El exviceministro de Política Criminal del Ministerio de Justicia Rubén Maciel habló sobre el amotinamiento desarrollado en Tacumbú. Manifestó que un aspecto crucial de la situación acaecida es el hacinamiento y la superpoblación de la penitenciaría, lo cual, permite el fortalecimiento interno de los grupos criminales, dando lugar a que dichos grupos decidan el manejo de la cárcel.
“La corrupción de todo el sistema penitenciario también contribuye y esto hay que abordarlo de manera sistémica; ya se había hecho un mapa de corrupción en Tacumbú, donde el denominador común es la desorganización. El tercer factor sería la falta de mejoramiento de las capacidades del servidor penitenciario, porque son susceptibles a los actos de corrupción”, señaló.
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Con respecto a la población penitenciaria, Maciel refirió que la cifra se encuentra cerca de los 17.000 presidiarios, donde cerca de 5.000 pertenecen a grupos criminales, aproximadamente. Ante estos factores, incluso los procesos de negociación resultan complicados debido a que los reos superan en cantidad a las autoridades penitenciarias.
“Acá las posiciones extremas nunca son buenas: ni conceder todo lo que peticionan ni permanecer en una posición intransigente. Hay que tener mucha capacidad de diálogo y efectivamente ver qué debe responder el Estado como responsable de la custodia de estas personas privadas de su libertad, así como analizar qué no pueden otorgar porque implicaría fortalecer la criminalidad de los grupos organizados”, refirió para la 780 AM.
El exviceministro remarcó que la búsqueda de un punto intermedio será clave, donde el Estado deberá tomar una madura posición sobre puntos innegociables. Con respecto al amotinamiento, se inició luego de que internos provocaran un siniestro en horas de la tarde del martes, en Tacumbú; convocaron a la prensa, supuestamente, para informar sobre la situación del suboficial Oliver Daniel Lezcano, quien era uno de los reos y se halla con paradero desconocido.