El Ministerio del Interior, encabezado por Enrique Riera, recepcionó este viernes las 2.000 armas que fueron incautadas en el operativo Dakovo, valuadas en unos 5 millones de dólares. Las mismas serán entregadas a las fuerzas policiales para que sean empleadas en la defensa de la seguridad ciudadana, luego de verificar un inventario del arsenal.
“Asumí convencido de que el Paraguay tiene un destino de grandeza. La seguridad es un componente fundamental, una condición necesaria para que exista el desarrollo económico y social. El Estado no puede ser sometido por los que caminan fuera de la ley. Nuestra lucha está compuesta de grandes batallas, de pequeñas, de los actos de coraje”, expresó el presidente Santiago Peña en el acto, destacando los últimos procedimientos impulsados bajo su gobierno en el combate contra las organizaciones criminales.
El lote entrega a las autoridades policiales incluye tanto armas de grueso calibre como armas cortas. Se aguarda que parte de las armas también sean entregadas a la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), con el fin de que sus agentes cuenten con el equipamiento necesario para efectuar sus procedimientos en el combate contra el narcotráfico.
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La operación Dakovo contra el tráfico internacional de armas fue lanzada el pasado 5 de diciembre de forma conjunta en Paraguay, Brasil y Estados Unidos. En el centro de la investigación se encuentra la empresa Internacional Auto Suply (IAS), con asiento en Asunción, cuyo propietario, Diego Dirisio, de nacionalidad argentina, junto a su pareja Julieta Nardi, serían los líderes de la estructura criminal.
Dirisio es calificado como el “mayor contrabandista de armas de Sudamérica”, al develar que sus negocios movilizaron 43.000 armas en los últimos tres años, por valor de 240 millones de dólares, para facciones criminales brasileñas como el Primer Comando Capital (PCC) y Comando Vermelho.
Los investigadores comprobaron que el empresario argentino compró miles de pistolas, rifles, ametralladoras y municiones de diversos fabricantes europeos (Croacia, Turquía, República Checa, Eslovenia). Mediante un esquema que involucró a cambistas y empresas fantasmas en Paraguay y Miami (Estados Unidos), la empresa IAS, propiedad de Dirisio, revendió los arsenales a las mayores facciones brasileñas, principalmente en Río de Janeiro y San Pablo.
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