfrey el 19 de septiembre.
Teoría de la conspiración
De momento, Harris no ha respondido a los comentarios de su rival. Cuando Trump planteó la teoría de la conspiración sobre las mascotas durante el debate televisado del martes, reaccionó moviendo la cabeza con vehemencia y con cara entre divertida y escandalizada. La hija de una madre india y un padre jamaiquino, primera mujer vicepresidenta de Estados Unidos, nunca ha salido al cruce de los ataques a su identidad. Ha llevado la campaña de forma muy metódica y con una postura decididamente centrista.
Harris, que entró con fuerza en la carrera presidencial tras la retirada de Joe Biden hace menos de dos meses, había insistido el jueves que las elecciones serán “muy reñidas” y que ella “no es la favorita”. La candidata, que según la opinión general dominó a su oponente durante el debate del martes, no podrá contar con un nuevo enfrentamiento de este tipo para ganar impulso: Trump descartó un debate de revancha.
En un Estados Unidos que ahora parece irremediablemente dividido políticamente, los dos candidatos están codo con codo en las encuestas. Como en 2016 y 2020, es probable que todo se reduzca a unas pocas decenas de miles de votos indecisos en seis o siete estados estratégicos, independientemente del número total de votos en todo el país, ya que las elecciones se celebran según el principio del sufragio universal indirecto.
Fuente: AFP.