Lejos de refutar y aclarar sobre la bolsa de empleo que armó el presidente del Centro de Información y Recursos para el Desarrollo (CIRD), Agustín Carrizosa, en proyecto poscovid, el jefe de prensa de esta ONG, Iván Valdez, acudió a la intimidación y el amedrentamiento a la periodista de investigación que viene revelando el gran festín que se manda el clan Carrizosa – Alcaraz con dinero de los contribuyentes.
Con varios mensajes, uno tras otro, y que incluyen emojis y stícker, que resultan un verdadero amedrentamiento, el joven se identificó como Iván Valdez, cuyo nombre figura como responsable de la comunicación institucional del CIRD en su página web. (Ver capturas).
La reacción de nada menos que el comunicador de la oenegé “pro transparencia” demuestra una alta intolerancia a la crítica y una falta de respeto a la investigación periodística, que tanto dicen valorar repartiendo certificados y premios a quienes ejercen este oficio.
Una institución que recibe dinero de los paraguayos para dictar cursos de periodismo, opera de forma patotera y soez a la hora en que soporta un cuestionamiento, reacción que no condice con el lema de la transparencia, de la libertad de expresión y la lucha contra la corrupción que usan como bandera.
El CIRD, que debería ofrecer información oficial, dispone que su encargado de prensa intimide a nuestra periodista con mensajes desubicados para el nivel de seriedad de la cuestión debatida.
La participación del jefe de prensa del CIRD representa el rostro qué tal institución quiere ocultar, pero finalmente no puede: ausencia de democracia y falta de actitud ante la crítica.
Nuestra redacción ha recurrido a la fuente en varias ocasiones para solicitar su versión. Es como se actúa en el caso de periodismo de investigación serio y riguroso.