El ministro de Justicia, Ángel Ramón Barchini, realizó una evaluación este martes, el día después de la operación Veneratio que neutralizó al clan Rotela en la cárcel de Tacumbú, destacando que la preparación de esta intervención llevó 2 meses, ya que se buscaba el menor daño colateral posible, por eso muchas veces no podía informar a la prensa lo que se estaba haciendo.
“Hacían una crítica que me dolía por lo injusta que era la misma, pero se comprendía que era parte de la labor que estaba haciendo, porque teníamos un plan estratégico; y ese plan en la medida de lo posible no se tenía que filtrar porque de lo contrario fracasaría“, comentó el secretario de Estado al programa “Arriba hoy”, que se emite por el canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
Enfatizó que tiene mucho respeto hacia los periodistas y la libertad de prensa, pero mucha gente lo criticaba y difamaba y pedía su cabeza. “Pero cuando se miente, se engaña, me quisieron ligar con el narcotráfico, con (Sebastián) Marset, inventaron mensajes, fuimos atacados de una manera inmisericorde y lo peor es que no podía contestar porque el objetivo principal era la retoma del poder (de la cárcel de Tacumbú) y lo único que podía decir que el Estado no podía seguir arrodillado ante los criminales”, expresó Barchini.
“La intención es no dejar impune a nadie. Acá hubo corrupción permanente, complicidad, acompañamiento de autoridades políticas, de autoridades penitenciarias, autoridades administrativas. Esto era un carnaval donde el ministro llegaba y empezaba la recaudación, el sometimiento a las mafias, bandas criminales, en Tacumbú y en las cárceles de todo el país, algunos del PCC (Primer Comando de la Capital), otros del Comando Vermelho, o el clan Rotela”, describió.
Añadió que la mejor política del Estado paraguayo “era no hacer nada y que continúe todo de la misma manera como estaba funcionando desde hace año, la paz del sepulcro. Pero el Estado arrodillado al dinero, a las bandas criminales, a la corrupción”, lamentó Barchini, e informó que hoy mantendrá una reunión con el fiscal general del Estado, Emiliano Rolón, que por la tarde del lunes ya estuvo recorriendo el interior del penal de Tacumbú.
Le puede interesar: Los títulos catástrofe pasan, pero la verdad permanece
Administración militar
“Esto no va terminar acá, esto recién empezó, nosotros tenemos la obligación de cambiar las instituciones penitenciarias del Paraguay”, manifestó y, por otra, parte, señaló que se está evaluando la posibilidad de instalar un alto mando policial y un alto mando militar en la administración de las penitenciarias.
Indicó que las propuestas serán presentadas al jefe de Estado. Pero, además de esto, refirió que se requiere la aprobación de la ley sobre reforma penitenciaria, y que la mayoría de la clase política está de acuerdo para el funcionario penitenciario sea una carrera de orden disciplinado no deliberante, con ascensos, premios y mejoras de sueldos, equipamientos, preparación.
“Tenemos que cambiar todo esto que ocurrió durante tantos años, que no se hizo absolutamente nada. Necesitamos una política penitenciaria de recuperación y reinserción para las personas privadas de libertad. Tenemos un arduo trabajo de separación de entre procesados y condenados. Está pendiente la aprobación de nuestra Ley de Ministerio de Justicia, que se presentará al Congreso el año que viene. Mucho trabajo en todos los aspectos y hoy puedo hablar un poco mas porque subimos un peldaño de 7 que aun nos falta para hacer lo que se necesita en Paraguay”, comentó a Nación Media.