Las elecciones presidenciales de Argentina de este domingo pasado resultaron en que la definición se dará por balotaje el 19 de noviembre; el referente de la consultoría política en Argentina y Latinoamérica, Carlos Fara analizó la posición en la cual se encuentra actualmente el presidenciable Javier Milei, de La Libertad Avanza, quien ha logrado generar una elección de tercios al ubicarse entre Sergio Massa, de Unión por la Patria, y Patricia Bullrich, de Fuerza por el Cambio.
“Hasta antes de Milei parecía que no se podía ganar una elección con casi nula estructura política, pero él nos está demostrando que están pasando muchas cosas novedosas y que todo es un aprendizaje y un cambio estructural que obviamente tiene que ver con la existencia de las redes sociales y la posibilidad de poder generar adhesiones en lugares donde el candidato jamás fue”, dijo Fara en entrevista con el enviado especial de Nación Media, el periodista y analista político Felipe Goroso.
Para el consultor, Milei construye su campaña en base a la inteligencia y el clima social, que acompaña la esencia disruptiva de su campaña. Puntualizó que ninguno de los analistas en Argentina podría llegar a imaginar que el mencionado candidato pasara de un lugar testimonial a un lugar que lo coloca con amplias posibilidades de convertirse en presidente. Según el recuento provisional del 98,51 % de las mesas escrutadas, Milei logró el 29,98 % de los votos, frente al 36,68 % de Massa, mientras Bullrich quedó con el 23,83 %.
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Personaje y Gobierno
“Hay bastante de personaje en Milei, sin lugar a dudas, pero en general hay una percepción que las características de personalidad serán las del gobierno. Con respecto a eso, sería más cauteloso porque me parece que cuando uno llegue al poder, primero es más consciente y después están los otros actores sociales, económicos y mediáticos que de alguna forma ponen ciertos límites”, observó Fara.
De este modo, el consultor vaticinó que, de llegar a la presidencia, probablemente la administración de Milei sea una más moderada de la cual él está luciendo actualmente como personaje a la hora de llevar a cabo su campaña electoral.
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Javier Milei quiere ir por más
- Por Ricardo Rivas
- Corresponsal en Argentina
- X: @RtrivasRivas
Desde lo más ato del poder en la Argentina se insiste en decir una y otra vez que “ahora sí”. Al parecer, siempre de acuerdo con cuatro fuentes oficialistas que dialogaron con La Nación, “los resultados de la gestión del presidente Javier Milei en sus primeros diez meses de gobierno son tan exitosos que es el momento para planificar de cara a los siete años de gobierno que tenemos por delante”.
Esos informantes de los nuevos vientos enumeran –desde la más absoluta reserva de identidad– logros: “Caída abrupta de la inflación; derrumbe del indicador de riesgo país que se ubica por debajo de los 900 puntos porcentuales; déficit cero innegociable; desregulación de los mercados; revaluación del peso frente al dólar; el enorme flujo de dólares, unos USD18 mil millones que dejaron de estar en negro para ser ahorros legales; la recuperación de los salarios y las jubilaciones contra el Índice de Precios al Consumidor (IPC)”. Eufóricos.
Pero, el “exitazo” –selectivo, por cierto– no incluye que la economía no parece despegar y que los más relevantes organismos multilaterales de crédito que operan aquí no van más allá de las buenas palabras y las fotos con sonrisas sin que lleguen fondos frescos ni se prevean en el corto plazo anuncios de nuevos acuerdos, por ejemplo, con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El optimismo es tal que sin rubor, algunos voceros comienzan a sacudir la necesidad de una “reforma constitucional para terminar con la Carta Magna de 1994″ que tres décadas atrás alcanzaron el Partido Justicialista (PJ) y la Unión Cívica Radical (UCR) cuando Carlos Menem era presidente.
