El periodista y especialista en comunicación, Augusto Dos Santos, fue conferencista del Congreso Internacional Alice del Instituto de Comunicación Política, oportunidad en la que expuso sobre el proceso electoral y la comunicación estatal, además de la línea que debería establecerse para no incumplir promesas de campaña.
“Habría que asumir la responsabilidad de avisar con mayor calidad durante los procesos electorales sobre la gradualidad de los cambios que se plantean, más que nada de la complejidad del cumplimiento de los mismos. Sé que esto suena fantástico al respecto de la realidad de las campañas, porque nadie es prolijo en la guerra, pero habría que pensar en cómo avanzar sobre ese punto”, expresó.
Dos Santos fue uno de los expositores del Congreso que tuvo lugar este 6 de marzo en México, y sentenció frases contundentes como “la culpa no es del elector, sino de quien prometió milagros”, respecto a las promesas que se hacen en campaña y la realidad con la que se topan los gobernantes electos.
Las promesas exacerbadas generan un contrasentido en el propio gobierno, que se encuentra con una serie de problemas una vez que asume el poder y la lentitud para cumplir con los compromisos de campaña produce un efecto negativo dado que la ciudadanía se cansa de escuchar argumentos por los cuales no se llevan adelante los cambios y exige resultados.
“Cómo hacemos para que el arte de ilusionar sea con magia blanca en lo posible y no con la magia negra del engaño”, preguntó Dos Santos como uno de los cuestionamientos que deberían hacerse los gobernantes o candidatos al momento de planificar su comunicación de campaña y posteriormente de gestión.
Dos Santos precisó que este planteamiento comunicacional se hace más complejo para modelos basados en el populismo, los cuales “no pueden ganar elecciones sin generar una distancia casi insalvable entre la promesa y la posibilidad de cumplimiento”, aseguró. Asimismo, es importante que los gobernantes sepan que el periodo de gestión es lo que en comunicación se denomina “crisis”, dado que las variables a las que se enfrentan son en su mayoría externas.
“El volumen de la decepción será directamente proporcional a la grandilocuencia de la promesa, la construcción del discurso de la oposición se establece sobre el discurso vencedor ‘decepcionante’”, afirmó Dos Santos.