El Gobierno desplegó este lunes el Operativo Veneratio con el objetivo de desarticular a las bandas criminales que operan desde la cárcel de Tacumbú bajo la coordinación del clan Rotela. Al respecto, el consultor y comunicador Ignacio Martínez manifestó que con la labor desarrollada se logra poner un punto final al crimen organizado instalado desde el gobierno de Mario Abdo Benítez.
“Clan Rotela es producto de la complicidad del gobierno anterior y la comedia que hacía parte de la prensa, alabando una gestión que permitió hasta galpones vip. Había periodistas que trataban de ‘don Rotela’ al fulano. Esta consecuencia tiene su causa en la complicidad de ayer”, sentenció el consultor a través de la red social X.
Hasta el momento, 700 personas migrarán a otras cárceles del país, incluyendo al principal líder del clan, Armando Javier Rotela, quien se encontraba en una celda ubicada en la entrada principal al penal. Confirmaron además que más de 1.000 reclusos serán reasignados en otros centros penitenciarios y el operativo continuará con una limpieza total del penal Tacumbú.
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¿Quién es Armando Javier Rotela?
Armando Javier Rotela, fundador y líder del clan Rotela, empezó en el mundo delictivo desde muy joven, en su ciudad natal de Tobatí. Cuando tenía tan solo 19 años fue detenido e imputado por hurto agravado y asociación criminal, marcando así el inicio de su extenso prontuario por hechos delictivos.
En el 2007, la Policía Nacional empezó a manejar la información de que Rotela utilizaba niños, adolescentes y otras personas para la venta al menudeo de drogas. Posteriormente, se había trasladado al Bañado Tacumbú, donde establecería su zona de influencia y donde logró la denominación de “zar del crac”.
Armando Rotela masificó la venta del derivado de la cocaína y así también amplificó su organización delictiva. En el 2011, la Policía lo detuvo en su casa del Bañado Sur, pero año después se fugó de la cárcel de Misiones junto a otras ocho personas.
En el año 2016, el líder del clan Rotela fue recapturado y siguió manejando los hilos de su organización desde la cárcel de Tacumbú, donde estaba recluido. El 17 de marzo del año 2020 fue condenado a 19 años de prisión más ocho años de medidas de seguridad por posesión y tráfico de drogas.