Juan Carlos dos Santos
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Salvador Nasralla, primer designado presidencial del Gobierno de Honduras, la manera en que la Constitución Nacional de ese país nombra al vicepresidente, explicó a La Nación/Nación Media algunos pormenores de la ruptura de lazos de más de 60 años entre su país y la República de China (Taiwán), para posteriormente normalizar relaciones con China comunista, situación que ha generado inquietud no solo en el país asiático, que ve perder a otro aliado en Latinoamérica, sino también en la propia Honduras por la desconfianza hacia lo que consideran la “diplomacia de chequera”, utilizada por los chinos para intentar aislar más a Taiwán.
Nasralla denunció que el Gobierno encabezado por Xiomara Castro, siguiendo directivas del Foro de San Pablo, un grupo de partidos y movimientos políticos de la izquierda continental, tomó la decisión de abandonar la histórica relación con Taiwán, luego de solicitar un “regalo” de 2.000 millones de dólares, de manera de continuar el vínculo, algo a todas luces, extorsivo.
“Taiwán se negó a dar ese dinero y entonces la relación (con el actual gobierno de Castro) se tornó muy fría y me imagino que recibió la orden del Foro de San Pablo de dejar a Taiwán e involucrarse con China comunista”, afirmó el vicepresidente del país centroamericano.
Ahora tienen acceso estratégico
El número dos del gobierno hondureño, quien asegura haber sido dejado de lado por la presidenta Castro, estima que lo sucedido es consecuencia de atravesar un “quiebre del orden mundial”, pues China comunista en su afán de convertirse en la primera potencia mundial, por encima de los Estados Unidos, necesita estar cerca de su competidor.
“Solo le faltaba el acceso al océano Pacífico a través del Golfo de Fonseca, un territorio en el que confluyen tres países, El Salvador, Nicaragua y Honduras, y como es un territorio marítimo compartido, los tres países deben estar de acuerdo para cualquier cosa. A partir de esta decisión de Honduras, China ya tendrá libre acceso al estratégico golfo para poder colocar hasta a sus navíos de guerra, algo que atentará contra la seguridad regional al estar tan próximo a los Estados Unidos”, advirtió Nasralla.
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Se pierden fuentes de empleo
Algunas de las primeras medidas ya afectan a los hondureños pues varias empresas taiwanesas que invertían en el país y utilizaban mano de obra local, han comenzado a cerrar y se aprestan a dejar Honduras. “Sin embargo, eso no es el principal problema”, explica el vicepresidente hondureño, sino la gran cantidad de remesas que son enviadas por sus compatriotas quienes trabajan y residen en los Estados Unidos.
“Nuestra economía depende de los casi 30 millones de dólares diarios que ingresan desde los Estados Unidos, lo que representa prácticamente el 25 % de nuestro producto interno bruto y a veces más, entonces, los dos millones de hondureños que viven en ese país son los que mantienen viva a la economía de Honduras”, explica preocupado por cualquier medida que Estados Unidos pudiera tomar tras el “coqueteo” con China comunista.
Acuerdos sin respetar
Con respecto a la postura que adopta en esta situación, siendo él parte del actual gobierno de Xiomara Castro, Nasralla sostiene que “esta gente llegó al poder por culpa mía, fui engañado pues se han firmado acuerdos antes de las elecciones donde se hacía constar que las decisiones las íbamos a tomar juntos”.
Nasralla es el líder de un partido que rápidamente se convirtió en la tercera fuerza electoral en las elecciones primarias de Honduras, detrás de los dos partidos tradicionales, el Nacional y el Liberal. Para las elecciones generales de finales del 2021, varios partidos nuevos y minoritarios se unieron y resultó victoriosa Xiomara Castro, logrando derrotar a los dos grupos políticos tradicionales que siempre han gobernado de manera alternada a Honduras.
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Xiomara es la esposa de Manuel Zelaya Rosales, el expresidente defenestrado en el 2009 acusado por la clase política de intentar convertir a Honduras en un satélite de Venezuela, gobernada en ese entonces por el fallecido Hugo Chávez.