La Nación solo escucha en silencio a los cuatro convencidos portavoces que confidencian la novedad sin consultarlos acerca de cómo imaginan que alcanzarán los dos tercios de voluntades parlamentarias para declarar la necesidad de la reforma, cuando para proyectos de leyes mucho menos ambiciosas (jubilaciones, presupuesto universitario) se ven en la obligación de buscar alianzas pragmáticas con aquellos que exhiban vocación ilimitada por el negocio político.
En ese contexto –también en los primeros 10 meses de gobierno– cerca de 80 funcionarios de alto rango fueron eyectados de la administración por motivos diversos que nunca quedan claros.
La semana que pasó fue el turno de la ministra de Relaciones Exteriores Diana Mondino quien fue despedida por el señor Milei después que la Argentina votara en contra del embargo estadounidense a Cuba en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) donde solo fueron a favor del bloqueo Estados Unidos e Israel.
Las razones del voto argentino no están claras. La versión que más se consolida con el paso de los días es que antes de que ello sucediera, la Casa Rosada tenía claro que sería así. ¿El único que lo desconocía era el jefe de Estado? Por lo menos, resulta increíble.
Reemplazante de Mondino es Gerardo Werthein, hasta el momento de su designación embajador en Washington, veterinario, vicepresidente del Comité Olímpico Internacional (COI), productor agropecuario, empresario –exlíder de Telecom y de la aseguradora La Caja– y experto en todo tipo de negocios.
Werthein, en el pasado no muy lejano, públicamente proclamó su adhesión a la expresidenta (2007-2015) y exvicepresidenta (2019-2023) Cristina Fernández a quien aseguró enfáticamente que habría de votar ante el periodista Eduardo Feinman en el canal de noticias C5N.
El ministro reemplazante arribará de regreso a Buenos Aires desde Washington cuando ya se conozca quien será el nuevo presidente norteamericano luego de las presidenciales que mañana se desarrollarán en ese país.
Una vez aquí Werthein habrá de acompañar al presidente Milei a Río de Janeiro para participar allí de la cumbre del G20 lo que despierta enormes expectativas porque será el primer cara a cara con el presidente anfitrión Luiz Inácio “Lula” da Silva con quien mantiene una fuerte disputa tanto ideológica como personal con desagradables episodios en cuyo transcurso el argentino insultó grave y públicamente al brasileño, quien desde entonces le reclama una disculpa también pública.
Javier Milei, además –como ya sucediera en las reuniones preparatorias de ese cónclave– rechaza que este país adhiera a un documento específico del G20 en procura del empoderamiento de las mujeres en línea con los contenidos de la Agenda 2030 de Naciones Unidas que el mandatario no acepta. Claramente, todo es muy dinámico aquí y cada día comienza algo novedoso que se parece mucho al más de lo mismo.
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Milei despide a su canciller por apoyo de Argentina a Cuba en la ONU
El presidente de Argentina, Javier Milei, ha cesado este miércoles a la ministra de Exteriores, Diana Mondino, después de que Buenos Aires haya votado a favor de poner fin al embargo económico impuesto por Estados Unidos a Cuba en la Asamblea General de Naciones Unidas.
“El nuevo canciller de la República Argentina es el señor Gerardo Werthein”, ha informado el portavoz del Gobierno, Manuel Adorni, en un escueto mensaje publicado en la red social X, refiriéndose al reemplazo de Mondino, quien fue embajador en Estados Unidos.
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Cuba busca desde 1992 evidenciar en la ONU el generalizado recelo internacional sobre este “bloqueo” y ha vuelto a obtener el respaldo de 187 países ante la Asamblea, incluyendo el de Argentina. Solo dos delegaciones han votado en contra: Estados Unidos e Israel.
Fuente: Europa Press
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Javier Milei mira las presidenciales norteamericanas con la esperanza puesta en Trump
- Por Ricardo Rivas
- Corresponsal en Argentina
- X: @RtrivasRivas
Una buena parte de las esperanzas del gobierno del presidente Javier Milei está puesta en el resultado de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. Faltan 8 días para esos comicios. La ilusión oficialista apuesta a que Donald Trump regrese a la Casa Blanca.
