Aldo Centurión López, docente especializado en economía, es candidato al Senado por el Partido Patria Querida. Desde su eventual cargo como parlamentario aseguró que su principal objetivo es lograr un país con mayores oportunidades para todos los paraguayos, mejorando la calidad de vida a través de políticas públicas.

Según comentó, en el 2008 se incorporó al Partido Demócrata Cristiano (PDC), donde fue miembro de la Junta Nacional, encabezando la lista de candidatos a parlamentarios del Mercosur. Centurión aseguró que ve la necesidad de cambios más profundos, de reformar la Constitución Nacional de 1992, que incluya, por ejemplo, resolver las tres principales fallas, a su criterio, de la democracia en Paraguay.

“La primera falla es la escasa o nula idoneidad para asumir cargos públicos. Un analfabeto puede ser presidente de la República, congresista, gobernador, intendente, concejal. No se establecen requisitos de capacidades para administrar los recursos del Estado, y tampoco para elaborar e implementar políticas públicas eficaces y eficientes. Las exigencias de honestidad deben ser verificables en la vida real”, refirió en una entrevista concedida a La Nación.

El aspirante a la Cámara Alta señaló que otra de las fallas es la corrupción que impregna la vida de los políticos y del sistema político que se traslada a la economía, a los aspectos sociales e internacionales.

“No está incluido en nuestra Constitución y debe incorporarse como un derecho humano tener un gobierno no corrupto, tipificando a la corrupción como delito de lesa humanidad, imprescriptible, con la máxima pena”, apuntó.

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Centurión también lamentó que la dependencia del Poder Judicial del Parlamento y el Poder Ejecutivo sea casi absoluta. “Ambos poderes nombran a los miembros de la Corte Suprema de Justicia y, por tanto, no existe independencia. Hay que buscar opciones para resolver esta falla de la democracia; por ejemplo, que la Corte Suprema de Justicia sea elegida por voto popular y que tenga presupuesto propio, de esa manera se podrá tener independencia y una mejor justicia para los ciudadanos”, argumentó.

Señaló que ve a la clase política muy mal porque la mayoría de los políticos en Paraguay creen y actúan como si la política fuera un negocio privado. “Esquilmar los recursos del Estado y hurtarles hasta la esperanza a los ciudadanos. Por eso tenemos un país de elevada corrupción, con muchos pobres e ignorantes para la educación de clase mundial, con desigualdades que lastiman. Para que esto cambie deben surgir nuevos liderazgos y que los líderes tradicionales se reconviertan. Es necesario que sean no corruptos, preparados para el cargo, con responsabilidad y sensibilidad social”, recalcó.

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“Generación de empleo, apoyo a las mipymes, fortalecimiento económico, educación, salud y seguridad son mis principales focos de interés, para llegar a cumplir con los principales indicadores de bienestar para los ciudadanos. Paraguay tiene una baja carga tributaria y tiene margen para aumentarla, para lo cual se requiere consensos, por ejemplo, para mejorar y desarrollar la agricultura familiar, las mipymes, las cooperativas”, dijo.

También hay una necesidad ciudadana de mejorar la salud, la educación, la seguridad, el acceso a tierra y a vivienda, por ejemplo. Para atender esas necesidades, se requiere de mayor presupuesto, acompañado con mejoras importantes en la eficiencia y eficacia del Estado”, expresó.

“Quien fuera representante de los ciudadanos debería tener como obsesión el de mantener y generar más empleo, más empleo, más empleo, es la necesidad que tienen los jóvenes, las mujeres, los adultos mayores, los desempleados, las familias, de este modo se tendrán ingresos para mejorar su salud, su educación, su acceso a tierra, a viviendas”, remarcó.

Aldo Centurión nació en Sapucai, departamento de Paraguarí, es máster en Economía Empresarial por INCAE Business School, Costa Rica y economista por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Es autor de 13 libros, investigador y conferencista.

Fue funcionario del Banco Nacional de Fomento (BNF), coordinador de la Unidad Mercosur del Ministerio de Industria y Comercio, asesor facultativo, área económica, de la Cámara de Senadores y asesor económico de la presidencia de la Cámara de Diputados, periodo 2001-2002. Fue nombrado embajador de la Paz por la Federación para la Paz Universal (UPF), miembro de la Fundación Desarrollo Humano (FDH); miembro de la Asociación de Micro y Pequeñas Empresas (Amype), e investigador asociado al Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep).

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