“Una vez que tomamos el poder (en enero del 2022) esta gente simplemente comenzó a ignorar los acuerdos, a no respetar lo firmado. Libre y Refundación (el partido creado por Zelaya) era un partido de medio millón de personas y ganamos con 2.500.000 votos. Actualmente por el descontento que existe, ese medio millón se ha reducido a poco más de 300.000 seguidores. Ellos son un pequeño grupo de personas que se hacen pasar por comunistas y no lo son. Manuel Zelaya (expresidente y esposo de Xiomara Castro) es un latifundista de muchos años, con tierras y ganado. Son ricos jugando a ser comunistas”, aseguró Nasralla.
China solo genera empleo para los chinos
La abrupta ruptura con Taiwán ha generado problemas a decenas de estudiantes hondureños que continúan sus estudios en la isla asiática, becados por ese Gobierno y que ahora se ven en la obligación de regresar a Honduras a causa de la decisión de la presidenta Castro.
Nasralla advirtió además que, si bien China promete inversiones, eso no genera mano de obra en los países en los que concretan esas obras. “Aparte del componente político, China necesita darles trabajo a los chinos, por lo tanto, buscan llenar de proyectos, pero con la condición de que las obras sean realizadas por mano de obra china”, recordó.
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Puso como ejemplo el Estadio Nacional de Costa Rica, construido por China comunista en la ciudad de San José, luego de lograr que ese país centroamericano deje de lado su vínculo con Taiwán. Sin embargo, el 100% de la mano de obra, desde ingenieros hasta obreros, fue puesto por China, una de las condiciones posteriores. También mencionó el caso de Ecuador, donde incluso las obras quedaron abandonadas. “Los chinos no generan empleos, ellos ponen su mano de obra y la mayoría se quedan en esos países. En Honduras va a suceder lo mismo y ya nos están comenzando a invadir”, advirtió.
Aunque no se hayan producido casos en los que se revierta la situación, romper con China comunista y regresar a vincularse con Taiwán, Salvador Nasralla cree que eso se puede lograr con otros gobiernos que no estén sometidos a la política de la “chequera china”.
El caso de Panamá
El vicepresidente hondureño recordó al expresidente panameño Ernesto Pérez Balladares (1994-1999), quien cuestionó seriamente la decisión tomada en junio del 2017 por el entonces presidente Juan Carlos Varela, también de tendencia izquierdista, al romper con Taiwán y volcarse a los brazos de China comunista, quienes siguieron una vez más el mecanismo de la “diplomacia de chequera”, y finalmente salpicaron al presidente Varela con la acusación de haber recibido USD 140 millones para cerrar las puertas a Taiwán.
Pérez Balladares asegura que todas las empresas que llegaron a Panamá desde China, tras la ruptura con Taiwán, son corporaciones pertenecientes al Partido comunista chino y que no se ha visto ninguna mejora en la balanza comercial entre ambos países tras casi seis años de ese hecho. Estima que Panamá aún no ve y posiblemente no verá nunca, un cambio como el que se había prometido.
“No veo que nos estemos convirtiendo en proveedor de absolutamente nada para China, por el contrario, son los chinos quienes se benefician al utilizar a Panamá como punta de lanza para posicionarse en la región”, expresó Pérez Balladares durante una entrevista televisiva.
Promesas peligrosas
La situación ocurrida en Honduras a comienzos del mes de marzo recuerda de alguna manera la promesa electoral del candidato de la Concertación, Efraín Alegre, quien mencionó la posibilidad de relacionarse con China comunista en caso de llegar al poder. Paraguay y Taiwán mantienen una sólida relación diplomática, comercial y cultural desde hace más de 60 años y decenas de compatriotas cursan sus estudios en la isla asiática, gracias a los diferentes programas de becas ofrecido por el Gobierno de Taiwán.
Además, existen en el país innumerables proyectos para productores de diferentes rubros y que sin la ayuda de Taiwán no serían posible llevarlos a cabo, como la Universidad Politécnica Taiwán-Paraguay, donde medio millar de jóvenes paraguayos cursan carreras de diferentes ramas de la ingeniería, siguiendo el modelo de estudio taiwanés, uno de los más avanzados del mundo.