La especulación es que con el republicano nuevamente en el salón oval todo fluirá aceleradamente para alcanzar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) porque, “el FMI no hace nada que Estados Unidos no quiere que haga”, según el exembajador argentino en Washington Jorge Argüello. Dos interrogantes reflexivos: 1) ¿Será tan así? Suena a simplificación. Y 2) ¿Alguien puede asegurar que quien habite desde el próximo 20 de enero la Casa Blanca querrá un nuevo acuerdo entre el Fondo y este país? En los dos casos, habrá que ver.
Especialmente porque, en el Directorio del Fondo convergen además otros países que, especialmente en cuestiones económicas y financieras, no coinciden en muchos casos con los deseos de los Estados Unidos y/o con las miradas argentinas en política exterior y, más aún, algunos de ellos son acreedores de este país en otros foros y espacios como lo es, concretamente, el llamado Club de París en el que convergen 22 estados a los que Argentina les debe desde muchos años o muchas crisis.
“Make Argentina great again”, dijeron al unísono Trump y Milei meses atrás en USA durante un acto de campaña del primero cuando el segundo realizó el primero de sus viajes privados a tierras norteamericanas. “Espero verlo otra vez, la próxima como presidente”, expresó entonces con fervor y sin rubor alguno el argentino dirigiéndose al estadounidense que en muy poco y casi nada coincide ideológica y prácticamente con el jefe de Estado local.
De hecho, mientras que el señor Javier Milei aquí pregona contra el Estado desde su perspectiva libertaria, Trump entre 2016 y 2020, durante su presidencia, impuso fuertes regulaciones con sesgo nacionalista al funcionamiento económico estadounidense.
Mientras, en el vecindario, el centro izquierda pugna por regresar al poder en Uruguay, pero no todo está dicho, habrá segunda vuelta. Pero más allá de ello, Javier Milei no mira mucho el por aquí. Su mirada y propósito de construcción vincular entre mandatarios no parece circular de la mano con los intereses estratégicos del país exclusivamente, sino que aparentan estar más cercanas a sus propias miradas ideológicas personales que, sin embargo, sabe dejar a un costado del camino cuando el pragmatismo se lo exige o, como se suele decir, “cuando no queda otra opción”.
De hecho, dos viajes oficiales emergen en el horizonte externo. El 18 y 19 de noviembre próximos estará en Río de Janeiro, Brasil, para participar de la cumbre del G20, donde el protocolo indica que deberá interactuar con el presidente anfitrión, Luiz Inácio “Lula” da Silva con el que claramente no se lleva desde tiempos de campaña. Enorme expectativa. Quienes se encuentran cercanos al mandatario argentino –con reserva de sus identidades– dicen a La Nación que Milei, “volverá a expresar sus diferencias con la Agenda 2030, con las políticas de género y familia que, en una declaración reciente, en Brasilia, rubricaron todos los países que participaron de la preparatoria del cónclave con excepción de Argentina”.
Semanas después –aunque aún no hay fecha cierta– el presidente argentino viajará a la República Popular China para reunirse con su homólogo asiático Xi Jinping donde deberá –así lo exige el protocolo a visitantes oficiales– rendir honores ante el mausoleo en donde descansan los restos de Mao Zedong, quien en 1949 dejó atrás los tiempos imperiales del gigante asiático para fundar un estado comunista que, como genérico, por decirlo de alguna manera, no son del agrado del señor Milei. Pese a ello, la decisión está tomada.
“Los chinos lo único que piden es que no los molesten”, dijo el presidente argentino cuando conversó en la tele con la entrevistadora Susana Giménez para justificar la decisión de viajar.
El señor Milei agradecerá a Xi Jinping la renovación que ordenó semanas atrás del swap de monedas que desde 2011 sostienen los dos países. En el momento de decidir esa continuidad el estadista chino resolvió una grave emergencia financiera argentina cuando este país solo atesoraba carencias en el Banco Central (BCRA). China, vale recordarlo, también es un actor relevante en el directorio del FMI.
En el plano interno la semana que pasó el Gobierno la utilizó para tomar la iniciativa y recuperar protagonismo y centralidad en la arena política. Eliminó la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos) y, en el mismo acto administrativo creó ARCA (Agencia de Recaudación y Control Aduanero) que tendrá la misma misión que la anterior, pero –al parecer– con una estructura más reducida para recaudar y hacer inteligencia económica y financiera.
En ese contexto reformista, el señor Milei también decidió ir contra los medios y periodistas independientes. En la misma decisión reimplantó la obligatoriedad del pago del IVA (impuesto al valor agregado) a las empresas informativas y a los portales digitales lo que dio por tierra con una decisión en sentido opuesto que en 2018 impulsó el expresidente Mauricio Macri (2015-2019) con el objeto de facilitar la circulación informativa para fortalecer el sistema democrático.
Un par de días antes de que se conociera formalmente esa reforma tributaria, la Unesco distribuyó un reporte titulado “El uso indebido de la legislación financiera para presionar, silenciar e intimidar a periodistas y medios de comunicación” en el que justamente se describen acciones gubernamentales muy similares a las anunciadas por el Gobierno argentino (https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000391483_spa) para censurar a la prensa.
Pero fue por más. Pese a que se trata de una tramitación de práctica desde muchos años se anunció como novedad que se exigirá a 10 mil empleados públicos que inicien sus trámites jubilatorios porque se encuentran en edad de hacerlo. En la misma línea –como varios gobiernos anteriores– se informó nuevamente la privatización del ferrocarril Belgrano Cargas.
En cuanto al panorama financiero esta semana se inicia con la tasa de riesgo país por debajo de los mil puntos –la más baja en los últimos cinco años según algunos analistas– una noticia más que positiva para la búsqueda de créditos en los mercados voluntarios que posibilitó también una suba en la cotización de los bonos del Tesoro y un leve crecimiento en las reservas que atesora el BCRA que, no obstante, aún se estiman negativas en unos USD 3 mil millones.
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Argentina anuncia otro despido masivo
El gobierno argentino de Javier Milei anunció este lunes el despido de 3.155 empleados de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), que será reemplazada por la futura Agencia de Recaudación y Control Aduanero, un nuevo organismo similar pero con “una estructura simplificada”.
De acuerdo a un comunicado emitido por la Oficina del Presidente y difundido en la red social X, el gobierno argentino procederá a disolver la Administración Federal de Ingresos Públicos, y en su reemplazo creará la Agencia de Recaudación y Control Aduanero. Serán desvinculados 3.155 agentes que ingresaron de manera irregular a la AFIP durante el último gobierno.
Se trata de un recorte del “15% de la dotación actual”, lo que el ejecutivo considera “un paso imprescindible para desmantelar la burocracia innecesaria que ha obstaculizado la libertad económica y comercial de los argentinos”.
Además de reemplazarse a la AFIP por la ARCA, se reducirán salarios de los altos cargos del organismo y se buscará “la destrucción de circuitos corruptos”, según el boletín.
El presidente ultraliberal Javier Milei ha aplicado numerosas medidas desreguladoras en la economía local y en la estructura estatal, reduciendo los ministerios de 18 a ocho y achicando o eliminando otros organismos estatales.
Consecuencia de sus recortes y su política económica, Milei ha conseguido superávit en las cuentas públicas.
Pero la economía doméstica sufre de una recesión económica, con una inflación que en septiembre fue de 209% y una pobreza que alcanzó en la primera mitad del año al 52,9% de la población.
Fuente: AFP